El Real Madrid logró su tercera Supercopa consecutiva tras arrollar sin contemplaciones al Barça en la final. No hay mejor manera de recobrar el estado de ánimo y el autoestima que lograr un título tras una victoria tan convincente ante el eterno rival. Los madridistas plantearon el partido que más les convenía para plantar cara a los azulgranas, recuperando las señas de identidad que elevaron a la máxima excelencia el juego de los de Pablo Laso: defensa presionante y agresiva, velocidad de vértigo en ataque y un juego exterior letal. El Real Madrid ha demostrado que no sólo sigue siendo un equipo muy competitivo sino que el proyecto, que se tambaleó por momentos tras la final de la ACB, continúa teniendo validez para llegar al éxito. Ni la plantilla es una piltrafa como vendían los pacientes de fichajitis de grandes nombres, ni se han cargado el equipo ni se ha llevado una paliza del reforzadísimo Barça como pronosticaban los agoreros. Este nuevo título de Supercopa, aunque al final de temporada no suele contarse, refuerza a un Laso necesitado de crédito tras el final de la temporada pasada. Su equipo sigue muy vivo y capaz de destrozar a cualquiera. Como dice la rumba, el Real Madrid no estaba muerto no, no.

Real Madrid 99 – Barça 78: El primer Clásico comenzaba con un quinteto inusual en el Real Madrid, nada que ver con el que comenzó la semifinal. Ayón se estrenaba como titular y jugadores poco habituales en el cinco inicial como Mejri y Carroll comenzaron en la pista el encuentro, muy vivo desde el comienzo pero con los dos equipos cometiendo demasiados errores en los primeros minutos. Sin embargo el ritmo le convenía a los madridistas que necesitaban que se incendiara el choque. Para ello nada mejor que recurrir al Pirómano de Mahón. Llull estuvo magistral en el primer cuarto. Imprimió velocidad al ataque blanco, desbordó a Satoransky cada vez que le encaraba y se mostró letal en el tiro. El Barça recurrió por sistema a Tomic (17 puntos, 2 rebotes, 2 asistencias, 18 de valoración), único jugador azulgrana que anotó durante los primeros seis minutos, que resultó insuficiente debido al desacierto desde el perímetro de los exteriores. En cambio Llull se mostraba intratable. Los 15 puntos que anotó el menorquín en un primer cuarto para enmarcar contagiaron a sus compañeros. En diez minutos de ensueño los madridistas dejaban a su rival contra las cuerdas (29-14, min 10). Xavi Pascual buscaba en el banquillo soluciones para arreglar el estropicio. Las encontró. Lampe tomó el testigo de Tomic dentro de la pintura y DeShaun Thomas sorprendió con un par de triples y una canasta más personal. El rápido 3-11 de parcial obligó a Laso a pedir tiempo muerto. El Madrid volvió a entonarse con la conexión entre Sergio Rodríguez y Bouroussis pero el Barça estaba mucho más intenso en defensa que en el primer cuarto. Sin Llull en pista el Madrid no estaba tan fino en ataque. La fuerte defensa le permitía remontar poco a poco a los azulgranas. Parecía que podían igualar el partido al descanso (38-34, min 17) pero el Madrid atajó la insurrección en los últimos minutos. Varias buenas acciones de Ayón, tanto en ataque como en defensa, y un triple de Campazzo zanjaron el problema. Dos jugadores que no se cortan un pelo en jugársela. La traca final la puso, quien si no, Llull con otra canasta, pisando la línea de tres, casi inverosímil sobre la bocina. El Barça había remado todo el cuarto para nada (49-39, min 20).

Fuente: contracanasta.com

El Real Madrid comenzó la segunda parte bombardeando el aro rival desde la línea de tres. El perímetro madridista estaba resultando letal. El 8/13 en triples del equipo blanco hacía mucho daño. El Barça también intentó responder desde fuera pero su juego exterior no estaba resultando certero. Cada vez que se acercaba a los diez puntos encontraba réplica en un rival que también sabía atacar con paciencia. La diferencia se estabilizaba entre los 10-14 puntos. El Barça estaba lastrado por el bajo porcentaje en triples y las pérdidas que terminaban en contraataques fulminantes. El Real Madrid castigaba cada error con sumo rigor. Ni siquiera la amplia diferencia en tiros libres a favor del Barça servía para reducir el daño. Además encontró otro problema con Bouroussis (17 puntos, 3 rebotes, 16 de valoración) que le estaba haciendo daño tanto cerca del aro como cuando salía a la línea de tres aprovechando los problemas para salir de la zona de pivots tan altos como Tomic y Pleiss. El griego fue un quebradero de cabeza, al igual que Rudy (15 puntos, 4 rebotes, 3 asistencias, 3 robos, 23 de valoración) que volvía a ser indispensable para Laso en todas las facetas. El Barça buscó salir fuerte en el último cuarto surtiendo de nuevo de balones a Tomic y con las acciones individuales de Huertas pero sólo servía para intercambiar canastar con un Madrid que no aflojaba. No servía volcarse por dentro cuando el rival te destroza a triples. Un par de nuevos contraataques ponían al Barça al borde del abismo (85-69, min 34). La pequeña reacción tras el tiempo muerto de Xavi Pascual duró hasta que un nuevo bombardeo desde la línea de tres enterraba definitivamente todas las opciones azulgranas. Rivers, que no había aparecido hasta el último periodo, fue especialmente mortifero con sus 11 puntos en el último cuarto. El Madrid pudo disfrutar en los últimos dos minutos de un triunfo muy merecido que le otorga su tercera Supercopa consecutivo. Recobra la confianza para luchar por todo sin cambiar la esencia que enamoró al madridismo. El Barça tiene más trabajo del que parecía pero si alguien consigue que su equipo acabe funcionando ese es Xavi Pascual.

