Fuente: cavsnation.com
El cambio de rumbo de los Heat, en mitad de la temporada, había dejado al equipo tocado. Por eso, antes del inicio del primer partido de la eliminatoria, el Rocket Arena ya era una fiesta. Además el equipo respondía en el arranque, con un ataque equilibrado y una buena tensión defensiva Cleveland, se rozaba a los diez puntos de ventaja y Erik Spoelstra paraba el partido. Los triples y la defensa acercaban a Miami obligando al técnico local a reaccionar. Llegaban los primeros cambios, pero el atasco de los de Ohio era general, la ventaja visitante era mínima y no duraba en el tiempo por falta de recursos. Bastaban un par de minutos de inspiración local para que los Cavaliers cerrasen el primer cuarto con siete puntos de ventaja. Las defensas apretaban y el cuadro local aprovechaba su acierto exterior para mantenerse en cabeza con comodidad. Ni el parón del técnico visitante evitaba que la diferencia se doblase rápidamente y otro tiempo muerto se hacía necesario. La defensa de los de Florida apretaba y, gracias a los triples, la desventaja visitante se quedaba por debajo de los diez puntos al descanso. La parada en vestuarios despertaba la búsqueda del aro en el ataque local y la diferencia volvía a llegar a los dos dígitos. La defensa de los Heat buscaba recomponerse ante la facilidad de Donovan Mitchell y Darius Garland para anotar y, gracias a un minuto de inspiración de Duncan Robinson, la diferencia local volvía a bajar de los diez puntos y Kenny Atkinson llamaba al orden a los suyos. Los ocho puntos de ventaja, para encarar el cuarto final, no daban pie a la relajación local. Así la tensión defensiva les permitía mantener la diferencia, pese al desacierto en el tiro exterior de Isaac Okoro, en el arranque del acto final. Por suerte para Cleveland Ty Jerome sí acertaba con sus tiros y Bam Adebayo se encontraba solo como referencia ofensiva visitante. La ventaja local llegaba a la docena de puntos y Spoelstra buscaba recomponer a su equipo. Daba igual, pese a los esfuerzos de Davion Mitchell la tendencia era imparable; la confianza de Jerome había llevado la diferencia por encima de los veinte puntos. En el Rocket Arena se celebraba la primera victoria de la serie. Invitado inesperado: Ty Jerome (Cavaliers)
Erik Spoelstra sabía que necesitaba más sobre la pista para competir por la eliminatoria y dejaba fuera del quinteto titular a Alec Burks para incorporar a Davion Mitchell. Eso daba más intensidad a la defensa visitante y, como la diferencia se acercaba a los diez puntos, Kenny Atkinson paraba el partido. Salían caras nuevas a la pista en el bando local, la presión defensiva subía de nivel en los Cavaliers y Darius Garland dejaba la ventaja visitante en una canasta. Ahora era Miami quien necesitaba repartir nuevas órdenes pero, pese a su acierto exterior, Ty Jerome y Evan Mobley lograban que Cleveland mandase en el marcador al cerrarse el primer periodo. El segundo cuarto se presentaba tenso y lleno de dudas para la afición local. Sin embargo los de Ohio salían con su cara más reconocible y salía ganador de un duelo de tiradores porque, mientras los triples locales eran buscados, los triples visitantes eran un recurso de urgencia. Así Sam Merrill y De´Andre Hunter llevaban la diferencia al borde de la decena de puntos y Spoelstra decidía llamar a reunión a los suyos. Davion Mitchell sacaba su cara ofensiva más agresiva, pero los Cavaliers estaban en plena racha ofensiva y la diferencia se acercaba a los veinte puntos. Ahora el intercambio de triples era entre Tyler Herro y Max Struz, pero el partido se aceleraba en demasía y Atkinson prefería que Garland calmase las aguas y poder irse a los vestuarios con diecisiete puntos de diferencia en el marcador. Lógicamente ambos equipos salían de los vestuarios a tope y el acierto exterior era fundamental para la tranquilidad de Cleveland. El problema era que no podía aumentar su renta y, con el paso de los minutos, su acierto disminuía. Por suerte los Heat tenían casi los mismos problemas ofensivos, Herro rompía cuatro minutos sin anotación en juego y Galand encontraba en Jarret Allen un aliado para mantener la diferencia en trece puntos de cara al último acto. Un