Fuente: essentiallysports.com
Tras el despido de Taylor Jenkins, y la lesión de Jaylen Wells, se esperaba poca lucha por parte de los Grizzlies para el primer partido de su eliminatoria. Por eso el Paycom Center se sorprendía de ver la solidez visitante en el arranque del partido. Unos minutos de juego necesitaba Oklahoma para mostrar su mejor juego de conjunto y despertar su versión más agresiva. Ante las primeras ventajas locales Tuomas Lisalo paraba el partido. Memphis se mostraba más sólido en su juego pero, con el descanso de Ja Morant, el atasco visitante era completo. Gracias a los triples los Thunder cerraban el primer cuarto con una docena de puntos a su favor. El paso por los banquillos aceleraba el ritmo de juego y, con Jalen Williams disfrutando, la diferencia se acercaba a los veinte puntos obligando a los visitantes a frenar el partido. El problema venía porque, mientras Oklahoma jugaba en equipo, los Grizzlies optaban por un juego más individualista y que abusaba del bote. La diferencia se iba hasta la treintena de puntos por el desorden visitante (incluso con Ja Morant sobre la pista). Como Isaiah Harstentein acompañaba a Williams, y Morant se iba solo a la guerra, o con la escasa compañía de Marvin Bagley, la diferencia superaba los treinta puntos al descanso. El partido estaba casi decidido y era suficiente con que los locales apretasen en defensa, y metiesen los triples, para llevar la diferencia hasta los cincuenta puntos y llevarse el primer punto de la serie. Invitado inesperado: Aaron Wiggins, Jaylin Williams (Thunder)
Tal vez el resultado del primer partido condicionaba a ambos equipos de cara al segundo y había más intensidad que juego sobre la pista. La diferencia era que, mientras que los Thunder tardaban dos minutos en anotar en juego, a los visitantes les llevaba casi el doble de tiempo. La ventaja local llegaba a los dos dígitos y Memphis pisaba el freno con un tiempo muerto. Jugando con más calma los de Tennesee mantenían las distancias. Mark Daiegnault ajustaba la defensa local y, siendo más agresivos sobre el balón y metiendo los triples desde las esquinas, Oklahoma cerraba el primer cuarto con quince puntos de ventaja. Y el segundo no empezaba mejor para los visitantes, los balones perdidos y Aaron Wiggins llevaban la diferencia a rozar los veinte puntos y Tuomas Lisalo necesitaba dar instrucciones a los suyos. Ja Morant regresaba a la pista inmediatamente, con más acierto, y el técnico local levantaba la intensidad de los suyos con un tiempo muerto. Ahora era Desmond Bane la referencia ofensiva de los Grizzlies, pero los Thunder acertaban con el tiro exterior y, como Alex Caruso apretaba en ambos lados de la pista, los intentos de Lisalo no impedían que la desventaja visitante, al descanso, fuese casi de veinte puntos. Las sensaciones eran mejores que en el primer partido, pero no parecía que Memphis tuviese recursos para competir la eliminatoria. Sin embargo, para sorpresa del Paycom Center, los visitantes mostraban su cara más reconocible en el inicio de la segunda mitad. La diferencia no bajaba, pero Daiegnault precisaba un tiempo para mejorar el ataque local. Pese a ello los Grizzlies bajaban la diferencia de los diez puntos al meter los triples. Sabiendo que su equipo necesitaba más, Shai Gilgeaus-Alexander se echaba el ataque local al hombro y para frenar la buena racha Memphis paraba el partido. Servía de poco, los Thunder llegaban al cuarto final con once puntos de ventaja. Y lo peor llegaba con el arranque del último periodo, la defensa local apretaba y los triples volvían a entrar para llevar la diferencia de Oklahoma cerca de los veinte puntos. Lisalo buscaba impedir el despegue definitivo aunque, la mejor versión de Caruso, bastaba para seguir aumentando la diferencia. Cuatro minutos tardaban los Grizzlies en hacer sus primeros puntos en el cuarto, con dos tiros libres, y casi seis en hacer una canasva en juego. Asi las cosas la serie se iba a Memphis con un dos a cero para los Thunder. Invitado inesperado: Aaron Wiggins, Alex Caruso (Thunder)
Fuente: givemesport.com
