COPA DEL REY ACB 2017: Cuartos de final (II). Equipo de dos caras

Bartzokas habla con Claver

El Barça dio el primer paso para salir del profundo hoyo en el que le han sumido el mal juego y peores resultados dentro de numerosos problemas y controversias. Su victoria ante Unicaja supone un soplo de aire fresco. Se olía una nueva catástrofe pero acabó en semifinales con más solvencia y comodidad de lo esperado. Eso no quiere decir que el equipo azulgrana fuera un prodigio de solidez. De hecho en su partido de cuartos fue un equipo con dos caras. La de la primera parte fue la habitual de esta temporada. Errático, perdido, sin ideas ni juego. El calco de todo el compendio de males y defectos que le ha llevado al descrédito. La de la segunda mitad, en cambio, fue el rostro de un equipo serio, compacto, inspirado. Jugó con cabeza, moviendo bien el balón y exhibiendo un acierto desde el perímetro que sacó del encuentro a un decepcionante Unicaja que se pareció en poco al equipo que batió con merecimiento al Real Madrid en el Martín Carpena. Una dicotomía que no ha impedido que el Barça esté en semifinales pero lleva a mantener las reservas sobre el conjunto culé. Cada cual se quedará con la cara que desee hasta que el próximo duelo desvele qué Barça vamos a ver.

Valencia Basket 88 – Gran Canaria 72: Ni un instante esperó Valencia Basket para imponer su autoridad sobre la pista. Siete puntos consecutivos de Dubljevic establecían la primera ventaja valenciana en apenas dos minutos. Respondió McCalebb con un par de acciones positivas pero Gran Canaria recurría demasiado al juego individual y no le aportó casi nada. Ataque poco fluido, aparecían errores que Valencia Basket castigaba con rigor. El tiro exterior le funcionaba a los de Pedro Martínez. Cuando el balón llegaba dentro Dubljevic (22 puntos, 11 rebotes, 32 de valoración) sacaba personales con frecuencia. Poderoso el montenegrino que acabó el cuarto con once puntos. Gran Canaria no espabiló hasta las postrimerías del primer periodo (18-7, min 6). Sin embargo su reacción quedó cortada de raíz por un rival que rozó la excelencia por momentos. La defensa de Valencia Basket agudizó los problemas ofensivos de Gran Canaria. Incluso le costaba lanzar en ocasiones. En ataque el equipo taronja jugó con un criterio intachable. Oriola apareció desde el banquillo para aportar muchísimo. En pocos minutos se convirtió en el amo de la zona. Valencia Basket cortaba con mucha facilidad por la zona. El destrozo por dentro era considerable. Un duro golpe para un rival que cuenta con un juego interior de nivel. El juego de Valencia Basket era veloz y efectivo, inverso totalmente al de un contrario que se ahogaba sin remedio. Un parcial de 20-5 dejaba a Gran Canaria al borde del precipicio (43-24, min 16). Apenas pudo recortar algo la desventaja al descanso aprovechando una absurda falta de Sikma a O’Neale que supuso tres tiros libres en el último segundo. No había atisbo de reacción en el equipo de Luis Casimiro. Estaba inmerso en una espiral de precipitación que le conducía a malos ataques. La selección de tiro, con penetraciones forzadas, era muy pobre. Van Rossom elevó la diferencia por encima de los veinte puntos y parecía que el partido se podía convertir en una pachanga a la que no está acostumbrada esta competición (57-36, min 23). Casimiro sentó a McCalebb, demasiado acelerado y que apenas producía. Con Oliver la dirección tuvo algo más de sentido común. Valencia Basket se relajó y cayó en el bajón que temía Pedro Martínez al descanso. Dejó de anotar con frecuencia. Kratvsov pasó una tarde de perros, no hizo nada bien. Gran Canaria ganó en seriedad defensiva. La entrada en pista de Rabaseda, renqueante y mermado físicamente, añadió un plus de agresividad e intensidad atrás. La diferencia bajaba paulatinamente pese a que Gran Canaria seguía perdiendo balones de vez en cuando. Logró reducirla por debajo de los diez puntos al inicio del último cuarto (62-54, min 32). Empezaban a repetirse imágenes de la remontada que logró el equipo de Las Palmas hace un año ante el mismo rival en la pasada Copa. Sin embargo Valencia Basket no se desmoronó. Apareció Guillem Vives (12 puntos, 4 asistencias, 3 rebotes, 16 de valoración) para sacar de apuros a su equipo. Siete puntos seguidos que frenaban la caída y devolvió la seguridad a los de Pedro Martínez. Regresaron las prisas y las imprecisiones a Gran Canaria. El acierto en el tiro de tres del perímetro valenciano acabó por enterrar todas sus opciones. El trabajo lo remataron los jugadores interiores. Dubljevic ponía la guinda a un partido muy notable. Oriola culminaba otro muy buen partido desde la sombra. Ni un solo error en el tiro para un jugador que no hace ruido pero es muy apreciado en una buena rotación. Valencia Basket se quita los fantasmas de encima tras ofrecer una imagen muy solvente, posiblemente la más sólida de un participante en esta Copa por el momento.

