MUNDIALES NATACIÓN GWANGJU 2019: Resumen y análisis. Un nuevo jefe

Caeleb Dressel celebra un triunfo

Ha pasado una semana desde que finalizaron los Mundiales de natación, celebrados del 12 al 28 de julio en la ciudad surcoreana de Gwangju. Tiempo de sobra para digerir lo sucedido durante dos semanas cargadas de competición aunque ya abundan los análisis de los resultados desde el mismo momento en que se clausuraron los Mundiales. En muchos puntos tampoco hacía falta esperar demasiado para sacar claras conclusiones de un balance que se veía venir pero nunca está de más otro resumen cuando las aguas bajan más tranquilas.

En Gwangju se confirmó lo que apuntó Caeleb Dressel dos años antes en Budapest. Es el nuevo jefe de la natación masculina, quien recoge el testigo de su compatriota Michael Phelps como referente y figura máxima de este deporte. Las pruebas de velocidad en estilo libre y mariposa están sometidas a su férreo dominio. Cinco medallas de oro y una de plata que le convierten en la gran figura del campeonato y la locomotora que impulsa la natación masculina estadounidense. No en vano consiguió las únicas medallas de oro del equipo masculino de Estados Unidos en Gwangju. El discutible criterio de selección, atendiendo a los resultados del año pasado, del equipo estadounidense para estos Mundiales afectó a los resultados aunque no impidió que continuara una edición más la hegemonía del país de las barras y estrellas en la natación mundial. No obstante, la alargada sombra de Dressel no acaparó todo el protagonismo. También hubo espacio para otros actores. El británico Adam Peaty extendió aun más su tiranía en la braza, batiendo de paso su record mundial de los 100 braza para convertirse en el primer nadador que baja de los 57 segundos en esta prueba. Quizá no tiene una repercusión mediática a la altura de sus marcas y aplastante dominio. No fue el único en destrozar plusmarcas mundiales. El ruso Chupkov lo consiguió en los 200 braza. Milak, la nueva joya de la natación húngara, puso fin al record mundial de Phelps en los 200 mariposa. Seto se afianza como el dominador de los estilos a un año de los Juegos Olímpicos que se celebrarán en su país. Incluso hubo espacio para la polémica alrededor de la figura del controvertido Sun Yang. Su inexplicable facilidad para escaquearse de controles antidopaje y la actitud condescendiente de la FINA al respecto han levantado ampollas. Mack Horton y Duncan Scott se negaron a darle la mano en la entrega de medallas, a lo que respondió Sun con improperios y miradas desafiantes. Demasiado ruido extradeportivo alrededor del nadador chino, oro en los 200 y 400 libres.

Sun Yang se encara con Duncan ScottFuente: 7news.com.au

En la natación femenina las grandes figuras se volvieron humanas. Ledecky, que llegó enferma al Mundial, sólo logró el oro en los 800 libres. Sjöstrom y Hosszu tampoco estuvieron al nivel acostumbrado en anteriores campeonatos. La nadadora sueca logró cuatro medallas pero sólo consiguió subir a lo más alto del podio en los 50 mariposa. Hosszu se refugia en los estilos, que sigue dominando con solvencia, pero el paso del tiempo se nota en una nadadora acostumbrada a calendarios cargados de pruebas. Las concesiones de las reinas de la natación dejó espacio para el lucimiento de otros nombres. Las nadadoras estadounidenses no acusaron tanto el sistema de selección como sus compañeros en categoría masculina. Simone Manuel, Lilly King o la prodigiosa Regan Smith (con sólo 17 años batió el record mundial de los 200 espalda que poseía su compatriota Missy Franklin) demostraron la fiabilidad y competitividad de las nadadoras de Estados Unidos. Otra joven prodigio, la australiana Titmus, sorprendió el primer día batiendo a Ledecky en los 400 libres. Aún desconocíamos que Ledecky estaba enferma pero Titmus dejó señales suficientes para que se le tome en cuenta como el referente  a corto plazo en el estilo libre, dominado por las aussies en las pruebas de relevos. El auge de las nadadoras canadienses (tercera potencia en la natación femenina tras Estados Unidos y Australia) y el buen rendimiento de las italianas fueron otros puntos destacados en el balance de la natación femenina en Gwangju.

