Fuente: givemesport
Ver como Isaiah Harstentein dominaba el primer minuto del partido, daba tranquilidad a unos Thunder que no querían complicarse la vida en el Target Center. Sin embargo Anthony Edwards, y Julius Randle, no estaban dispuestos a dejarlos escapar. La defensa de Minnesota se mostraba muy agresiva sobre el bote y las líneas de pase, los visitantes ya no se acercaban al aro local y los balones perdidos hacían su aparición provocando el tiempo muerto de Mark Daiegnault. No servía de mucho, la estrella local podía correr desde su defensa más presionante sobre el balón y la diferencia subía, desde los cuatro puntos, hasta los doce; cuando volvía a parar el juego el técnico visitante. Shai Gilgeous-Alexander se encontraba incómodo sobre la cancha y su primo, Nickeil Alexander-Walker, salía desde el banquillo para meter los tiros abiertos. Como quiera que Oklahoma no estaba acertado con los triples, los locales cerraban el primer cuarto con veinte puntos de ventaja. El Target Center no se lo podía creer, sobre todo porque Terrence Shannon salía al segundo cuarto con su mejor versión anotadora. En tres minutos Daiegnault volvía a reunir a sus jugadores porque, pese a jugar sin su estrella principal, la confianza de los Timberwolves estaba por las nubes. La diferencia se acercaba a los treinta puntos y Gilgeous-Alexander comenzaba a activarse ofensivamente para responder a los suplentes locales. No era suficiente, la diferencia superaba los treinta puntos y las estrellas de Minnesota se encargaban de mantenerla intacta para la segunda parte. Se veían que los Thunder necesitaban algo más en su juego y no sorprendía ver a Isaiah Joe en el quinteto titular para mejorar el ataque visitante. Sin Harstentein, pero más activos en defensa, provocaban un parcial de once a dos que obligaba a reaccionar a Chris Finch. Ahora eran los locales los que recuperaban la intensidad de la primera mitad. Randle y Edwards llevaban el peso del ataque y, con un parcial de veinte a cuatro, la diferencia alcanzaba los cuarenta puntos y Oklahoma aceptaba su derrota. Los Timberwolves conseguían su primera victoria de la serie y habían recompuesto su imagen competitiva. Invitado inesperado: Terrence Shannon Jr, Nickeil Alexander-Walker, Naz Reid (Timberwolves)
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La victoria del tercer partido permitía ver al Target Center mucho más caliente para afrontar el cuarto. Un partido donde Oklahoma quería demostrar que la derrota había sido un accidente y Jalen Williams salía a la pista inspirado ofensivamente. En los locales la principal respuesta llegaba de un Jaden McDaniels muy activo y, con el despertar de Shai Gilgeous-Alexander, y apareciendo los balones perdidos en los Timberwolves por la mayor actividad defensiva de los jugadores de banquillo visitantes, se abría un pequeño hueco a su favor. A pesar de los triples de los suplentes locales, y de que Anthony Edwards hacía su primera canasta en juego del cuarto faltando dos minutos por disputar, los Thunder cerraban el primer cuarto con siete puntos de ventaja. Minnesota sabía que necesitaba mucho más y ver a Terrence Shannon volviendo a aportar despertaba la ambición local, aunque Chet Holgrem se bastaba para contener su aportación. La afición local se cabreaba con el arbitraje por entender que no se mantenía el mismo criterio, Oklahoma acertaba con sus tiros abiertos y los locales precisaban de su mejor versión de conjunto para mantenerse cerca. De nuevo los Thunder encontraban los puntos de su jugador franquicia y, ante las dudas locales, la diferencia se acercaba a los diez puntos al descanso. Sin embargo Daiegnault no estaba satisfecho precisaba mucho más e incorporaba a Alex Caruso a su quinteto inicial por un inoperante Isaiah Harstentein. Minnesota respondía con su versión más intensa, y confiada, obligando al tiempo muerto visitante. Luguentz Dort cometía su cuarta falta personal y Gilgeous-Alexander cortaba un parcial de nueve a cero. Por mucho que Jalen Williams intentaba contener el acercamiento local no lo conseguía. Rudy Gobert dominaba las zonas, los tiros abiertos locales entraban y el empate era inevitable. Daiegnault paraba el partido para incorporar a sus suplentes y, tras un parcial de siete a cero, Oklahoma llegaba al último cuarto con una diferencia de cinco puntos a su favor. Y el pequeño reposo le sentaba bien a Jalen Williams, que volvía a ser la referencia ofensiva visitante ante el descaro de Nickeil Alexander-Walker. Claro que no era suficiente para evitar que la diferencia se acercase a los diez puntos por la constante aportación de Chet Holgrem. En los Timberwolves buscaban reducir la diferencia desde la defensa y contando con acierto exterior pero, como sus estrellas no brillaban, y las de los Thunder sí, la desventaja local era de siete puntos entrando en el minuto final. Shai Gilgeous-Alexander gastaba la posesión y erraba el tiro, Jaden McDaniels no pensaba al buscar chocar contra la defensa visitante pero, como Oklahoma regalaba el balón, el segundo intento desde detrás de la línea de tres puntos, ponía a los locales a dos puntos con veinte segundos por jugarse. El base visitante acertaba con los dos tiros libres de la falta obligada y un palmeo de Gobert provocaba que se repitiese la situación con el mismo protagonista. Esta vez Gilgeous-Alexander erraba el segundo lanzamiento desde la línea de personal, un triple llevaba a la prórroga y en los Thunder no estaban dispuestos a ello. Minnesota se iba a los tiros libres al no poder levantar el tiro, Naz Reid acertaba pero, como Gilgeous-Alexander ya no fallaba, se volvía a dar el mismo escenario faltando tres segundos. Ahora era Edwards el que metía su primer tiro libre y, sabiendo que una canasta llevaba al tiempo extra, lanzaba a fallar. Daba igual, el rebote era visitante y Oklahoma podía resolver la eliminatoria en casa. Invitado inesperado: Alex Caruso, Cason Wallace (Thunder)