periodo que se abría con los Mitchell llevando las riendas de la anotación de ambos equipos, Donovan a base de triples ampliaba la ventaja local por los menores recursos de Davion. Sin embargo el base de Miami veía como sus compañeros no erraban un tiro exterior y, pese a un par de intentos de Atkinson por impedirlo, y a que Donovan Mitchell volvía a acertar con los triples, los Cavaliers sólo contaban con cinco puntos de ventaja entrando en el minuto final. Herro buscaba sacar unos tiros libres forzando la jugada, aunque Atkinson le quitaba ese recurso con un challenge que echaba para atrás la decisión inicial de los árbitros. El balón se iba a un salto entre dos ganado por los visitantes, en esta ocasión la jugada era finalizada con un triple desde la esquina de Nikola Jovic. Su fallo daba dos tiros libres a Mobley para que la diferencia fuese de siete puntos con medio minuto por disputarse. Los Heat perdían el balón en la siguiente posesión y Cleveland dejaba su hogar con dos victorias en los dos partidos jugados. Invitado inesperado: De´Andre Hunter (Cavaliers)
Fuente: givemesport.com
Los nervios no eran demasiados en Boston de cara al primer partido de la serie contra los Magic. Sin embargo el arranque era tímido por parte de ambos equipos, nadie buscaba buenas posiciones de tiro y los puntos escaseaban. Joe Mazzulla paraba el partido y las primeras ventajas eran locales por su mejor movimiento de balón y Orlando se mantenía en el partido gracias a su acierto exterior. Ni siquiera la entrada a pista de Luke Kornet era aprovechada por los de Florida para anotar bajo canasta y, aunque Al Horford se enfadaba con el arbitraje, los Celtics cerraban el primer acto con casi una decena de puntos de diferencia. Y Jamalh Mosley se daba cuenta de que debía intervenir cuando, en dos minutos del segundo periodo, Kripstas Porzingis y Payton Pritchard ponían el partido a una docena de puntos. No era suficiente, porque Boston se mostraba superior en el juego. Sin embargo acababa por caer en el individualismo y, como los triples de Orlando seguían entrando, Paolo Banchero acababa poniendo por delante a los Magic al descanso. El TD Garden no sabía que pensar, pero sabía que los Celtics iban a salir a por todas. No sorprendía ver a ambos equipos con problemas para mover el balón en ataque, aunque los recursos ofensivos de los locales eran mayores y eso les permitía tomar la delantera en cuanto Jrue Holiday y Derrick White acertaban con un par de triples. Un parcial de quince a cuatro en contra hacía necesaria una llamada al orden en el equipo de Florida. Sin embargo en Orlando sólo se anotaba de tres puntos, y esporádicamente, por lo que la diferencia se iba hasta los qiunce puntos para deleite de la afición local. Jamalh Mosley conseguía dotar al juego visitante de más variedad con los suplentes, pero Boston llegaba con once puntos a su favor para administrar en el periodo definitivo. Y los de Massachusetts no volvían a la pista con ese pensamiento, con una buena intensidad defensiva para poder correr y el acierto en el tiro de tres puntos de White y Pritchard, la ventaja local se aproximaba a los veinte puntos. El técnico visitante intentaba ordenar a los suyos, pero Kentavious Caldwell-Pope cometía una falta flagrante y Banchero era lo único acertado en el equipo. El primer punto de la eliminatoria era para los Celtics. Invitado inesperado: Payton Pritchard (Celtics)
El TD Garden no se mostraba demasiado preocupado por la ausencia de Jayson Tatum para el segundo partido de la serie contra Orlando. Su sustituto era Al Horford y el arranque venía marcado por el dominio local de las zonas gracias a sus dos interiores. Así la anotación de Jaylen Brown era suficiente para ir marcando el rumbo en el marcador, sólo los triples acercaban al cuadro visitante pero, pese a ello, los Celtics llegaban al segundo cuarto con una mínima ventaja. Kripstas Porzingis salía más entonado y rompía cinco minutos de los locales sin anotar en juego y, como además dominaba bajo su aro, Jamalh Mosley debía recomponer el ataque visitante. Sin embargo el pivot letón seguía intratable y, con la diferencia por encima de los diez puntos, los Magic volvían a parar el partido. Franz