Para Houston era fundamental comprobar que su segundo lugar durante la temporada regular no venía propiciado por los problemas de sus adversarios y, con el apoyo del Toyota Center, aprovechaba su mayor intensidad para partir con un siete a cero ante unos Warriors tímidos. Como la diferencia se acercaba a los diez puntos, Steve Kerr aprovechaba un tiempo muerto para levantar el juego de su equipo y procurar un acercamiento en el marcador. Sin embargo los Rockets subían la agresividad de su juego, tanto defensiva como ofensivamente, y la diferencia volvía a subir obligando a la reacción al técnico visitante. Stephen Curry se crecía en el ataque, la defensa protegía mejor la zona y, pese al tiempo muerto de Ime Udoka, la renta local era mínima de cara al segundo acto. Un periodo donde Badim Podziemski surgía para dar aire al ataque de Golden State con acierto exterior y, gracias a una buena defensa para cerrar las llegadas bajo su aro, se ponía por delante. Houston perdía agresividad en su juego y los triples no entraban, las llegadas bajo el aro eran muy forzadas y la diferencia llegaba a los dos dígitos. Udoka daba una arenga y levantaba el ánimo de los tejanos, el rebote ofensivo, junto con la aportación de Jalen Green y Alperen Sengun, permitía recortar la diferencia y era el equipo californiano quien necesitaba un parón. Se reajustaba la defensa, los balones perdidos surgían en los locales y Jimmy Butler y Curry se encargaban de poner a los Warriors con trece puntos de ventaja de cara a la segunda mitad. Un periodo donde la defensa visitante seguía siendo un problema para los Rockets, sin acierto exterior todas sus opciones venían de la pelea y de forzar tiros. Como además Podziemski volvia a despertar, la diferencia llegaba a los veinte puntos. Udoka ajustaba la defensa, Steven Adams se ganaba sus primeros minutos en el partido y el ataque visitante se congelaba con balones perdidos. Por encima la defensa se debilitaba y, pese al intento de Kerr por evitarlo, un parcial de diecisiete a tres colocaba la diferencia por debajo de los diez puntos de cara a los doce minutos finales. Curry rompía cinco minutos sin anotación en juego de Golden State tras la reanudación del juego y la diferencia se mantenía estable. Udoka apostaba por juntar a sus dos pivots para hacerse fuerte en las zonas. El rebote ofensivo les daba vida, Houston se ponía a tres puntos con Amen Thompson inspirado. El problema era que los Warriors encontraban soluciones ofensivas inesperadas y, aunque Fred VanVleet ponía el partido a cuatro puntos con un triple, Moses Moody respondía con la misma moneda con un tiro abierto en la esquina. Así Golden State llegaba a los dos minutos finales con siete puntos de ventaja y la posesión de balón; Butler ampliaba la diferencia con un rebote ofensivo, VanVleet no acervaba con otro tiro exterior y Butler cerraba la victoria visitante en el primer partido de la serie. Invitado inesperado: Gary Payton II (Warriors)
El Toyota Center estaba muy caliente esperando el inicio del segundo partido de la eliminatoria, porque sabían que no podían salir de la ciudad con un dos a cero en contra. Para alivio de la afición local los constantes contacos de la defensa local incomodaban al ataque de Golden State y eso, enfrente de un equipo más coral que nunca, daba la iniciativa a los Rockets; por mucho que Ime Udoka no estuviese contento y procurase un tiempo muerto para dar instrucciones. Alperen Sengun cobraba más protagonismo ofensivo y Steve Kerr, viendo la diferencia rozando los diez puntos, buscaba calmar el juego. Las estrellas salvaban la situación para el cuadro visitante cuando, en la disputa de un rebote con Amen Thompson, Jimmy Butler caía muy mal y se tenía que ir a los vestuarios. La tercera falta personal del alero de Houston no compensaba a los visitantes, que se veían a diez puntos cuando se abría el segundo cuarto. Un periodo donde nadie se cortaba, Dillon Brooks cometía su tercera falta personal y Quinten Post y Steven Adams se ganaban una técnica por achucharse. Además Udoka implantaba una zona que provocaba balones perdidos en el bando californiano y Sengun seguía siendo el referente ofensivo de los locales. La diferencia se iba hasta los catorce puntos y los Warriors necesitaban otra charla. Las individualidades tampoco funcionaban y, mientras se anunciaba que Butler no iba a jugar más esa noche, Jonathan Kuminga aparecía para romper un parcial de doce a cero para los tejanos. los veinte puntos de desventaja hacían que Kerr recurriese al fondo de banquillo y la frescura de Pat Spencer daba nuevo recursos al ataque visitante. Ahora eran los Rockets quienes recurrían a sus estrellas para anotar y, pese a que Golden State encadenaba una racha de triples, los locales mantenían ese nivel de acierto. Así en Houston se respiraba viendo como los suyos se iban a los vestuarios con catorce puntos de ventaja. Más miedo daba ver como, tras el paso por los vestuarios, los jugadores locales seguían abusando de Jalen Green