JJOO RÍO 2016: Resumen y análisis. El fulgor de las barras y estrellas

katie-ledecky

Ya ha pasado una semana desde que la llama olímpica se consumió en el estadio de Maracaná y la bandera con los cinco anillos entrelazados pasó a manos de Tokio, ciudad organizadora de los próximos juegos de 2020. Tiempo suficiente para reposar después 16 días ininterrumpidos de festín deportivo y labrarse un juicio más frío y analítico de lo ocurrido en Río de Janeiro.

Usain Bolt

Fuente: elbocon.pe

Los primeros JJOO que se celebraban en Sudamérica estaban envueltos antes de comenzar en numerosas incógnitas y dudas sobre el éxito de su organización. Problemas políticos en Brasil, la famosa amenaza del virus del zika, suciedad y contaminación de las aguas, retraso en las construcciones, sobrecostes,… Numerosos problemas antes de comenzar que asaltaban a todos los amantes del deporte olímpico. Finalizada la competición se puede decir que la situación se salvó dignamente. No tuvo la espectacularidad visual y organizativa de Pekin o el atractivo de la influyente cultura pop británica y polideportiva de Londres pero en Río consiguieron sortear las problemas para que no fuera ningún desastre. Esto no quiere decir que fueran unos JJOO perfectos. De hecho, no estuvieron ni cerca de serlo. Thomas Bach, presidente del COI, afirmó en la ceremonia de clausura que habían sido unos maravillosos Juegos. La acostumbrada frase políticamente correcta de los discursos (Samaranch dijo en Atlanta que fueron unos buenos Juegos cuando fue el mayor desastre organizativo que he conocido desde que sigo los JJOO) pero cuando no aparece en ellos la famosa frase “los mejores Juegos de la historia” es que algunos aspectos no han funcionado como deberían. Los problemas con la Villa Olímpica llegaron desde el comienzo (impactante la foto de Ginobili en una habitación plagada de cucarachas) aunque se fueron solventando en lo buenamente posible. Los problemas en los accesos que provocaron serios retrasos en la movilidad de los aficionados o la famosa imagen de las aguas verdes de las piscinas de salto y waterpolo no fueron plato de buen gusto. Especialmente me preocupó una afluencia de espectadores que no estuvo a la altura. Incluso en los deportes emblemáticos del Olimpismo, como atletismo o gimnasia, donde suele haber tortas por una entrada era frecuente encontrar huecos en las gradas. Los altos precios de las entradas o algún capítulo oscuro como el del miembro del COI envuelto en un asunto de reventa ilegal (algunas cosas nunca cambian) fueron algunas de las causas de peso, al igual que un problema que conocemos bien en España: el monocultivo futbolero. Brasil no es un país que se caracterice por una extensa cultura polideportiva, casi todo gira alrededor del fútbol. Un caso que, desgraciadamente, ocurre también en España. Y sabiendo que el fútbol es casi marginal dentro de los JJOO resulta un problema en varios sentidos. No se despierta gran interés en otras disciplinas y se extrapolan a ellas conductas futboleras que provocan incluso bochorno. Los silbidos al gimnasta británico Max Whitlock en la final de suelo o al francés Reynaud Lavillenie en la final de salto con pértiga para intentar desconcentrarles y beneficiar a rivales brasileños resultaron hechos inéditos y sonrojantes en la historia del Olimpismo, más si cabe en deportes que están alejados del forofismo. No quiere decir que no pueda ocurrir en otra parte pero es seguro que ha sucedido en Río. No todo ha sido falta de interés o comportamiento indecoroso. Curiosamente el golf parece que ha calado fuerte en cierto sector de aficionados que lo ha descubierto y acabó agotando las entradas conforme avanzaba la competición. Finalmente el balance queda en un aprobado sin alardes.