Wagner sacaba rendimiento del mejor trabajo ofensivo visitante, Horford se enfadaba con Kentavious Caldwell-Pope por un enganchón pero el problema para los de Florida era que no había continuidad en esa reacción. Sólo la aparición ofensiva inesperada, de Wendell Carter Jr, volvía a apretar el marcador de cara a la segunda mitad. Una aportación que servía de poco porque, inesperadamente, Orlando carecía de agresividad en su juego y los triples de Brown y Derrick White llevaban la ventaja local hasta la docena de puntos. Mosley intervenía para mejorar la circulación de balón en su ofensiva y, junto con la subida de intensidad ofensiva, la ventaja de los de Masachusetts se reducía a la mitad. Ahora era Joe Mazzulla quien tenía que recuperar la actividad defensiva de Boston, con uno cuantos balones recuperados, y Jaylen Brown activo, bastaba para llevar la diferencia a los dos dígitos de nuevo. Mosley ya no tenía soluciones y buscaba en el fondo del banquillo, Goga Bitazde dejaba la marca de su codo en Porzingis y se llevaba una falta flagrante. Con eso, y el acierto exterior de Payton Pritchard, los Celtics se retiraban al banquillo con diez puntos de ventaja. El reposo entre cuartos recuperaba el espíritu luchador de Paolo Banchero y Mazzulla daba un toque de atención a sus jugadores. El desacierto volvía a las filas visitantes y White volvía a abrir hueco. La anotación de Orlando carecía de continuidad en el tiempo y Jaylen Brown era suficiente para aplacar el intento final de Wendell Carter Jr con dos triples. La serie dejaba Boston con un dos a cero y mucho que mejorar en los Magic. Invitado inesperado: Payton Pritchard (Celtics)
Fuente: harwoodheroics.com
Nadie en el Madison Square Garden se sorprendía de ver como los primeros minutos de la serie de Nueva York arrancase con muchos contactos y pocos puntos. Una demostración de la poca timidez de los Pistons. Pese a ello los triples daban las primeras ventajas a los neoyorquinos. JB Bickerstaff ajustaba su defensa y, pese a la segunda falta personal temprana de Jalen Duren, nada rompía la igualdad ya que, por mucho que OG Anunoby lo intentaba, Tobías Harris sacaba su mejor versión ofensiva para responder. El segundo acto traía más defensa, Josh Hart cometía su tercera falta personal y, como Detroit no estaba agresivo, Karl-Anthony Towns aprovechaba para abrir hueco. Sólo la aparición de los triples de Malik Beasley daba aire a los de Michigan. Y, como Harris seguía inspirado, la desventaja visitante era mínima pese a que Duren y Dante Cunningham también habían sumado la tercera falta personal y por mucho que Jalen Brunson intentaba romper el partido. El cuarto de hora de reflexión traía la mejor versión ofensiva de los Pistons, jugando en equipo y con Tim Hardaway Jr inspirado. Tom Thibodeau activaba las ayudas defensivas, los Knicks podían correr y era el técnico el obligado a responder. Los neoyorquinos tomaban decisiones cada vez más individualistas y la ventaja visitante crecía. Pese al esfuerzo de un Brunson tocado físicamente, Dennis Schroder permitía a Detroit contar con una ventaja de ocho puntos para el periodo definitivo. No parecía suficiente porque Towns salía a por todas, pero los visitantes sacaban rendimiento de la constante actividad de Ausar Thompson. La defensa de Nueva York apretaba la presión sobre el balón, los Pistons se aceleraban y Cameron Payne se mostraba muy acertado en el tiro. Como quiera que el ataque visitante estaba fuera del partido, y que los tiempos muertos no servían para nada, el parcial, de veintiuno a cero, resolvía el partido en cuatro minutos. Los Knicks tomaban la iniciativa en la eliminatoria. Invitado inesperado: Cameron Payne, Mitchell Robinson (Knicks)