Regan Smith bate record mundial 200 espaldaFuente: startribune.com

En el computo global, Estados Unidos dominó el medallero con 27 medallas (14 oros, 8 platas, 5 bronces), a una distancia considerable de Australia (5 oros, 9 platas, 5 bronces), Hungría (4 oros), Rusia (3 oros, 7 platas, 6 bronces) e Italia (3 oros, 2 platas, 3 bronces). Como en cada edición, aplicaremos el sistema Perdi-Rosschak para evaluar y clasificar con mayor precisión los resultados de estos Mundiales. Encontramos algunos cambios. No cambia el claro dominio de Estados Unidos (243 puntos) ni el regreso de Australia (156 puntos) como primera alternativa aunque sí vemos la primera variación en la tercera plaza, ocupada por Rusia (118 puntos). A distancia le siguen un grupo compacto formado por Reino Unido (57 puntos), Canadá (56 puntos), Italia (54 puntos) y China (50 puntos). Es evidente que Estados Unidos sigue dominando la natación mundial pero Australia reduce distancias. En los relevos, en especial en categoría femenina, quedó de manifiesto que en Australia han encontrado una generación con mucho talento. En Tokio se espera un duelo muy cerrado entre las dos grandes potencias. Rusia está de vuelta y se consolida como tercera vía. En el Europeo de Glasgow presentó a un grupo de jóvenes con mucho talento que se confirmaron en Gwangju. A los Rylov, Kolesnikov o Chupkov les esperan muchos días de gloria. A Rusia le queda extender su auge a la categoría femenina, donde depende en exceso de Efimova. Un caso muy parecido al de la natación británica. Canadá e Italia se afianzan como potencias emergentes con buenas perspectivas de crecimiento mientras Japón necesitará algo más que Seto para desempeñar un papel destacado en Tokio. Algunas potencias del pasado, en cambio, continúan su imparable decadencia o siguen en el agujero. El relevo generacional está resultando duro para Francia, camino de la intrascendencia a nivel mundial. Hungría conserva un puñado de nadadores de mucho nivel pero la columna vertebral del equipo es muy veterana. Hosszu no es eterna y Milak o Kapas pueden no ser suficientes para mantener el notable nivel competitivo húngaro en la última década. Holanda se dirige hacia la intrascendencia en el ocaso de sus velocistas. Alemania, ni está ni se le espera.

Joan Lluis PonsFuente: 20mintos.es

¿Y España? No merece la pena molestarse en buscar en el medallero, no aparece. Las previsiones antes del Mundial no eran optimistas y se cumplieron los negros vaticinios. Sólo tres finalistas. Las dos finales de Mireia Belmonte en 800 y 1.500 libres (esta última de rebote por la enfermedad de Ledecky) y la Joanllu Pons en los 400 estilos. La cuarta plaza del mallorquín supuso el mejor resultado de la natación española. Un balance desolador. Unos resultados nefastos que se fraguaron en una deficiente planificación y unos polémicos criterios de obtención de mínimas que provocó irritación y desánimo en los nadadores y le costó el puesto al director técnico, Albert Tubella. Se alargó el plazo de mínimas hasta el circuito Mare Nostrum pero era tarde para arreglar el desastre. La mayoría de los nadadores llegaron en baja forma. Curiosamente quien llegó mejor, Joanllu Pons, logró la mínima en el plazo extendido. No parece casual. Mireia Belmonte, corta de preparación tras superar los vértigos sufridos el año pasado, y Jessica Vall tienen disculpa para un año gris con toda la trayectoria que arrastran pero el desencanto y falta de competitividad de los jóvenes produce preocupación. En especial un gran proyecto como Hugo González que va camino de frustrarse por completo. Se podía salvar también de la quema a Lidón Muñoz, que tuvo una participación digna, pero sólo Joanllu Pons puede salir satisfecho de estos Mundiales. Joanllu es poco seguido mediáticamente de manera injusta. Un nadador competitivo y habitual en las finales de los 400 estilos. Hay que tener mucho nivel para disfrutar de un perfil así en una prueba tan terrorífica. El periodista Javier Romano escribió en un artículo de opinión en Marca que España ha desperdiciado de nuevo un ciclo olímpico. Aunque aún falte un año para los JJOO la razón le asiste. En un deporte planificado en etapas de cuatro años es poco tiempo para arreglar problemas de base muy serios que se arrastran desde hace décadas. Mala planificación, nula coordinación entre técnicos y toda la atención volcada en la gran estrella de turno. Este último punto explica el enorme poder e influencia de Fred Vergnoux dentro de la Federación. Son indudables sus resultados con Mireia Belmonte pero también que sus métodos y disciplina sólo le han servido a ella. Son numerosos los nadadores que no se adaptan a este sistema y acaban quemados y frustrados. Falta cintura para aceptar alternativas. Lo denunció  al finalizar el campeonato el propio Joanllu Pons, alejado de la órbita de Vergnoux. Como era de esperar Fernando Carpena no asume responsabilidad y le basta con decir que el año que viene todo será diferente. La cantinela de siempre. Dimitir es un nombre ruso en muchas Federaciones deportivas y la culpa es siempre del empedrado.