Michael Phelps

Fuente: lagranepoca.com

Pasando al aspecto puramente deportivo, la mayoría de grandes protagonistas los encontramos en el equipo estadounidense. Como bien es sabido los triunfadores suelen proceder de los tres pilares olímpicos (atletismo, natación y gimnasia artística) y ahí el éxito de Estados Unidos ha sido indudable. A excepción de Usain Bolt y sus tres nuevos oros que elevan su cuenta olímpica hasta nueve, aunque alejado de aquellos tiempos que asombraron al mundo y le convirtieron en el mejor velocista de todos los tiempos, los triunfadores llegan del país de las barras y estrellas. En la piscina, Michael Phelps regresó para dar aún mayor esplendor al palmarés más brillante de un deportista en los JJOO. 5 oros y una plata para cerrar la carrera deportiva de uno de los deportistas más grandes de todos los tiempos, el más laureado en la historia olímpica. En categoría femenina la reina es Katie Ledecky. 4 oros y una plata, records del mundo propios de décadas futuras, un dominio indiscutible e incontestable que convierte sus pruebas en una carrera contra sí misma. Phelps y Ledecky son la imagen de una natación estadounidense que brilló a gran altura en Río de Janeiro. Las sospechas de decadencia se borraron de un plumazo, la supremacía de Estados Unidos en la piscina es innegable. La competitividad de las nadadores estadounidenses en las citas olímpicas queda fuera de toda duda. Dato que no puede pasar desapercibido a todo escéptico, como me ocurrió antes de Río. En gimnasia todos quedamos asombrados por una gimnasta de época. Simone Biles mezcla una gracia natural con un tren inferior poderosísimo que le permite dominar cualquiera de los cuatro aparatos. En salto y suelo roza la perfección absoluta. Un prodigio que lidera un equipo estadounidense muy potente que gobierna la gimnasia femenina con puño de hierro y guante de seda. Las cinco medallas (4 oros y un bronce) conseguidas por Biles le convierten en otro nombre histórico dentro del Olimpo de las grandes gimnastas.

simone-biles

Fuente: juegosyolimpicos.com

El triunfo en todos y cada uno de los pilares olímpicos fue básico para el triunfo absoluto de Estados Unidos en Río. Lidera el medallero con 121 medallas (46 oros, 37 platas, 38 bronces). Una victoria abrumadora, un dominio similar al que ejercen las selecciones de baloncesto o el equipo femenino de waterpolo. La diferencia es sideral con los perseguidores. China (70 medallas con 26 oros, 18 platas, 26 bronces), el gran rival en las anteriores citas olímpicas, ha bajado progresivamente su nivel y cedido el puesto de segunda potencia mundial a Reino Unido (67 medallas con 27 oros, 23 platas, 17 bronces). Los JJOO de Londres no sólo supusieron un éxito para el deporte británico sino que han servido de punto de arranque para su instalación definitiva entre las grandes potencias mundiales. Un gran trabajo organizativo en las estructuras deportivas y una buena aportación económica ha permitido al Reino Unido rendir a gran nivel en los pilares olímpicos y convertirse en la primera potencia en disciplinas como el ciclismo en pista, triatlón o remo. Un referente a estudiar y emular en esencia. Rusia (56 medallas con 19 oros, 18 platas, 19 bronces) ocupa la cuarta plaza, lastrada por el veto en especialidades como el atletismo debido a los escándalos de dopaje. Alemania, Japón y Francia le siguen en la ilustre clase alta del deporte mundial. Pero como bien sabéis todos en esta web el simple conteo del medallero priorizando medallas de oro no refleja con exactitud el poderío del deporte de cada país así que echo mano de nuestro sistema de puntuación particular, el sistema Perdi-Rosschak que tanto interés y debate generó en su reforma para estos JJOO y que se basa en el número de participantes en cada prueba. Las pruebas individuales reportan 10 puntos al oro, 6 a la plata y 4 al bronce; las de 2 o 3 componentes por equipo suponen 12 puntos al oro, 8 a la plata y 6 al bronce y los equipos de cuatro componentes o más consiguen 15 puntos por oro, 10 por plata y 8 por bronce. Método sencillo y más cercano a la realidad. Hechos los cálculos no hay cambios en las cinco primeras plazas. Estados Unidos lidera con 939 puntos, seguido de Reino Unido (544 puntos), China (513 puntos), Rusia (415 puntos) y Alemania (361 puntos). El sistema de puntuación deja claro el apabullante dominio del deporte olímpico estadounidense. El primer cambio se produce en la sexta plaza que pasa a manos de Francia (299 puntos), octava en el medallero y que relega a Japón (277 puntos). Otro beneficiado por el sistema Perdi-Rossack es Australia que sube a la octava plaza con 238 puntos. Un país con una gran cultura polideportiva que ocupa un lugar ilustre con 23 millones de habitantes. Otro ejemplo a destacar. La anfitriona, Brasil, terminó con 19 medallas (7 oros, 6 platas, 6 bronces), 12ª en el sistema Perdi-Rosschak con 148 puntos. No está mal pero no es un balance espectacular para un anfitrión, no hubo una mejoría desbordante. Por ejemplo es un resultado inferior al logrado por España en Barcelona 92. La poca aportación del atletismo (el oro de Thiago Braz fue la única cosecha) y el bajón de la natación brasileña (sólo un bronce en aguas abiertas) imposibilitaron un gran despegue del deporte brasileño. Eso sí, Brasil logró el oro en fútbol que llevaba tanto tiempo buscando.