Dubljevic defendido por Hendrix

Fuente: eurosport.com

Barça 82 – Unicaja 70: Sorpresa en el quinteto inicial del Barça. De la nada apareció Renfroe para entrar entre los titulares del equipo azulgrana. Se estimó dos meses el periodo de baja pero en sólo tres semanas ya está listo para jugar. Su misión era defender a Nedovic, el gran referente de Unicaja. Sin embargo nada pareció cambiar en el Barça. Su inicio fue tan desconcertante como su juego en las últimas semanas. Desacertado, demasiado volcado en el tiro exterior y perdiendo numerosos balones como de costumbre (6 en el primer cuarto). Tampoco era capaz de cerrar el rebote. Brooks hizo daño cargando el rebote ofensivo, una de las principales armas del equipo malagueño. Bartzokas pidió tiempo muerto tras anotar su equipo un solo tiro de campo en los primeros cinco minutos (4-12, min 5). Una buena decisión del técnico heleno puesto que el Barça reaccionó con un parcial de 8-2. El encuentro entró en una breve fase de intercambio de canastas que le acabó viniendo mejor a Unicaja. El desatino en el tiro exterior era considerable, sobre todo en el Barça que lanzaba mucho más de tres que de dos. Unicaja volvió a coger algo de distancia y daba la impresión de tener algo más claras las cosas. Se agarraban los azulgranas como podían pero la producción ofensiva era paupérrima. Fallaban más que una escopeta de feria en el triple y ni siquiera aprovechaba los rebotes ofensivos. Unicaja se contagió del mismo mal. Desperdició contraataques claros y desperdiciaba absurdamente ocasiones claras para marcar distancia. El juego era de tan bajo nivel que los aficionados estaban más pendientes de otras cosas. Montaron la fiesta por su cuenta coreando a los bailongos de la grada, organizando una conga o cantando a pleno pulmón el tema de moda del encuentro en recuerdo del campo atrás no pitado a Llull. Ambiente de pachanga para una eliminatoria copera que estaba resultando la más floja con diferencia en su primera mitad (28-33, min 20). Si estaba buscando las sensaciones perdidas el Barça aún estaba lejos de encontrar el camino.