y Sengun para anotar. Aunque, como anotaban más fácilmente que los Warriors, era el técnico visitante quien frenaba el partido. Ni la cuarta falta de Brooks, en su mejor momento ofensivo, aliviaba a los californianos que necesivaban que sus pivots anotasen de tres puntos, y de una zona, para recortar las diferencias. Udoka reaccionaba inmediatamente y la diferencia, de once puntos, pasaba a dieciséis al cerrarse el cuarto por la mayor agresividad de Jalen Green. Para mayor tranquilidad del Toyota Center, Golden State volvía a la cancha bastante tímido y Kerr precisaba de otro parón para incorporar a Stephen Curry. No servía de mucho y, tras otro tiempo muerto, Jalen Green le daba un codazo a Draymond Green, la falta era flagrante y volvía dejar a los visitantes a las puertas de bajar la diferencia de los dos dígitos. Sin embargo Draymond protestaba demasiado un enganche en un rebote y se llevaba un técnica, los Warriors se precipitaban y Jalen Green comandaba un parcial de siete a cero que finalizaba el partido. Quedaba una técnica para Tari Eason por lanzar una toalla en pleno intercambio dialéctico entre Fren VanVleet y Draymond Green, pero daba igual, la serie se iba a San Francisco con empate a uno. Invitado inesperado: Tari Eason (Rockets)
Fuente: essentiallysports.com
En el Crypto.com Arena se esperaba un primer partido complicado para dar comienzo a la eliminatoria contra los Timberwolves y, como los suyos salían acertados con los triples, el arranque entusiasmaba a su afición. Con una desventaja de ocho puntos Chris Finch decidía intervenir en el juego. Las defensas apretaban, Rudy Gobert cometía su segunda falta personal y, pese a una gran versión ofensiva de Naz Reid, los triples y el rebote ofensivo permitían a la afición de Los Angeles respirar viendo como los suyos mantenían su renta de cara al segundo periodo. Aunque mucho no duraba su alegría porque, mientras Austin Reaves forzaba las situaciones ofensivas, Jaden McDaniels hacía daño ante la debilidad interior de los Lakers. Minnesota se ponía con tres puntos de ventaja y JJ Reddick solicitaba una charla con sus jugadores. El problema era que, mientras los visitantes encontraban a un Reid intratable con los tiros abiertos, los angelinos debían ir hacia el aro ante la falta de acierto de sus tiradores. LeBron James cargaba con la responsabilidad ofensiva, pero la desventaja local superaba los diez puntos. Pese al tiempo muerto, obligado, los locales seguían jugando individualmente y, como los imberwolves jugaban en equipo y metían los tiros desde las esquinas, un triple de Donte DiVicenzo, dejaba su ventaja en los dos dígitos de cara a la segunda mitad. La tensión no se rebajaba en el inicio del tercer periodo porque, para sorpresa de su afición, la tendencia de los Lakers era la misma. En dos minutos Reddick paraba el partido, la diferencia se había doblado. Como quiera que Minnesota no paraba de meter triples la diferencia se acercaba a los treinta puntos y nadie en el pabellón daba crédito a la situación. Por suerte para los californianos Anthony Edwards tenia que irse a los vestuarios tocado de la espalda y las estrellas angelinas se inspiraban para, con un parcial de diez a cero, y un triple desde el mediocampo de Luka Doncic. La diferencia se rebajaba hasta los dieciséis puntos y nutría a la afición de nuevas esperanzas. Pese a ello la situación era complicada y Jarred Vanderbilt optaba por embarrar el partido con los contactos. El técnico visitante no vacilaba, paraba el partido y metía a jugar a su estrella en cuanto regresaba de los vestuarios. Con su presencia, y el cansancio local, el primer punto de la serie era para los Timberwolves. Invitado inesperado: Nickeil Alexander-Walker, Naz Reid (Timberwolves)
Ambos equipos sabían lo que se jugaban en el segundo partido y ambas defensas salían a por todas. Como quiera que a Minnesota le faltaba paciencia en su ataque y el acierto con los tiros abiertos. La iniciativa era de los Lakers y Chris Finch buscaba la reacción de los suyos. Sin embargo la defensa angelina recuperaba el balón con facilidad, el equipo podía correr y, cuando no podían, Luka Doncic no fallaba. La ventaja local superaba los diez puntos ampliamente y los visitantes necesitaban reagruparse. El partido se convertía en una competición entre Anthony Edwards y los Lakers. El Cryptocom Arena estaba entusiasmado porque la ventaja angelina era de casi veinte puntos de cara al segundo acto. Un cuarto donde el nivel de los contactos defensivos aumentaba y Julius Randle era la única