España plata waterpolo femeninoFuente: deporteymujer.com

Para buscar alegrías hay que mirar al waterpolo. Uno de los deportes milagro en los que España se encuentra en la élite mundial pese a la escasez de licencias y recursos. Por primera vez España logró subir al podio en categoría masculina y femenina. Un hito al que sólo le faltó redondear con la medalla de oro. Las chicas toparon con el muro insalvable que supone Estados Unidos, un dechado de físico y olfato goleador que está muy por encima de todas sus rivales. Los chicos tuvieron su peor día del torneo precisamente en la final, a merced de una Italia superior desde la defensa y el oficio. Sin embargo las sensaciones son excelentes. Las chicas de Miki Oca han alcanzado la madurez como conjunto pese a que la base es aún joven. El retorno de Roser Tarragó añadió un punto más de remate y agresividad defensiva a un equipo que recobró su descaro y controla los partidos a su antojo salvo cuando están las estadounidenses enfrente. Alta intensidad defensiva, paciencia en ataque, la garantía que supone Laura Ester bajo palos, una boya (Maica García) de altísimo nivel, una extensa nómina de goleadoras (Bea Ortiz, Tarragó, Forca, Anni Espar) que asegura la efectividad. El equipo masculino confirmó que la plata europea en Barcelona el año pasado no se debió a su condición de anfitrión. En apenas dos años el equipo entrenado por David Martín ha pasado de deambular en tercera fila, más cerca de selecciones como Japón o Kazajstan que de los aspirantes a las medallas, a regresar a la élite del waterpolo. Un bloque prometedor con algunos jugadores que apuntan a figuras internacionales (Munárriz, Granados, Tahull) y apuntalado por ilustres veteranos (Dani López Pinedo, Felipe Perrone, Fran Fernández, Blai Mallarach) que aportan experiencia y solidez. El éxito en Barcelona demostró que era posible cambiar un panorama muy oscuro, que se podía competir con los grandes. Supuso la dosis necesaria de confianza y atrevimiento para aspirar a todo. Sólo falta rematar. Tras caer en la final, Dani Ballart recordó que a la inolvidable selección española de los años 90 de la que formó parte le costó cinco finales lograr el oro. Tienen mucho tiempo por delante. Ambos equipos ya están clasificados para Tokio y partirán como serias opciones de medalla olímpica.

Chen Yuxi y Lu WeiFuente: news.cgtn.com

En otras especialidades la vida sigue igual. La natación artística, la sincronizada de toda la vida, dio un repaso a la ordenación del escalafón de cara a los Juegos Olímpicos. Ya sabemos que el atractivo de este deporte está en la belleza y ejecución de las rutinas puesto que el desenlace tiene la misma incertidumbre que el final de La pasión de Cristo o Rey de Reyes. Nada ha cambiado. Rusia sigue dominando la sincronizada con enorme autoridad, China está consolidada en la segunda plaza (ese lugar que hace unos años ocupaba España) y Ucrania está asentada en el tercer lugar y en proyección ascendente. Japón lo va a tener muy complicado para alcanzar el podio el próximo año por mucho que compita en casa. España, en pleno proceso de renovación y promoción de las jóvenes, conserva su pedazo de pasado exitoso en la figura de Ona Carbonell, el gran referente del equipo español. Dos platas en solo técnico y libre para un enorme talento que está muy por encima del equipo. La llegada de Mayu Fujiki supuso una moderada progresión pero, por el momento, sirve para disputar la quinta plaza a Italia. Las medallas quedarán muy lejos durante varios años. Los saltos, otra vez más, siguen siendo el chiringuito particular de China. Doce de las trece medallas de oro acabaron en manos chinas. En cuatro de las seis pruebas individuales llegó un doblete de oro y plata. Una superioridad abrumadora que sólo deja las migajas a los rivales. Cuando Lu Wei y Zhang Jiaqi, dos chicas de ¡¡13 años!!, consiguen el oro en el sincronizado en plataforma de 10 metros con una autoridad incontestable deben entrar ganas de darse al vitriolo a palo seco. Nada que hacer, sólo resta luchar por lo que queda. En las aguas abiertas otro capítulo de éxitos para la brasileña Ana Marcela Cunha, una de las grandes en los últimos años y que logró el oro en 5 y 25 kilómetros, y la demostración de polivalencia del alemán Florian Wellbrock, capaz de vencer en los 10 kilómetros y colgarse el oro días después en la piscina en los 1.500 libres.

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