Playoffs NBA 2023: Primera ronda en el Este. Capítulo I

Fuente: behindthebuckspass.com

El Fiserv Forum estaba entusiasmado con el primer puesto de su equipo tras la temporada regular y ese favoritismo, para sorpresa general, la intensidad de Milwaukee se diluía con los balones perdidos y la iniciativa en el marcador era visitante. Como los triples entraban en los Heat, y no en los locales, el atasco de los Bucks era general y sus problemas en el balance defensivo propiciaban el despegue de Miami. La ventaja de los de Florida superaba los diez puntos y la inquietud crecía entre el público local tras ver como Giannis Antetokounmpo se pegaba un costalazo contra el suelo tras una entrada a canasta. El golpe le dejaba tocado y se retiraba a los vestuarios, mientras la defensa local no encontraba respuesta para frenar a Jimmy Butler. Por suerte los suplentes de Milwaukee traían energías renovadas al partido y la desventaja era de nueve puntos al cerrarse el primer cuarto. El segundo cuarto se abría con Khris Middleton cubriendo la baja de la estrella local hasta su retorno, sin embargo  Antetokounmpo no estaba en condiciones y, con los triples de Max Strus, los Heat conseguían mantener su ventaja. Claro que Middleton seguía con su mejor versión anotadora y, gracias al acompañamiento de Bobby Portis, en cuatro minutos el partido estaba igualado. Miami volvía a necesitar de su jugador franquicia en su mejor versión, ya fuese robando balones o anotando, para volver a llevar la diferencia a los dos dígitos y, ante el desacierto en los tiros abiertos de los Bucks, Mike Buldenhozer paraba el partido. Los de Wisconsin buscaban castigar bajo canasta pese a que ya se conocía que su jugador franquicia no podría volver al partido y al otro lado los Heat metían los triples. Tyler Herro se dañaba su muñeca derecha tirándose al suelo, luego se sabría que estaba rota, pero la ventaja visitante al descanso alcanzaba los trece puntos. El tiempo de reposo traía la mejor versión de equipo de Milwaukee pero, pese a ello, Bam Adebayo s comenzaba a activarse para, junto con Butler, mantener las diferencias en el marcador. Naturalmente el paso de los minutos, y los mejores minutos defensivos de Brook López, devolvían la ilusión a la afición local. El siete a cero de parcial obligaba a Erik Spoelstra a llamar a sus jugadores, pero el parcial se completaba hasta un once a cero que situaba a los Heat con tres puntos de ventaja. Sin embargo el descanso del pivot local, por el cansancio, volvía a mostrar las debilidades defensivas de los Bucks y bastaba un minuto final precipitado en ataque del equipo para que Miami se fuese con catorce puntos de ventaja tras realizar un parcial de ocho a cero. Ante la complicada situación que se había generado Milwaukee volvía a anclar su suerte a la defensa y a un Middleton en racha. Claro que, entre los nervios que aceleraban su ataque, y su incapacidad para frenar la anotación de Butler y Adebayo bajo canasta y Kevin Love desde fuera, las diferencias no bajaban de los diez puntos. Bastaban un par de triples de los Heat para confirmar la victoria visitante en el primer partido de la serie.  Invitado inesperado: Kevin Love, Caleb Martin (Heat)

