LOS MEJORES DE 2020: Baloncesto FIBA. El mes de marzo que cambió todo

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No se puede entender este año 2020 en el mundo del baloncesto sin el mismo factor que ha afectado a nuestra vida en todos los niveles. Todo lo acontecido en este año infausto y tristemente inolvidable fue muy diferente antes y después de marzo, todo lo ocurrido quedó trastocado por la terrible pandemia provocada por el coronavirus y que, centrándonos en el baloncesto, cambió de golpe el guion escrito para esta temporada.

Hasta que llegó marzo, la superioridad del Real Madrid en el baloncesto español no estaba en discusión, como quedó de manifiesto en la Copa del Rey celebrada en Málaga. El equipo blanco llegaba a la primera gran cita de la temporada inmerso en una pequeño bajón de juego, pero los de Laso volvieron a demostrar que compiten como nadie llegado el momento de disputar los títulos. Tumbó en cuartos de final a Bilbao Basket, una de las sensaciones del curso y que contaba por victoria cada partido disputado contra un rival de Euroliga. El matagigantes aguantó el pulso hasta el descanso, parecía capacitado para mirar a los ojos a tan poderoso rival, pero la defensa madridista en el tercer cuarto, el frenético ritmo impuesto por Campazzo y una racha fulgurante de Llull en los últimos minutos acabó con la resistencia de Los Hombres de Negro. Paso a semifinales, al que debía ser un Clásico que frustró Valencia Basket en el partido inaugural. El equipo taronja sufrió un gran desgaste para infligir al Barça su primer varapalo serio de la temporada y que evidenciaba la falta de conjunción de la plantilla y la excesiva dependencia hacia Mirotic. Tanto esfuerzo pasó factura ante un Madrid que pasó el rodillo desde el primer momento y sometió a un rival cansado, atemorizado por Tavares y arrasado por la velocidad vertiginosa del conjunto de Laso. 23 puntos de diferencia que despejaron el camino hacia la final contra el anfitrión. Unicaja había avanzado por el lado más cómodo del cuadro y se plantaba en el duelo por el título cargado de ilusión y empujado por el apoyo de sus aficionados en el Martín Carpena. Sin embargo, no tuvo ni una sola opción el equipo malagueño, atropellado por un Madrid implacable que no tuvo piedad del cansancio y los problemas físicos de varios jugadores clave de Unicaja. Ni un instante para la emoción en una final a la que le sobraron quince minutos. La obra maestra que firmó el equipo blanco deparó la diferencia más abultada en una final de Copa en la era ACB (68-95) y culminó la mayor superioridad vista en el torneo desde que se instauró el formato actual. La hegemonía del Real Madrid en el baloncesto nacional alcanzaba una cota más propia de tiempos pretéritos.

real-madrid-campeon-de-copa-2020Fuente: 20minutos.es

Hasta que llegó marzo, la Euroliga estaba liderada con autoridad por el Efes Pilsen turco. Parecía el año de un equipo que había encontrado la fórmula del éxito en las dos últimas temporadas tras tantos sinsabores con plantillas rutilantes que acababan convertidas en bandas de la peor calaña. Era el momento de Shane Larkin, el terror de las canchas europeas a golpe de una exhibición tras otra para frustración de todo rival que se interponía en el camino del equipo otomano. Probablemente, los aficionados llevaban muchos años sin sufrir una impotencia semejante ante el impacto provocado por un solo jugador. Los recitales individuales de Larkin situaron a Efes Pilsen como principal favorito, con permiso de Real Madrid y Barça, que lideraban la Liga ACB y velaban armas a la espera de que llegara el tramo decisivo de la temporada a partir de abril, cuando se juegan las castañas cada año.

Pero llegó marzo y cambió la vida para todos. Lo que semanas atrás se vendía como una gripe oriental, lo que días antes se consideraba un problema radicado simplemente en el norte de Italia en territorio europeo, escapó a todo control hasta convertirse en una trágica pandemia a nivel global. El confinamiento y las duras restricciones impuestas afectaron por completo a la vida diaria, transformada desde entonces por una parálisis sin precedentes en el último siglo. El baloncesto, como cada faceta cotidiana, sufrió un brusco parón que trastocó todo el desarrollo habitual de la temporada. La prolongada duración de las severas medidas tomadas por los gobiernos forzó a replantear lo que restaba de campaña. La imposibilidad recuperar el tiempo perdido y de moverse por Europa debido a la situación sanitaria fue el argumento esgrimido por la Euroliga para cancelar la competición. Adiós al sueño de Efes Pilsen en el que era su año. Por contra, en España optaron por aguantar el chaparrón y esperar acontecimientos. La mejoría de los datos de contagios y fallecidos en el mes de mayo animó a la Liga ACB a tomar la decisión de replantear lo que restaba de campaña con un formato nuevo y especial. Los doce primeros clasificados en la jornada 23, la última celebrada, disputarían en junio una fase final por el título en Valencia, a puerta cerrada, divididos en dos grupos de seis equipos. Todos partirían de cero en una solución de emergencia que dilucidaría el título en un torneo de similares características a un campeonato de selecciones.