El segundo partido debía resolver la incógnita del verdadero nivel de Detroit y su capacidad para ganar en el Madison Square Garden y el inicio dejaba claro que los visitantes iban a por ello. Sobre la pista ambos equipos desparramaban toda su energía y lo que costaba ver eran puntos en el marcador. Las únicas canastas fáciles llegaban corriendo y los parones eran escasos y sin importancia porque nadie se distanciaba. Sin embargo ese ritmo alto se volvía endiablado, los balones perdidos aparecían en los locales y, en medio de la locura, Cade Cunningham podía con los Knicks. Siete puntos de desventaja no asustaban al público local, pero ver como las individualidades eran la forma de competir contra unos Pistons corales, y no bajaba la diferencia de los diez puntos, sí asustaba. Nuevamente el trimo de partido se volvía infernal y, con una racha de acierto de sus estrellas, y Cunningham era el único motivo por el que Detroit mantenía seis puntos de diferencia de cara a la segunda mitad. El parón llegaba en mal momento, Nueva York sufría de falta de intensidad y claridad en el ataque tras el paso por los vestuarios. Jalen Brunson se desesperaba y cometía un falta flagrante representativa de las sensaciones sobre la cancha. Además Cunningham se volvía imparable para la defensa local y la diferencia visitante llegaba a los quince puntos. OG Anunoby rompía cinco minutos de los neoyorquinos sin anotación en juego y sólo el descanso del base visitante, y la mejor versión de Brunson, dejaba la diferencia por debajo de los diez puntos al finalizar el tercer acto. Ese descanso no calmaba las ganas del base local por la remontada pero, sin compañía, no era suficiente para evitar una nueva escapada de los Pistons donde hasta Paul Reed era protagonista. Tom Thibodeau solicitaba una reunión y, como el esfuerzo se notaba ya en el cuadro visitante, y los árbitros daban un poco de manga ancha a los locales, la diferencia bajaba rápidamente hasta los seis puntos. La mala noticia para el Madison llegaba al ver como Brunson se iba a los vestuarios cojo pero, como el juego se enredaba con discusiones, no tardaba en volver para alivio de la afición neoyorquina. Cunningham rompía un parcial de ocho a cero con unos tiros libres y Jalen Duren machacaba la canasta local para romper cinco minutos sin anotar en juego. Así los Pistons llegaban a los dos minutos finales con cuatro puntos de ventaja. Una diferencia que desaparecía en el siguiente minuto porque, sorprendentemente, Detroit no tenía ninguna claridad ofensiva y Brunson seguía imparable. El empate se rompía entrando en el minuto final, gracias a un triple de Dennis Schroder con el defensor encima porque no encontraba otra solución. Los nervios aparecían en Brunson y su triple no entraba. Malik Beasley erraba un triple abierto desde una esquina y los de Michigan respiraban con alivio viendo como un triple frontal de Mikal Bridges acababa en las manos de Schroder para cerrar el partido con un tiro libre. Detroit volvía a casa con la serie empatada a uno. Invitado inesperado: Dennis Schroder, Paul Reed (Pistons)
Fuente: clutchpoints.com
La baja de Damien Lillard daba mucha tranquilidad al Gainbridge Fieldhouse de cara al primer partido de la serie, sobre todo porque los Bucks incorporaban al quinteto titular a Ryan Rollins para sustituirle como director de juego. Y el inicio mostraba lo esperado en el ataque visitante, ver a Giannis Antetokounmpo haciendo de todo para mantener a los suyos ante un equipo local sin acierto exterior. Sin embargo era escaso ante la mejor defensa bajo su aro de Indiana que, despertando el acierto exterior y con Andrew Nembhard agresivo para atacar la canasta contraria, la diferencia se acercaba a los diez puntos. El parón de Glen Rivers arreglaba la defensa visitante, pero el ataque seguía dependiendo de su estrella y las ayudas locales eran constantes. El acercamiento se quedaba corto porque los suplentes de los Pacers salían más acertados detrás de la línea de tres puntos. Así, con cada vez más contactos en el juego, la desventaja de Milwaukee coqueteaba con los diez puntos al cerrarse el primer acto. Los dos minutos de instrucciones relajaban la defensa local y Gary Trent Jr obligaba a Rick Carlisle recuperaba a sus titulares para asentar la defensa. Nuevamente Antetokounmpo se veía solo ante unos Pacers muy cómodos repartiendo el balón en ataque y acertando en los tiros abiertos. La diferencia llegaba a los quince puntos. Así, pese a la llamada de atención del tecnico visitante a los suyos, la desventaja superaba los veinte puntos al descanso. Y no mejoraba el panorama para los Bucks con el arranque del tercer cuarto, bastaba con una buena versión de Pascal