El  Fiserv Forum sabía perfectamente que, sin Giannis Antetokounmpo, los Bucks iban a necesitar de todo su ánimo para evitar el desastre de perder los dos partidos ante su afición. Su sustituto era el siempre sólido Bobby Portis, mientras que en Miami no sabían que esperar del recambio de Tyler Herro, un poco utilizado Duncan Robinson. El inicio demostraba que Milwaukee había aprendido la lección del primer partido y castigaba la falta de estatura de su rival con Brook López de protagonista. Sus compañeros no tardaban en seguirle, los Bucks castigaban a la defensa visitante con puntos fáciles y Bam Adebayo y Jimmy Butler no daban seguido el ritmo anotador de los locales. Jrue Holiday se convertía en protagonista del ataque de los de Wisconsin ante el descanso de su referencia interior y Erik Spoelstra tenía que parar el partido, aunque no servía para nada. Pese a los intentos de Butler, los Heat se presentaban al segundo cuarto con siete puntos de desventaja. El parón dejaba a los mandos ofensivos a dos suplentes expertos, como Víctor Oladipo y Pat Connaughton. El relevo en los ataques llegaban con los triples de Khris Middleton y las canastas de dos de Adebayo y la ventaja local llegaba a los diez puntos. Miami tenía que parar el partido de nuevo pero, para sorpresa general, el equipo se aceleraba con tiros exteriores sin acierto. El parcial era inmediato, un once a cero a la carrera que permitía doblar la ventaja a los locales en un par de minutos de juego. Connaughton seguía siendo un dolor de muelas y Holiday sacaba su mejor versión anotadora para superar a unos desconcertados Heat. Joe Ingles se sumaba al festival con más triples y la ventaja local superaba los treinta puntos tras un parcial de veinticuatro a dos. Miami rompía la sequía de anotación en juego, más de seis minutos, con un triple; pero la primera mitad finalizaba con una diferencia de veintiséis puntos. El partido estaba casi resuelto y no sorprendía ver cierta relajación en los locales. Mike Buldenhozer tenía que parar el partido, su equipo había recibido un parcial de siete a cero en noventa segundos. Las responsabilidades anotadoras eran tomadas por las estrellas de ambos equipo pero, poco a poco, los Heat comenzaban a jugar más individualmente, el cansancio traía malos tiros y balones perdidos y los Bucks no perdonaban la ocasión; con triples de Grayson Allen y Joe Ingles se completaba un parcial de diecisiete a dos que parecía finiquitar el partido. Sin embargo bastaba una técnica a Jae Crowder, por hacer un amago de repetir el agarre de Domantas Sabonis, para despertar a los de Florida. Naturalmente era un espejismo, con los triples y un poco de Portis, Milwaukee cerraba el partido antes de tiempo.La segunda victoria era para los locales y permitía pensar que, con el retorno de su estrella, ya podían aspirar a recuperar el primer partido pese a jugar a domicilio. Invitado inesperado: Joe Ingles, Pat Connaughton (Heat)

Fuente: nationworldnews.com

La primera acción del partido demostraba que los Hawks no salían al partido con la tensión necesaria, perdían un balón tonto en la circulación de balón y encajaban dos puntos sencillos a la contra para levantar el ánimo del TD Garden. El equipo georgiano tenía problemas en ataque; jugaban aceleradamente, con pocos pases, y su defensa se mostraba muy débil. Quin Snyder tenía que parar el partido, pero no servía de nada, las acciones individuales y el abuso del bote permitían a Boston dominar con facilidad gracias a la presencia en las zonas de Robert Williams III. No sorprendía, por tanto, ver a los Celtics cerrando el primer cuarto con diez puntos de ventaja. Atlanta necesitaba poner más juego sobre la pista y pese a que se daba la misma acción de arranque de cuarto, pero en sentido contrario, los errores visitantes se repetían hasta que la diferencia casi se doblaba. Todo era exterior, en individual y precipitado; la lucha no llegaba ante el acierto exterior local y Boston sacaba su mejor versión de conjunto para llegar al descanso con treinta puntos de ventaja. No sorprendía que, ante el parón, los de Massachusetts saliesen un poco relajados a la segunda mitad. Tras encajar un parcial de ocho a cero, en tres minutos, el equipo se desperezaba sin necesidad de la llamada de atención de su técnico. Con sus jugadores de rotación dando más defensa, los Celtics llegaban al periodo final con casi veinte puntos de ventaja. Pese a ello, los Hawks no se rendían; con triples y su mejor defensa estaban a punto de bajar la diferencia de los diez puntos. Sin embargo Joe Mazzulla conseguía centrar a los suyos, la diferencia volvía a rozar los veinte puntos en apenas minuto y medio y el partido iba muriendo poco a poco. Invitado inesperado: Robert Williams III (Celtics)