Larkin bota el balón delante de RandolphFuente: piratasdelbasket.net

Tres meses después, la situación era muy diferente para muchos participantes. Había incertidumbre sobre cómo podía afectar el parón al Real Madrid, que iba lanzado en marzo, o si el Barça había aprovechado este tipo para trabajar en la solidez que le falta al equipo azulgrana. Para algunos equipos el regreso llegaba en mal momento. Basket Zaragoza y Bilbao Basket se presentaban con plantillas debilitadas, ya que varios jugadores importantes habían salido del club en plena pandemia. Burgos y Andorra, por otro lado, llegaban mermados en el juego interior debido a las lesiones. Sin embargo, equipos como Baskonia y Unicaja habían recuperado lesionados y se les presentaba una buena oportunidad para enderezar una temporada torcida. Total, era un nuevo comienzo y el formato de esta fase final tan especial era idóneo para las sorpresas. Pocos podían imaginar que se vivirían tantas.

En el grupo A, donde quedó encuadrado el Barça, se presentaba como el más duro de la primera fase. Unicaja y Baskonia, una vez rearmados, se presentaba como rivales muy peligrosos, sin olvidar a un CB Canarias que había realizado una temporada excelente hasta marzo, pero las dificultades afloraron el lado más competitivo de los azulgranas. Superado Joventut en un partido con muchos altibajos, el Barça afrontaba los dos duelos de mayor exigencia. Contra Unicaja, superó un mal inicio para lograr un triunfo solvente, basado en un defensa seria que hundió a un equipo malagueño sin argumentos para acabar con las pérdidas de balón. Ante Baskonia, firmó un primer cuarto espléndido que revirtió el recital individual de Shields en el segundo periodo. La segunda mitad se convirtió en una batalla física de la máxima exigencia, de tal calibre que varios jugadores acabaron con problemas físicos. El Barça salió vencedor de la guerra (81-75) con Hanga como factor desequilibrante, pero quedó de manifiesto que el equipo vitoriano sería un rival muy áspero en una posible final. Sin embargo, la clasificación había quedado allanada para los azulgranas. Un triunfo sencillo ante el mermado Bilbao Basket certificó el liderato del grupo y convirtió en un trámite el encuentro contra CB Canarias, primer eliminado del torneo y una de las grandes decepciones. El segundo puesto se lo jugaron en la cuarta jornada Baskonia y Unicaja. Por dos ocasiones, el equipo malagueño tuvo el triunfo en su mano, pero sus propios errores le condenaron en el minuto final, tanto en el último cuarto como en la prórroga. Una derrota que recodarán mucho tiempo en Málaga, pero que dejó patente el carácter competitivo e indestructible de los hombres de Ivanovic. Fue la primera muestra de su voluntad irreductible.

Hanga busca el mateFuente: cope.es

El grupo B se presentaba como un duelo cerrado entre Real Madrid y Valencia Basket, superiores sobre el papel a rivales mermados por las lesiones y las bajas de jugadores que se marcharon en lo más crudo de la pandemia. Sin embargo, el equipo blanco ya dio muestras en su debut frente a Gran Canaria de falta de consistencia y debilidad defensiva pese a la victoria conseguida. Esta sensación quedó refrendada contra Burgos, que superó un inicio fuerte de los de Laso para dominar con un juego más vigoroso y un dominio sorprendente en el rebote ofensivo. Pese a la reacción provocada por Llull y Rudy en el último cuarto, los errores en los ataques finales le condenaron a caer a menos de Burgos, que lograba su primera victoria de la historia ante el Madrid. Era patente que el equipo blanco no llegaba en buen momento a este fase final, cuyo formato no era el más favorable para un bloque ya veterano. La sorprendente derrota ante Burgos convertía en una especie de final su encuentro contra Valencia Basket. Posiblemente, fue el partido más bonito y vibrante esas dos semanas. El conjunto de Ponsarnau resistió a un bombardeo de triples durante el primer cuarto de hora y llegó a poner contra las cuerdas a los madridistas durante buena parte de la segunda mitad. Un recital ofensivo que acabó decidiendo en los últimos minutos Campazzo, el único jugador del Madrid que llegó a Valencia en un estado de forma estelar. El base argentino fue el gran responsable de un triunfo muy sufrido y dejó claro que era el pilar fundamental en los esquemas de Laso.