Rice lanza delante de Musli

Fuente: eurosport.com

Todo cambió tras el descanso. Como si sufriera una metamorfosis el Barça pareció otro equipo. Los triples que antes no entraban ahora sí sumaban. La defensa recuperó agresividad y logró atar en corto a Unicaja. Un 11-3 de salida, con tres triples, adelantaba por primera vez en el encuentro al equipo azulgrana. Un triple y un 2+1 de Nedovic (16 puntos, 3 asistencias, 18 de valoración) devolvía la ventaja al equipo malagueño pero esto duró poco. El Barça anotaba de tres en tres y se asentaba sobre la pista con el paso de los minutos. Rice (20 puntos, 7 asistencias, 19 de valoración) se encontraba muy cómodo. Anotaba y generaba juego, una gran noticia para el Barça. Pero quien dinamitó el partido fue Eriksson. El sueco no convencía a Bartzokas y parecía un proscrito. Contra Manresa se reivindicó. Las lesiones le hicieron un hueco para disputar un buen número de minutos en la Copa. Lo aprovechó de la mejor manera, reventando el aro malagueño desde la línea de tres. Cinco triples en el tercer cuarto para cambiar la cara de un Barça transformado. Plaza no encontraba forma de frenar la racha de Eriksson (18 puntos, 4 rebotes, 23 de valoración) ni tampoco la manera de solucionar los problemas ofensivos que ya iba encontrando. Musli no hacía daño en la zona. Omic aún está aterrizando mentalmente en el equipo malagueño. Waczynski era un agujero negro. Tampoco los tiros libres fueron la solución, se desperdiciaban demasiados. En cambio el Barça sólo erró dos tiros de campo en todo el cuarto. 30 puntos anotados que sumaban más que en los dos cuartos anteriores. El cambio era radical. Unicaja recurrió a las acciones individuales pero sólo le permitieron hacer la goma durante unos momentos. Su ataque carecía de claridad, abusaba del individualismo. Nedovic se dedicó a enviar pases a la grada. El Barça ya había logrado una constancia que le otorgó solidez. Sacó buena tajada de las penetraciones. Unicaja no supo parar ni las de Rice ni de Renfroe. Tomic (13 puntos, 6 rebotes, 16 de valoración) aparecía más en el juego interior y su aportación iba in crescendo. Unicaja estaba con el agua al cuello tras encajar un 9-0 de parcial (73-61, min 36). Visto que los pivots no funcionaban, Joan Plaza optó por jugar sin un 5 puro. Tampoco sirvió de nada. Unicaja se hundió con tiros precipitados. Su ataque no era amenaza para una defensa bien formada. El Barça acabó gestionando el final de partido con mucha solvencia, jugando con cabeza y moviendo bien el balón. Se quitó un peso enorme de encima haciendo las cosas bien en la segunda mitad para alcanzar las semifinales.

Tomic y Eriksson chocan las manos

Fuente: europapress.es

PREVIA DE LAS SEMIFINALES:

La primera semifinal la disputan Baskonia y Real Madrid. Para algunos, como Pablo Prigioni, la final anticipada. En las dos últimos duelos han deparado numerosos encuentros de alto voltaje, muy disputados. A los de Pablo Laso se les ha atravesado en muchas ocasiones el equipo vitoriano. En los últimos nueve partidos Baskonia salió vencedor en seis. Difícil encontrar un equipo con tanta eficacia contra el Real Madrid desde que comenzó la era Laso. Un motivo para el optimismo de la afición baskonista que será clara mayoría en el Buesa Arena. 8000 aficionados para empujar a su equipo a la final en su propia casa. Nunca es sencillo jugar en el ambiente que genera la afición vitoriana, menos aún en el caso del Real Madrid. Baskonia fiará con casi toda seguridad sus opciones a la fructífera sociedad que forman Larkin y Hanga para dinamitar los partidos. La velocidad de Larkin creó muchos problemas en los dos primeros duelos que le enfrentaron al Madrid. En el tercero, el choque europeo en el Buesa Arena, el base estuvo bien marcado por Taylor que disputó uno de sus mejores partidos como jugador madridista. No sería de extrañar que Laso repita este planteamiento. Hanga será una dura prueba para los aleros del equipo blanco. Vital por su acierto, trabajo y despliegue físico. El Real Madrid, aún con el susto con el cuerpo, debe reparar el problema de actitud que hubo en la primera parte contra Andorra. Si recae en la dejadez y juego frío puede acabar en otro naufragio como el del 3 de enero en el Buesa Arena. El espejo en el que mirarse lo tiene en el partido de Euroliga que disputó en Vitoria. Evitar que Larkin imponga su ritmo vertiginoso, controlar en lo posible los tiros cómodos de un perímetro de gatillo fácil y encontrar la conexión entre los pivots en la zona. Si ya Doncic consigue despertar nuevos aplausos en el Buesa Arena sería la guinda al pastel pero al equipo blanco le toca bajar al barro desde el primer momento porque no siempre saldrá vencedor cuando juega con fuego. No se puede remontar todos los días ni los rivales son cojos o mancos.