Los Hawks tenían que mejorar bastante su imagen para poder optar a la victoria en el segundo partido y en los primeros minutos mostraban su mejor versión de equipo, y su acierto exterior, para tomar ventaja. Con Trae Young y DeAndre Hunter acertados, y con Clint Capela imponiéndose en defensa, Atlanta tomaba ocho puntos de ventaja a pesar de la buena versión de Jayson Tatum. Joe Mazzulla tenía que parar el partido, la diferencia visitante superaba los diez puntos pero, inesperadamente, los georgianos comenzaban a acelerar sus ataques. El partido se volvía loco y el banquillo de los Celtics, con su mayor agresividad, sacaba partido de los balones perdidos. Robert Williams III abusaba bajo canasta y los triples entraban para desesperación visitante. Malcolm Brogdon cerraba, con un triple sobre la bocina, la primera mitad. El parcial, de diecisiete a dos, daba mucha tranquilidad al público del Hardwood Houdini. Los tres puntos de ventaja eran un colchón bueno, dado el mal inicio, y se dejaba notar en la confianza local. Ahora su tiro exterior despertaba, y Tatum encontraba la compañía anotadora de Derrick White, para obligar al tiempo muerto de Quin Snyder. Dejounte Murray aparecía en el partido con dos triples, pero no había continuidad en el ataque visitante. Eso, junto con un mal balance defensivo, permitía a Boston llegar al descanso con doce puntos de ventaja. Pese a ello los locales salían en tensión para jugar la segunda parte y, como Trae Young se veía muy solo en ataque, la ventaja local rondaba los veinte puntos constantemente con un Jaylen Brown muy activo. Los tiempos muertos de Quin Snyder no funcionaban y los Hawks se agarraban, de nuevo, al acierto de Murray. Con eso, y con el desacierto de los suplentes de los Celtics, la distancia se reducía hasta los nueve puntos de cara al cuarto final. La situación no preocupaba demasiado a los de Massachusetts porque, con su dominio de las zonas, y los fallos en el tiro visitantes, les llegaba para ir aumentando su ventaja. Derrick White era imparable para Atlanta y los puntos de Bogdan Bogdanovic no llegaban para evitar la contundente derrota visitante. Tras dos partidos la eliminatoria se iba a Georgia con ventaja de los Celtics, dos a cero. Invitado inesperado: Robert Williams III, Malcolm Brogdon (Celtics)

Fuente: basketballforever.com

El Wells Fargo Center vibraba en los instantes previos al primer partido de la eliminatoria contra los Nets, contaban con Joel Embiid y la serie se presumía sencilla. Y el inicio dejaba clara la superioridad local bajo canasta, las segundas opciones daban aire al ataque de Philadelphia y los dos contra uno permitían encontrar tiros abiertos cómodos. Enfrente Brooklyn sobrevivía a base de talento, especialmente el de Mikal Bridges, y si se mantenía cerca en el marcador era por la precipitación local. Sin embargo un tiempo muerto de Jacque Vaughn reorganizaba el ataque del equipo de Pennsylvania y le permitía a los Sixers tomar una ligera ventaja de cara al segundo cuarto. Un periodo que nacía con los Nets instalados en una zona débil que obligaba al técnico visitante a parar el partido porque, en dos minutos, la diferencia rozaba los diez puntos. El paso a defender en individual daba alas a los neoyorquinos, la ventaja local se reducía a la mitad y ahora era Glen Rivers el solicitante del tiempo muerto. Naturalmente este optaba por reintegrar a sus titulares al partido; Embiid se hacía con el dominio de las zonas poco a poco y la diferencia alcanzaba la decena de puntos. Ni el intercambio final de canastas entre James Harden y Mikal Bridges impedía, a Philadelphia, cerrar la primera mitad con nueve puntos de ventaja. El tercer periodo debía resolver el partido y se notaba cierta tensión en el juego que impedía ver puntos con facilidad. Los triples volvían a ponerse del lado local para poder mantener su ventaja. Mientras, en los Nets, se comenzaban a perder los nervios con un par de faltas duras a la estrella local; encarándose este con Royce O´Neale para repartirse una doble técnica. Así el tercer cuarto se iba cerrando, pese a los intentos de Cameron Johnson, con la diferencia local en los dos dígitos por su mayor acierto exterior. De nuevo el paso por los banquillos frenaba la anotación de ambos equipos pero, sorprendentemente, Paul Reed se hacía grande en las zonas y la diferencia de los Sixers, pese al parón del técnico visitante, alcanzaba los veinte puntos. Brooklyn conseguía acertar con tres triples seguidos para poner el partido a once puntos, aunque no era suficiente. Embiid, y los triples, daban a Philadelphia la primera victoria de la eliminatoria. Invitado inesperado: Paul Reed (Sixers)