Llull lanza una botella de aguaFuente: telemadrid.es

El Madrid había salvado una situación límite, pero quedó enterrado en un nefasto partido contra Andorra. Nunca estuvo en el partido, superado siempre por un rival inspirado bajo la batuta de un genial Hannah y dominador en todas las facetas del juego. Como dijo Laso, a su equipo le faltó de todo en una dura derrota (91-75). La remontada de Valencia Basket sobre Burgos con un festival de triples en el último cuarto dejaba al Real Madrid en un situación delicada, sin depender de sí mismo en la última jornada. La suerte no le acompañaría al equipo blanco. La abultada victoria de Valencia Basket, que arrolló en la segunda mitad a un nefasto Gran Canaria, le dejaba sin opciones de clasificación. Seguramente, era el momento más bajo del Madrid en la etapa de Laso en el banquillo. Por otro lado, la plaza restante en semifinales la ocupó el sorprendente Burgos, que resistió la superioridad de Andorra en los tres primeros cuartos para imponer su inquebrantable fe y moral de hierro en los últimos minutos. El cuento de Cenicienta se reescribía una vez más.

La gran revelación de la fase final ya había cumplido con creces antes de enfrentarse en semifinales al Barça. Pese a competir con dignidad, nada puedo hacer ante la superioridad de la plantilla azulgrana y su acierto en el tiro exterior durante la segunda mitad. Ni siquiera tuvieron que pisar a fondo el acelerador los hombres de Pesic para sellar su pase a la final. De todos modos, este hito supuso un paso más en la evolución de Burgos, que lograría su primer título en octubre en la FIBA Champions League, la tercera competición europea en importancia. El otro encuentro entre Valencia Basket y Baskonia se presentaba mucho más nivelado. Los anfitriones lo controlaron con comodidad durante la primera parte, incluso disfrutaron de once puntos de ventaja al filo del descanso, pero cayeron en la emboscada que tendió Ivanovic en la segunda mitad. La dureza defensa, el ardor guerrero, el orgullo de competidor nato. Las señas de identidad de Baskonia que atenazaron a un rival que no supo manejarse en una pelea cuerpo a cuerpo y echó en falta al lesionado Abalde, pieza fundamental durante toda la fase de grupos. Se entregó a un derroche de triples que le acabó costando el partido ante Baskonia, que no contaba con una de las mejores plantillas de su historia, pero al que le sobraba carácter y amor propio para plantarse en la final. Segundo aviso del equipo vitoriano, aunque el claro favoritismo recaía en el Barça, gran candidato para recuperar una Liga ACB que no conseguía desde 2014.

Baskonia celebra el título de Liga ACB en el vestuarioFuente: hechosdehoy.com

Y todo transcurría según lo previsto. Aunque no disfrutaron de diferencias muy elevadas, el equipo azulgrana dio un estirón en el segundo cuarto que le permitía dominar la final con cierta solvencia. El camino se presentaba despejado, pero no tardó en torcerse tras el descanso. El Barça cayó en la misma trampa que le tendió Ivanovic diez años atrás, cuando consiguió que el los culés descarrilaran cuando dominaban Europa en el punto más álgido de la etapa de Xavi Pascual. Planteó un duelo perro, muy físico y lleno de emboscadas. Una guerra de guerrillas a la que no se adaptaron unos jugadores incómodos cuando del bajar al barro se trata. Bajo la batuta de un lúcido Vildoza, Baskonia tomaba el mando en el marcador para frustración de un rival maniatado y sin referente. Mirotic estaba anulado por Shengelia, quien logró forzar su quinta personal a cinco minutos del final. Pesic arriesgó demasiado y se quedó sin su principal figura en el tramo final el partido. Por mucho que Heurtel asumiera la responsabilidad, al Barça le temblaron las canillas en un desenlace semejante al lanzamiento de una moneda al aire. Un despiste defensivo propició que Vildoza anotara una bandeja completamente solo a tres segundos del final (67-69). Una canasta para el recuerdo, que no pudo anular el triple forzado de Higgins sobre la bocina. La sorpresa se había consumado, Baskonia había dado la vuelta a una temporada llena de sobresaltos y lograba su cuarto título de Liga ACB, una década después de su último éxito. Éxtasis que contrastaba con el fracaso del ambicioso proyecto azulgrana en su primera temporada y que le costó el puesto a Pesic.