La segunda semifinal enfrentará a Valencia Basket y Barça. De todas las eliminatorias de cuartos de final disputadas el equipo que mejor impresión ha dado es Valencia Basket. Da la sensación que ha llegado a la Copa en un gran momento. Contra un rival inquietante como Gran Canaria dejó muchos puntos positivos a destacar. Solidez, defensa firme, equilibrio ofensivo, dominio en la zona, buen porcentaje en el tiro exterior, un banquillo largo y de garantías. Equipo duro y completo. Cualidades de sobra para tenerle muy en cuenta aunque aún deba solucionar sus problemas de vértigo en situaciones decisivas y superar al fin a un equipo grande esta temporada, su asignatura pendiente en el curso. Del Barça no sabemos qué cara mostrará, si la mustia y sin ideas de la primera parte ante Unicaja, la habitual en las últimas semanas, o la vigorosa, cerebral y efectiva de la segunda mitad. Una moneda al aire. Si tiramos de antecedentes, el partido celebrado en el Palau Blaugrana esta temporada fue para el Barça en una exhibición de triples de Rice en el tercer cuarto que hizo saltar por los aires el encuentro. Un escenario parecido al mismo periodo contra Unicaja aunque fuera Eriksson quien ejerció de verdugo del conjunto malagueño. Seguro que el deseo de los azulgranas es repetir algo parecido. Un Rice pletórico, gran acierto del tiro exterior y consistencia atrás. Valencia Basket deberá evitar una racha tan adversa y minimizar a Rice puesto que las opciones culés están muy ligadas al rendimiento del base. Trabajo tienen Diot y Vives. La conexión entre Sikma y Dubljevic será capital para despertar las dudas que ha generado el juego interior del Barça ante rivales poderosos. No le debe dar miedo un duelo de desgaste, banquillo tiene de sobra. Un examen muy importante para dar el paso adelante que aún debe afrontar el equipo valenciano.

Y DIGO YO…:

  • A Renfroe se le diagnosticó una lesión muscular que requería un periodo de baja de dos meses. En tres semanas estaba disputando los cuartos de final de Copa. Misterios sin resolver, para el libro de los hechos asombrosos. Además disputó un buen partido. The walking dead en Vitoria.
  • Gran Canaria es uno de los equipos más poderosos en el rebote ofensivo de la Liga ACB, una prueba del poderoso plantel de pivots con el que cuenta. Valencia Basket supo entender dónde estaba una de las claves para frenar al equipo de Luis Casimiro. Consiguió que su rival sólo capturara 4 rebotes en ataque. Todo un éxito de la pizarra de Pedro Martínez llevada a la práctica.
  • Hay jugadores que truncan su carrera cambiando el equipo donde han triunfado de forma sorprendente por otro donde apenas rasca bola e inicia un largo camino en el que va dando tumbos. Omic es un ejemplo. En Gran Canaria hizo una temporada espectacular y se convirtió en uno de los pivots más importantes de la Liga ACB. Se marchó a Efes Pilsen y desde entonces parece que se le ha olvidado jugar. En Unicaja aún no ha regresado ni la sombra de Omic.
  • Joan Peñarroya no gana para disgustos. Ayer acabó frustrado y enrabietado tras ceder  contra el Real Madrid en la prórroga a la que se llegó tras el campo atrás no señalado a Llull y el triple de Randolph. Hoy su hijo disputaba la Minicopa con el Manresa. Quedó apeado y fuera de las semifinales tras ceder en los últimos instantes contra el Baskonia de Pape Sow (un coloso a su edad). No es la semana soñada por el técnico del Andorra.

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