oposición de los Timberwolves ante la facilidad de las estrellas de los Lakers para anotar. La diferencia se iba a los veinte puntos y, pese a que los locales comenzaban a cometer fallos por puro cansancio, en Minnesota sólo anotaba Anthony Edwards para dejar la desventaja en unos quince puntos mucho más asequibles para remontar. El problema era que los contactos constantes no permitían mucha anotación y así, pese a que Edwards lo intentaba, el recorte era mínimo. Eso no impedía ver al tecnico local cabreado con los suyos mientras pedía un tiempo muerto para aclarar los conceptos ofensivos. La diferencia volvía a coquetear con los veinte puntos, porque los Timberwolves se habían atascado ofensivamente. Aunque Finch lo intentaba esa barrera numérica no tardaba en caer y suerte tenían los visitantes de contar con Challenge para reclamar alguna decisión arbitral que podía haber empeorado la situación. Sólo sus estrellas anotaban y así el tercer acto se cerraba con una diferencia similar a la del inicio. Sin embargo el último cuarto pintaba mejor, Minnesota mostraba su cara más reconocible y los angelinos estaban cansados. La diferencia bajaba de los diez puntos rápidamente y JJ Reddick volvía poner tensión en la defensa local. Los Timberwolves comenzaban a desesperarse con los contactos y los californianos volvían a despegarse en el marcador. No tardaban en centrarse en el juego y el recorte volvía a darse y nuevamenve Reddick volvía a recuperar el espíritu defensivo del equipo para poner el empate a uno en la eliminatoria. Invitado inesperado: Dorian Finney-Smith (Lakers)
Fuente: jabuka.tv
En Denver se temían lo peor tras lo acontecido en la franquicia en las últimas semanas y, ver como Nikola Jokic y Jamal Murray cargaban con la responsabilidad ofensiva del equipo en los primeros minutos de la serie, no aliviaba al Ball Arena. El problema era que la defensa local flaqueaba y David Adelman, el sustituto de Mike Malone, paraba el partido. Servía de poco, James Harden y Kris Dunn sumaban fácil bajo canasta y la diferencia superaba los diez puntos. Sin embargo los Clippers se relajaban, la presión defensiva local les permitía recuperar el balón y con Jokic haciendo de todo, y pudiendo correr, la ventaja visitante se quedaba en nada con un parcial de diez a cero. Sólo dos triples de Harden permitían a los angelinos respirar viendo su ventaja en ocho puntos de cara al segundo periodo. El intervalo entre cuartos recuperaba la mejor versión de Kawhi Leonard y, como los Nuggets no anotaban bajo canasta, la diferencia visitante casi se doblaba. Sin embargo, para sorpresa general, los Clippers se aceleraban en demasía y, aunque Tyronn Lue evitaba el recorte local con un tiempo muerto, el ritmo de partido favorecía a los locales. Adelman ajustaba la defensa, y pudiendo correr tras robo, Denver hacía un parcial de once a cero en cuatro minutos. Los californianos estaban fuera del partido, no metían ni los tiros libres y la tercera falta personal de Harden no auguraba nada bueno para encarar la segunda parte. Un tercer cuarto donde la ventaja visitante, de cuatro puntos, se mantenía gracias a los triples y a que los Nuggets sumaban siempre gracias a su pivot estrella. Para aumentar las dificultades angelinas Harden hacía su cuarta falta personal, pero los primeros en parar el partido eran los locales. La circulación de balón del ataque de Denver mejoraba, la igualdad no se rompía ni con las nuevas instrucciones de Lue y Jokic hacía que los Clippers sólo contasen con una canasta de ventaja para afrontar el cuarto final. Un cuarto donde las defensas apretaban desde el inicio y las estrellas de ambos equipos eran las encargadas de anotar. A los Nuggets se le complicaban las cosas con la cuarta falta personal de Jokic y por una técnica que el pivot serbio se ganaba absurdamente con Derrick Jones Jr. Los visitantes se iban con seis puntos de ventaja pero, como Denver apretaba en las líneas de pase, y sus triples entraban, los Clippers tenían que parar el partido. Con ello no impedía que el Ball Arena se levantase del asiento cuando los suyos tomaban el mando en el marcador. Sin embargo ni con segundas y terceras opciones los Nuggets ampliaban su exigua renta y Zubac ponía a los visitantes por delante entrando en el minuto final. Denver se la jugaba con dos triples que no entraban, la posesión era visitante pero, como Leonard se llenaba de dudas, Murray le quitaba el balón de las manos. La jugada local acababa con un triple abierto desde la esquina de Russell Westbrook. El técnico de la