Fuente: 20minutos.es

CONCURSO DE TRIPLES:

Había expectación por saber si Josh Ruggles, el asombroso tirador adolescente, volvía a repetir el triunfo del año pasado en el concurso de triples. Se deshizo en la primera eliminatoria de Bertans, con la sensación de estar calentando. Antes Corbacho había impresionado con una marca estratosférica de 28 puntos sobre 30 posibles con los que había arrasado a Abrines. Carroll, que se deshizo sin problemas de Baron, y Andjusic, que siempre fue por delante de Sato, les acompañaron en semifinales. Carroll y Corbacho disputaron una semifinal de auténticos francotiradores. El madridista dominó desde el inicio pero un flojo cuarto carro metió en la pelea a Corbacho. El último balón tricolor decidió el duelo. Corbacho erró y Carroll acertó para pasar por la final por 22-19. Ruggles encontró en Andjusic un rival con una mecánica de tiro aún más rápida que la suya, que ya es veloz como pocas, pero el acierto del balcánico no fue el mismo que el del joven estadounidense. 23-19 para repetir la final del año anterior. La final no defraudó a nadie, resultó espectacular. Ruggles había reservado lo mejor para este duelo. Da gusto ver la velocidad y estética de su tiro, nada reñidas con la brutal efectividad de este prodigio. Los 25 puntos se lo ponían muy difícil a Carroll. El jugador jugador madridista aguantó el tirón hasta el tercer carro pero a partir de ahí la balanza se inclinó del lado de Ruggles que se alzaba por segunda vez consecutiva con el título del concurso de triples cuyo premio deberá volver a donar por no ser jugador profesional y la norma universitaria que prohíbe que un jugador de la NCAA, donde estará el próximo año Ruggles, pueda disputar la competición tras haber recibido sueldo o premio económico. Este chico ya es historia viva del concurso de triples de la ACB.

Fuente: zonadostres.com

Y DIGO YO…:

• El gran perdedor de la temporada pasada fue Pablo Laso, colocado en el disparadero tras las derrotas en las finales de Euroliga y ACB. Estuvo cerca de perder el puesto y, tras ser ratificado, fue ninguneado tras cambiarle de ayudantes y no aceptar ninguna de sus peticiones sobre la plantilla. Ahora llega el triunfo de la Supercopa, muy necesario para recuperar parte del crédito perdido. A saber con qué cara habrá mirado a los dirigentes que se pasaron por el vestuario tras el triunfo.
• Llull, MVP de la Supercopa, se ha convertido en una especie de anticristo para el Barça en las finales. Fue MVP en la Copa que gano en 2012 el Real Madrid en el Palau Sant Jordi, le dejó sin Copa la temporada pasada con aquella mítica canasta en el último segundo y vuelve a ser el ejecutor en esta Supercopa. No siempre está entonado pero resulta devastador cuando lo está.
• Me gustaría saber donde están metidos todos los que en pretemporada aventuraban el apocalipsis en el Real Madrid y pedían que en cada partido hubiera pitada a todos los responsables de la sección y no fuera nadie al Palacio de los Deportes como protesta. Seguro que mucho no lo han pisado. Ahora se habrán unido al carro. Parece que algunos son del equipo sólo cuando gana.
• Los fichajes del Barça este verano han sido deslumbrantes pero sorprendió su floja actuación en la final de todos ellos. Satorasnky, superado por los Sergios. Pleiss, sin trascendencia. Y ni rastro del Doellman espectacular de Valencia, parecía su primo que no había cogido el balón en su vida. Sólo Deshaun Thomas, el que más dudas despertaba, ofreció un nivel aceptable. A Xavi Pascual le queda trabajo para acoplarlos pero no hay duda que cada año trabaja muy bien para conseguirlo. Además los exámenes, a excepción de la Copa, son a partir de Abril como bien sabe el entrenador azulgrana.
• El primer triunfo de Josh Ruggles en el concurso de triples demostraba que no era un simple fenómeno salido de Youtube. Su segunda victoria consecutiva, que no era casualidad y tiene un talento natural para el triple. Seguramente la próxima temporada no participará porque estará en la universidad. Deben estar haciendo cola para ofrecerle una beca y juegue en el equipo de baloncesto.