Mireia Belmonte oro 200 mariposa

Fuente: 20minutos.es

Llegamos al momento de repasar la actuación de España. En Río ocupa el puesto 14º del medallero con 17 medallas repartidas en 7 oros, 4 platas y 6 bronces. Al aplicar el sistema Perdi-Rosshack no cambia su posición. Se mantiene 14ª con 134 puntos, lo que supone ser el 7º país europeo en la clasificación. No está mal, entraba dentro de las previsiones que situaban el balance entre 15 y 18 medallas. Es el mismo número conseguido en Londres pero el resultado cualitativo es claramente superior al de la anterior cita olímpica. En Londres se lograron sólo 3 oros y en Río de Janeiro se ha pasado a siete, un resultado que supone una subida apreciable tanto en el medallero como en el sistema Perdi-Rosschak. El mayor número de campeones olímpicos en unos JJOO si exceptuamos Barcelona 92. Pese a los estragos de la crisis económica no se han resentido los logros. Contar con grandes figuras internacionales como Rafa Nadal, Mireia Belmonte, Carolina Marín, Ruth Beitia, Maialen Chourraut, Lydia Valentín o el nacionalizado Orlando Ortega, competidores talentosos a prueba de toda duda; dos magníficos equipos de baloncesto o el provecho obtenido de caladeros inagotables como el piragüismo (con el incombustible Saúl Craviotto o un Marcus Waltz que apunta a referente en el deporte español) y el taekwondo han proporcionado un resultado satisfactorio. Pero esta ligera mejoría y un resultado dentro de las previsiones no debe despertar triunfalismo. Las cuatro medallas en los pilares olímpicos no ocultan el escaso número de finalistas y records de España. Detrás de las grandes figuras, casi la nada. La gimnasia artística actualmente es un solar. Como se apuntó varias veces en la Bitácora el deporte español sufre hidrocefalia. Hay una gran diferencia entre el grupo de grandes figuras y los demás. La clase media que debería complementar a las estrellas sufre un problema de competitividad serio. O no rinden en el momento adecuado o se conforman simplemente con figurar. Las autoridades deportivas se vanaglorian diciendo que el objetivo es llegar a la altura de los países de nuestro entorno pero otra edición más la distancia es apreciable. Pese a su lento descenso en el mundo del deporte a Italia (208 puntos) le vale con destacar en un puñado de deportes para continuar en el Top 10. Alemania y Francia tienen un poderío polideportivo envidiable que les mantiene muy lejos. Y eso que el deporte español no tiene problemas de versatilidad pese al monocultivo futbolero. Ya no hablo de Reino Unido, que está en otra galaxia. Que un país como Holanda, con una gran cultura polideportiva pero perfectamente al alcance por medios y potencial, esté por delante (10º con 154 puntos) da motivos para pensar que se pueden y deben mejorar cosas. La vela, el caladero más importante de medallas para España en los JJOO pero que se marchó de vacío en Río, es el ejemplo perfecto de las consecuencias de una mala gestión en un ciclo olímpico atajada a destiempo. No es un mal aislado desgraciadamente. Es necesaria la renovación de la estructura de muchas Federaciones, la optimización de recursos y el aumento de la aportación para dar el salto definitivo de calidad. La apuesta decidida por los caladeros tradicionales (vela, piragüismo, taekwondo) como hacen otros países se antoja imprescindible. No se puede dejar escapar otra vez más la oportunidad del tirón olímpico para atraer recursos y crear cantera. El badminton puede ser la referencia ideal. No existía en España hasta la llegada de Carolina Marín, una figura con la influencia y carisma necesarios para atraer aficionados y patrocinadores si se sabe aprovechar. Un ejemplo a seguir y explotar por otros deportes.