franquicia californiana diseñaba la jugada para Harden, que buscaba el aro directamente y sorprendía a la defensa local para empatar el partido. Los Nuggets contaban con dieciocho segundos para encontrar un buen tiro, pero Westbrook se liaba con el balón y no levantaban el balón. Llegaba la primera prórroga de los playoffs con malas noticias para los Clippers porque, además de que Harden sumaba su quinta falta personal, se veía como su ataque se centraba en sus estrellas ante un equipo local que jugaba en conjunto. No sorprendía que volviesen los balones perdidos al cuadro angelino y un triple de Christian Braun daba a Denver cuatro puntos de ventaja entrando en el minuto final. Lue diseñaba una jugada para el triple abierto de Dunn que no entraba y Murray daba un mal pase que Harden aprovechaba para meter un triple y devolver las esperanzas a los visitantes. Westbrook forzaba una entrada a canasta innecesaria, pero el rebote ofensivo era para Aaron Gordon y con dos tiros libres llevaba la distancia a los tres puntos restando once segundos. El triple visitante era ya cuestión de urgencia pero, inesperadamente, Westbrook no permitía ver la jugada diseñada por el banquillo de los Clippers. Su anticipación en el saque de banda daba el balón a los Nuggets y Jokic cerraba la primera victoria en la eliminatoria desde la línea de tiros libres. Invitado inesperado: Russell Westbrook (Nuggets)
Para los angelinos la victoria se hacía imprescindible tras la derrota en el primer partido de la serie. Sin embargo en Los Angeles no tenían buenas sensaciones con el arranque de su equipo, no cerraban bien su defensa y, como los balones perdidos volvían a ser una rémora, la iniciativa era de los Nuggets. El despertar ofensivo de Kawhi Leonard e Ivica Zubac permitía a los Clippers mantenerse en el partido. Sin embargo, con la entrada de los suplentes, la defensa de Denver subía de nivel y los locales cerraban el primer cuarto con seis puntos de ventaja. Curiosamente ambos equipos salían de los banquillos cuidando poco el balón y, bajo esa situación, los angelinos aprovechaban para empatar el partido. Las defensas actuaban mejor que los ataques y los triples aparecián como solución ofensiva de emergencia para ambos equipos. Como quiera que el equipo más acertado eran los Nuggets, la ventaja era suya. Aunque llegaba el punto en que el ritmo del partido se les iba de las manos y David Adelman paraba el partido buscando controlar la situación. No servía para nada; James Harden sacaba rendimiento de su tiro exterior y, junto con un triple sobre la bocina de Leonard, eran la causa de que los californianos se fuesen a los vestuarios con una corta renta a su favor. El periodo de reflexión traía mejores sensaciones ofensivas para ambos equipos y nadie era capaz de tomar distancia en el marcador. Así los nervios crecían y Norman Powell se daban un cariño que acababa con varias técnicas. Sólo la calidad de Harden, en una buena racha ofensiva, conseguía abrir la distancia entre ambos. Denver se veía con pocos recursos ofensivos y Nikola Jokic salvaba a los suyos poniendo el partido a una canasta antes de abrirse el cuarto final. Y el reposo no alteraba demasiado la situación, las estrellas locales se esforzaban en responder al mejor juego de equipo de los Clippers. La diferencia era de seis puntos cuando Adelman solicitaba el tiempo muerto. Los de Colorado regresaban a la pista poniendo más paciencia a su ataque y, como Russell Westbrook volvía a ser efectivo cdesde las esquinas, la iniciativa cambiaba de bando. Tyronn Lue reafirmaba la defensa visitante, pero no era suficiente porque los Nuggets se mantenían igualados gracias a su facilidad para hacerse con los balones divididos. Así, tras otro parón solicitado por su técnico, Powell metía un triple que dejaba con esa renta a los angelinos para los noventa segundos finales. Adelman daba instrucciones para dar el balón a Jokic. Sacaban dos tiros libres que acercaban a los locales en el marcador, pero Leonard respondía con una canasta en uno contra uno que devolvía los tres puntos de ventaja a los Clippers entrando en el minuto final. Jokic se veía obligado a dar un mal pase ante las ayudas defensivas angelinas y Harden agotaba la posesión antes estrellarse contra los gigantes de Denver. Restaban catorce segundos y Christian Braun se precipitaba con un triple complicado y, aunque Jokic recogía su error, su tiro era demasiado forzado para poder entrar. Así la eliminatoria se iba a Los Angeles con empate a uno. Invitado inesperado: Desierto (Clippers)