Siakam para acercar la diferencia a los treinta puntos. La mejora defensiva de los de Wisconsin, y la precipitación local, permitían a los visitanves mantener las diferencias y, con la energía de Antetokounmpo haciendo daño, la ventaja de Indiana bajaba de los veinte puntos para afrontar los doce minutos finales. Sin embargo, pese a que el griego seguía haciendo daño en ataque, TJ McConnell y Siakam controlaban la situación. Milwaukee necesitaba algo de acierto con los triples para ponerse a doce puntos y obligar a Rick Carlisle a tomar decisiones. No servía de nada, el partido se aceleraba, los errores se sucedían; pero se repartían por ambos lados y los Pacers se llevaban el primer partido de la eliminatoria por mucho que Lillard hablase de más con Tyrese Haliburton o Pat Connaguhton marcará la barbilla de Siakam con su codo.ara Cleveland. Invitado inesperado: TJ McConnell, Bennedict Mathurin (Pacers)
El regreso de Damien Lillard hacía renacer las esperanzas de Milwaukee de cara al segundo partido, pero el ánimo decaía viendo como Kyle Kuzma, que no había aportado nada en el primer partido, fallaba dos bandejas sencillas. De esta forma los Pacers se ponían con un ocho a cero de salida gracias a los triples. La disputa se iba al juego interior, donde Brook López se veía incapaz de frenar a Pascal Siakam y Myles Turner y Glen Rivers paraba el parido para darle más protagonismo a Giannis Antetokounmpo. El griego apenas tenía la compañía ofensiva de Lillard ocasionalmente y la defensa local se imponía. Junto a la mejor versión de Tyrese Haliburon y el tiempo muerto de Indiana dejaba a los visianes sin coninuidad ofensiva. Eso desataba los nervios sobre la pista, Gary Trent Jr y Bennedict Mathurin se ganaban una técnica por ello. Pese a la aportación de Bobby Portis, los Bucks llegaban al segundo periodo con diez puntos de desventaja. Unos doce minutos que se abrían con más contactos por parte de ambas defensas pero, como los Pacers contaban con más recursos ofensivos, unos buenos momentos de Mathurin obligaban al técnico visitante a llamar a sus jugadores. Milwaukee apretaba con su juego interior y Rick Carlisle era el obligado a la llamada de atención para recomponer a su defensa. La diferencia siempre se movía por encima de los diez puntos hasta que, gracias a una zona muy agresiva sobre el balón, los Bucks llegaban a ponerse a cuatro puntos. Por suerte para el Gainbridge Fieldhouse, los bases locales tomaban buenas decisiones para irse a los vestuarios con ocho puntos de ventaja. Mientras su afición estiraba las piernas, Indiana recuperaba su versión más intensa y el banquillo visitante reaccionaba al instante porque la distancia entre ambos se acercaba a los veinte puntos. Milwaukee se centraba en el juego y, con un Kyle Kuzma más activo, la diferencia volvía a manejarse en torno a los diez puntos. Nuevamente el técnico local necesitaba recomponer a los suyos y Siakam daba respuesta a los intentos de Antetokounmpo y los Bucks daban las gracias por un triple sobre la bocina de Kevin Porter Jr. Los doce puntos de desventaja no iban a ser fáciles de superar, pero los de Wisconsin salían a por todas. Porter Jr y Portis eran los encargados de liderar ofensivamente al equipo y Siakam era la única respuesta local, suficiente para aguantar más o menos la ventaja. Kevin Porter Jr se ganaba una flagrante por agarrar desde el suelo a un rival que salía al contraataque. Eso despertaba la versión más coral de los Pacers, frente un Antetokounmpo más agresivo para buscar el aro. El partido parecía casi decidido pero, gracias a una racha de triples, Milwaukee se ponía a dos puntos con poco más de dos minutos por jugar. Los locales encontraban la solución a sus temores con un triple abierto de Siakam, los visitantes recurrían a su jugador más valioso, pero Antetokounmpo se chocaba contra la defensa y erraba el lanzamiento a canasta. Portis y Siakam se ganaban una técnica por demasiada pasión en el juego y Andrew Nembhard aparecía para, con otro triple, casi decidir el partido. Los ocho puntos de desventaja, y el posterior error de Kuzma, certificaban el dos a cero de los Pacers en la serie. Invitado inesperado: Bennedict Mathurin, Obi Toppin (Pacers)