Se esperaba una mejor versión visitante para el segundo partido y el equipo neoyorquino respondía con la mejor versión de su juego interior y, como los Sixers erraban tiros fáciles, Glen Rivers tenía que levantarse para frenar el partido. Con la versión más agresiva de Tyrese Maxey y, el desacierto de Brooklyn, la ventaja en el marcador cambiaba de bando tras un parcial de diez a cero. Por suerte para los visitantes, los triples les permitían llegar al segundo cuarto con el marcador empatado. Un periodo que se abría con más contactos sobre la pista y Paul Reed y Seth Curry eran los protagonistas ofensivos de sus equipos. La defensa de los Nets comenzaba a provocar errores en el ataque local y, con un Cameron Johnson encendido, los visitantes se ponían con una decena de puntos a su favor tras un parcial de nueve a cero en noventa segundos. La solución local llegaba desde la defensa y con más agresividad en su ataque, especialmente en Joel Embiid y Maxey. Pese a ello, gracias a un tiempo muerto de Jacque Vaughn, Brooklyn conservaba una renta de cinco puntos para la segunda mitad. El Wells Fargo Center veía otra actitud en su equipo con el inicio del tercer cuarto, buscando dominar las zonas y, como los Nets no encontraban acierto con los triples y los de Pennsylvania sí, Philadelphia se ponía con ocho puntos de ventaja tras seis minutos de juego. El ritmo era alto, pero el acierto comenzaba a escasear y, pese a ello, los Sixers llegaban a los doce minutos finales con una corta ventaja de cinco puntos. Todo estaba en el aire pero, entre que los visitantes no metían un tiro, y que Paul Reed daba vida a los locales con el rebote ofensivo, el marcador se mantenía relativamente estable. No sería hasta los minutos finales donde Philadelphia, gracias a la determinación de Embiid bajo los aro y al descaro de Maxey, consiguiese doblar su ventaja y asegurar su segunda victoria en la eliminatoria. Invitado inesperado: Paul Reed (Sixers)