Campazzo-MVP-Supercopa-2020Fuente: fullbasket.es

La resolución de una temporada tan atípica obligaba a los grandes futboleros a moverse en verano. El Barça se hizo con los servicios de Calathes como nueva arma poderosa en el arsenal de Jasikevicius, el entrenador deseado y que llegaba finalmente a Barcelona. En cuanto al Real Madrid, la renovación anunciada tras el fiasco en Valencia se quedó en ajustes muy moderados. No se produjeron tantas bajas como reflejaban los medios y el costoso fichaje de Abalde y la incorporación definitiva de Alocén fueron las únicas novedades. Sin embargo, la actualidad en el equipo blanco la marcó el deseo de Campazzo de salir del club para probar suerte en la NBA. Un terremoto en el club ante la perspectiva de perder el pilar maestro en los planes de Laso. El retraso en la apertura del mercado en Estados Unidos permitió al Real Madrid disfrutar del base argentino un tiempo de prestado. Campazzo realizaría su último gran acto de servicio en la Supercopa, como responsable máximo del triunfo del Real Madrid sobre el Barça en La Laguna con un último cuarto estelar. El 22 de noviembre, contra Manresa en un Palacio de los Deportes vacío, disputó su último partido con la camiseta del Real Madrid antes de partir a Denver en busca del sueño americano. Se abría un periodo de incertidumbre que, por el momento, el conjunto blanco está manejando con madurez y éxito pese a la ausencia de un base de primer nivel y un pívot que proporcione descanso a Tavares. Curiosamente, el mar de fondo azota Barcelona con la polémica gestión de la salida del club de Heurtel y que está suponiendo un serio desgaste en la imagen del club azulgrana. Quien sabe si el destino del base francés está al otro lado del puente aéreo.

Perfumerías Avenida campeón Copa de la Reina 2020Fuente: jgbasket.net

El baloncesto femenino también sufrió los rigores del confuso y nefasto mes de marzo. En febrero, la selección española selló su presencia en los Juegos Olímpicos tras ganarse su billete en el Preolímpico disputado en Belgrado, sede que sustituía a Pekin cuando aún se vendía la imagen que en tierras chinas había un gripe extraña causada por las cosas tan raras que comen. Bastó con un abultado triunfo ante la débil Corea del Sur en el primer partido, ya que ni siquiera la derrota por la mínima ante China puso en riesgo la clasificación. De hecho, el último partido contra Gran Bretaña se convirtió en un duelo intrascendente para las jugadoras de Lucas Mondelo. De todos modos, la cita olímpica aún tendrá que esperar. Por otra parte, hubo tiempo para disputar la final de la Copa de la Reina, celebrada en Salamanca una semana antes de la declaración del Estado de Alarma con triunfo rotundo de Perfumerías Avenida en otro de sus inevitables duelos contra Girona desde hace más de un lustro. La última competición antes de la explosión descontrolada del coronavirus por España y que obligó a parar todo. Al igual que en categoría masculina, la Euroliga quedó cancelada, al igual que la Liga femenina, que no encontró una solución de emergencia para dilucidar el título como ocurriera en la Liga ACB. Pese a los estragos de la pandemia, la nueva temporada echó a andar con relativa normalidad (si eso es posible) con el retorno de muchas de las jugadoras de la selección que estaban enroladas en diferentes clubes europeos. El regreso del talento exportado ha fortalecido claramente el nivel de la Liga española, como ya quedó acreditado en la pasada Supercopa aunque volviera a caer en manos de Perfumerías Avenida. El avance de equipos como Valencia Basket amenaza seriamente el duopolio establecido desde hace años en el baloncesto español.

Mejor equipo Baloncesto FIBA 2020

  • Burgos (44%, 7 Votes)
  • Efes Pilsen (25%, 4 Votes)
  • Perfumerías Avenida (13%, 2 Votes)
  • Ekaterimburgo (13%, 2 Votes)
  • Baskonia (6%, 1 Votes)

Total Voters: 16

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