Fuente: heavy.com
En el Paycom Center no salían de su asombro con el inicio de la serie ante los Timberwolves porque, con su versión más concentrada, los visitantes se ponían con un ocho a cero gracias a su acierto exterior. Sin embargo Oklahoma tardaba en despertar. Aprovechando que en minuto y medio Rudy Gobert se iba al banquillo con su segunda falta personal, y la versión ofensiva más agresiva de Shai Gilgeous-Alexander, recuperaban algo de la distancia. Anthony Edwards se ganaba una técnica por lanzar un balón al base local en una jugada parada por los árbitros y, como la estrella local no se frenaba, y Minnesota comenzaba a perder el balón con facilidad, los Thunder tomaban la delantera en el marcador. Edwards se retiraba a los vestuarios para revisar su tobillo, las defensas de los jugadores de banquillo se imponían pero, como los visitantes metían los triples, los Timberwolves cerraban el primer acto con una escasa renta. No cambiaba la dinámica del partido con el cambio de cuarto, Oklahoma era más agresivo en su juego, defensivo y ofensivo (encontrando a Isaiah Harstentein bajo canasta), y los visitantes seguían recurriendo a su tiro exterior para sobrevivir. Mark Daiegnault buscaba la forma de frenar a un Julius Randle especialmente inspirado que llevaba la diferencia cerca de los dos dígitos y, con una defensa más ajustada, y la desesperación de Edwards con los árbitros, Minnesota se iba a los vestuarios con la sensación de haber desperdiciado una oportunidad de romper el partido. La diferencia, de cuatro puntos, no le costaba recuperarla a los Thunder; gracias a su dominio de las zonas y a la falta de acierto en los tiros abiertos de los visitantes. Jaden McDaniels cometía su cuarta falta personal pero, como los Timberwolves metían un par de triples, el tiempo muerto local era obligado. Oklahoma volvía a la pista con un quinteto más bajo, la defensa llegaba a las esquinas y se cerraba con facilidad. Jalen Williams despertaba su mejor versión ofensiva para acompañar a su base estrella y Chris Finch buscaba recuperar la mejor versión de los suyos. Sin embargo los Thunder movían el balón con paciencia y hasta Kenrich Williams salía del banquillo para aportar en ambos lados de la pista. Minnesota seguían viendo como sus jugadores de referencia sumaban faltas, su tiro exterior ya no entraba y un parcial de diecisiete a dos ponía a Oklahoma con diez puntos de renta para el último acto. Los Timberwolves estaban en una situación complicada y Chet Holgrem se hacía infranqueable en defensa y contundente en ataque, Finch buscaba soluciones dejando a Randle como pivot principal, aunque nadie le acompañaba en el ataque. La sexta falta de McDaniels era un duro golpe y, como los balones perdidos eran constantes en el ataque visitante, la afición local podía celebrar la victoria en el primer partido de la eliminatoria. Invitado inesperado: Alex Caruso, Cason Wallace, Kenrich Williams (Thunder)
Fuente: sportsnet.ca
La clara victoria del primer partido no calmaba los nervios de la afición local porque, aunque la delantera en el marcador la llevaban los Thunder gracias a su dominio de las zonas y a la anotación de sus estrellas, Minnesota no se quedaba atrás gracias a los triples. Pese a un parcial de nueve a cero para Oklahoma, los visitantes cerraban el primer acto a cuatro puntos. No era una diferencia considerable y, como los locales se aceleraban en su juego y no acertaban desde el exterior, los Timberwolves le daban la vuelta a la situación. Mark Daiegnault daba nuevos bríos a su trabajo defensivo y Alex Caruso aparecía como solución ofensiva ante la defensa zonal visitante. Los referentes ofensivos de ambos equipos tomaban la responsabilidad anotadora y, como Shai Gilgeous-Alexander mostraba más recursos que Anthony Edwards, los Thunder llegaban al descanso con ocho puntos de ventaja. El partido estaba en zona quebradiza y los nervios atenazaban a los ataques de ambos equipos. La línea de tiros libres era la forma más sencilla de sumar puntos y, tras un parcial de siete a cero para Minnesota, Daiegnault ponía un quinteto bajo. Como quiera que Chris Finch optaba por poner a Rudy Gobert, el técnico local recurría a Chet Holgrem como cinco. Las ayudas defensivas se activaban y, pudiendo correr, la ventaja local superaba los diez puntos. Las recuperaciones de balón eran constantes en el cuadro local, Chet Holgrem se ganaba una técnica por una celebración excesiva y, pese a los tiempos muertos visitantes, y a una buena racha de Anthony Edwards, Oklahoma llegaba al último acto con más de veinte puntos a su favor. Los Timberwolves buscaban reducir la diferencia desde la defensa y contando con el acierto de Nickeil Alexander-Walker. Por mucho que Jalen Williams intentaba evitarlo, Daiegnault veía necesario meter a su base estrella. La diferencia se mantenía por encima de los diez puntos gracias a las diabluras de Gilgeous-Alexander, que llegaba a desesperar a Jaden McDaniels con su habilidad para sacar faltas personales y conseguía que el alero le empujase tras pitar los árbitros, ganándose una falta fagrante. A Minnesota ya no le quedaba mucho tiempo y, por mucho que Edwards lograse bajar la diferencia de los diez puntos, Jalen Williams aparecía para poner el dos a cero en la eliminatoria. Invitado inesperado: Alex Caruso, Cason Wallace (Thunder)