Fuente: heavy.com

Pese a que los Knicks recuperaban a Julius Randle para el primer partido de la eliminatoria, el Rocket Mortgage Fieldhouse sacaba los pañuelos para animar a los suyos en su regreso a los playoffs. Pese a ello la iniciativa en el arranque era visitante por los balones perdidos de Cleveland y el acierto de Jalen Brunson. Sin embargo los locales respondían al desafío con un parcial de nueve a cero. Los suplentes neoyorquinos calmaban la situación a base de defensa, robando balones y, ante el desacierto con los triples de los locales, Nueva York cerraba el primer cuarto con seis puntos de ventaja. El segundo acto se presentaba complicado para los de Ohio porque, ni su juego interior dominaba, ni los tiros bajo canasta entraban. Así las cosas la desventaja local se situaba en los dos dígitos. Randle se las apañaba para contener a los Cavaliers y, pese a que Brunson se cargaba con su tercera falta personal, los Knicks conseguían aplacar la reacción comandada por Donovan Mitchell y la defensa local. El partido se volvía loco, pero los visitantes llegaban al descanso con cinco puntos de ventaja. El partido seguía a todo ritmo, pese al paso por los vestuarios, y Tom Thibodeau no dejaba pasar un minuto de acción antes de parar el partido. El orden volvía al juego y con ello la igualdad al marcador. En medio de la tranquilidad general aparecían los balones perdidos en Cleveland y nuevamente los visitantes abrían un pequeño hueco. Darius Garland y Brunson intercambiaban canastas y Nueva York llegaba al último periodo con ocho puntos de ventaja. La situación traía los nervios a los Cavaliers y Josh Hart ponía la distancia en diez puntos. JB Bickerstaff quería tener una charla con su equipo y despertaba la mejor versión de su jugador franquicia. Claro que, pese al acierto de Donovan Mitchell, el mando seguía siendo visitante gracias al rebote ofensivo y a la mejor versión de su base. Nuevamente el técnico local pisaba el freno y solicitaba un tiempo muerto. La defensa subía en agresividad, a los neoyorquinos se les escapaban los balones  y Cleveland completaba un parcial de nueve a cero para llegar a los dos minutos finales con un punto de ventaja. Ahora era el técnico visitante el responsable de parar el partido, la buena racha del escolta local se cortaba y Brunson encontraba en Josh Hart un aliado para poner a los Knicks con cuatro puntos de ventaja restando medio minuto de partido. Los Cavaliers diseñaban un ataque rápido y Nueva York debía cerrar el partido en la siguiente posesión. La responsabilidad recaía en su base que, aunque erraba, veía con alivio como el rebote ofensivo era para los suyos y Quentin Grimer cerraba el partido con dos tiros libres a falta de cuatro segundos.  Invitado inesperado: Josh Hart, Isaiah Harstentein, Obi Toppin (Knicks)

El segundo partido era fundamental para los Cavaliers y el ambiente, en el Rocket Mortgage Center, estaba cargado de tensión de cara al segundo partido. Una sensación que se trasladaba a los jugadores, predominando la lucha por encima del acierto. Tenían que aparecer los balones perdidos en el cuadro local, y la mejor versión de Julius Randle y Jalen Brunson, para complicar más la vida a Cleveland tras encajar un parcial de diez a cero. Darius Garland tomaba la responsabilidad del ataque de los Cavaliers, y con una defensa más presionante sobre el balón, se devolvía el parcial encajado. Los Knicks cerraban el primer cuarto con tres puntos de desventaja pero, el parón obligatorio, no mejoraba la situación. El ataque neoyorquino encontraba demasiados tiros forzados y, aunque Cleveland no aceleraba, bastaba otro arreón de Garland para llevar la diferencia hasta cerca de la decena de puntos. Ni el tiempo muerto de Tom Thibodeau servía para mejorar la ofensiva visitante. El parcial en contra era de trece a dos y la única solución venía de parte de sus estrellas. Por encima los Cavaliers comenzaban a jugar en equipo, Josh Hart se ganaba una técnica y la diferencia llegaba a los veinte puntos al descanso. En Nueva York se veía el tercer cuarto como un todo o nada para los Knicks y en los locales el buen momento de Caris LeVert le hacía salir en el quinteto titular. Ambos equipos eran conscientes de la situación y las defensas se imponían a los ataques. El problema, para los de Ohio, es que Donovan Mitchell estaba muy solo en ataque y la diferencia bajaba ligeramente. No tardaban en aparecer Garland y LeVert para acompañar al escolta y los Cavaliers llegaban al último capítulo del partido con casi la misma ventaja que al descanso. Doce minutos perdidos y malas sensaciones en los neoyorquinos porque, con los suplentes, el equipo volvía a atascarse en ataque y era una tendencia que se repetía con el cambio de cuarto. Además LeVert se mostraba muy suelto y la diferencia se acercaba a las tres decenas de puntos. Con el partido decidido sólo quedaba por ver una absurda flagrante de Jarret Allen intentando impedir un mate de Randle, Cleveland cerraba el empate en la serie con una victoria contundente. Invitado inesperado: Caris LeVert (Cavaliers)

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