Carolina-Marin

Fuente: lainformacion.com

Por último no quiero olvidarme de los medios de comunicación. Comencé a seguir los JJOO con especial atención en los años 90 cuando en TVE sólo disponían de la 1 y la 2. Los despliegues, seguimiento y narraciones resultaban modélicos en todos los aspectos. En la actualidad, con mayores medios y posibilidades se acumulan los errores y horrores. La falta de pericia de los gestores les impide distinguir entre lo importante y lo secundario. Se abusó del falso directo hasta la náusea. Un pecado en la época de la inmediatez y las redes sociales. La bajada de nivel en las narraciones las convierte en insufribles. Salvo excepciones de narradores como Paloma del Río, Alberto Sierra o Arseni Pérez o comentaristas como Javier Soriano seguir cualquier prueba por TVE invita a quitar el volumen. Falta de conocimiento y mucho forofismo. La bajada de calidad es más que evidente como criticaron aficionados y algunos profesionales polideportivos. Se añora a grandes del periodismo como Jose Ángel de la Casa, Luis Miguel López, Gregorio Parra, Pepe Ruiz Orland, Rafa Recio o Daniel Martín. Incluso a Pedro Barthe, a eso hemos llegado. Con ellos se fue una forma de narrar el deporte, tiempos mucho mejores sin duda. Problema de complicada solución. Todos estaremos de acuerdo que los JJOO sólo tienen sentido en abierto y conociendo a los cadenas privadas de televisión el panorama no sería mejor con un cambio. Los periodistas no son mejores y dudo que dediquen atención más allá de lo mediático. Además tampoco sería justo exculpar a todos los aficionados. La bajada de nivel medio en conocimiento y análisis también es apreciable en las nuevas generaciones que comulgan con el nuevo estilo del periodismo. Quizá se acabe recibiendo lo sembrado. La pescadilla que se muerde la cola. Mala solución tiene este punto.

nadal y marc lopez

Fuente: padelworldpress.es

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2 Comments on "JJOO RÍO 2016: Resumen y análisis. El fulgor de las barras y estrellas"

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7 years 7 months ago

Estuoendo análisis Perdi. Poco más que añadir, salvo remarcar algo que tú has hecho ya, el incuestionable triunfo estadounidense, que ha sabido aprovecharse del bajón de China (lleva perdidas 30 medallas desde Pekín), con 17 medallas más. Apuntar que Europa no solo no avanza sin que aparece claramente estancada, sin aprovecharse de las ausencias previsibles rusas (26 medallas menos) y de los citados chinos más los surcoreanos. Si nos fijamos, el medallero europeo es básicamente igual al de Londres (incluso hay paises como España, Italia, Holanda, Alemania, Hungría..) que casi repiten resultados, con las excepciones de Francia y Dinamarca. Los… Read more »

7 years 7 months ago

Extraordinario resumen de los Juegos. Enhorabuena @Perdi te lo has currado muy bien. Por mi parte poco más que añadir, quizá hacer un poco de autocrítica con los resultados de la delegación española porque si bien es cierto que han sido muchos oros, no es menos cierto que parecemos estancados en esas 15-18 medallas y no se acaba de dar el salto. Miro con absoluta envidia los resultados de países como Francia o Alemania y a la par siento admiración por ellos, máxime cuando son capaces de obtener medallas en cualquier disciplina. La admiración es aún mayor cuando leo que… Read more »

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