PORTADA Y CONTRAPORTADA: THE STROKES/RYAN ADAMS

PORTADA-CONTRAPORTADA The Strokes-Ryan Adams

Portada

Pocas cosas hay en el mundo de la música pop más repletas de ilusión y expectativas que la publicación del primer disco. Con frecuencia resulta ser el fruto de un parto largo y doloroso, tras años de carretera y preparación, pero sucede también  que en ocasiones es el resultado de afortunadas coincidencias, como estar en el sitio correcto en el momento adecuado o, por ejemplo, encontrar un avispado representante. Todo primer disco tiene su pequeña historia ( o leyenda) detrás. Hay debuts prometedores, otros anodinos, los hay que no anuncian lo que un grupo será después, o, al contrario, discos en los que ya aparecen, aunque sean tímidamente, las constantes de lo que será un artista reconocido…Curiosamente, en la historia de la música pop abundan los primeros discos brillantes, incluso obras maestras, piezas de referencia indiscutible (de Velvet Underground a King Crimson o The Who por citar nombres “consagrados”), y dentro de esta selecto grupo hay una categoría especial formada por obras de tanta calidad que ocasionaron a sus creadores una pesada fama, una carga difícil de sobrellevar hasta el punto de que sus responsables no volvieron a alcanzar las cotas de calidad de sus inicios.Me refiero a lo que se podría llamar  la maldición del primer disco. 

Julian Casablancas y Albert Hammond jr. eran dos chavales de familias acomodadas neoyorquinas; de hecho, se conocieron en un elitista colegio privado suizo.Sin embargo, unos años después de su común  experiencia escolar se encontraron por casualidad en una calle de Nueva York. Del “¿cómo te va?” y “¿qué haces por aquí?” se pasó al “¿que haces ahora?” y ¿porqué no nos vemos?”. Este fue el origen de The Strokes; como veis, nada original ni novedoso. Lo que viene a continuación tampoco lo es: búsqueda de antiguos amigos para formar un grupo, primeras actuaciones, un cazatalentos que les ve…

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Los primerizos  Strokes sonaban muy neoyorquinos (Velvet Underground, Television..) pero también recogían influencias de la new wave inglesa y el brit pop; digámoslo ya, eran “globales”. Astutamente, su representante empieza a sacar material del grupo a cuentagotas, distribuyéndolo en Londres y Nueva York. La estrategia funciona, su nombre empieza a difundirse y genera cierta expectación.

Finalmente, el esperado disco sale a la luz. No importa que Is this it (2.001) ese es su título, contenga canciones ya conocidas, empaquetadas juntas funcionan bien y además ayuda el moderado escándalo que provoca la portada. The Strokes alcanzan a la primera el status de estrellas. Y méritos no les faltaban, porque Is this it es un cruce perfecto entre la querencia arty de Velvet Underground (“The modern age”) y el rock de los 70 y los 80 (Someday”, New York city cops”), repleto de estribillos pegadizos (“Alone Together”, “Last Night”), y todo con mucha frescura e inmediatez. Un gran disco, en suma.

Todo estaba preparado para su confirmación en el olimpo musical del nuevo siglo, pero entonces, algo falló. Retrasan la publicación de su segundo disco –Room on fire (2.004)- quizás buscando más repercusión, pero posiblemente esto provoca lo contrario, expectativas desmedidas. El disco está bien, pero carece de la espontaneidad y el atrevimiento del primero, y se critica por ser “demasiado previsible”. Los Strokes insisten (dos discos más entre 2.006 y 2.011), pero nada, el encanto se  ha evaporado. Hoy, The Strokes siguen intentándolo a pesar de que su último trabajo –Comedown machine, 2.013- ha sido recibido con bastante indiferencia, mientras que Is this it sigue apareciendo en lugar destacado en las listas de “lo mejor del siglo XXI” y Hammond y Casablancas han iniciado aventuras en paralelo, lo que augura posiblemente un final no muy lejano para el grupo. Quizás, si eso pase, un día se vuelvan a encontrar los  dos amigos en una calle de Nueva York y recuerden los viejos y buenos tiempos. Quizás ocurra eso, o quizas no, algún día.

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Contraportada

A mediados de los 90, Whiskeytown eran un grupo de country alternativo de moderado éxito.Hoy se les recuerda más porque fue donde se inició Ryan Adams que por los dos álbumes que editaron. En 1.999, Adams decidió iniciar una carrera en solitario y se despidió del grupo. Prudente, para su primer disco no pretendió hacer nada novedoso y rompedor, en plan “ahora-voy-a-hacer-lo que-siempre-he-querido”; sencillamente apostó por lo seguro y siguió la vía musical marcada por su exgrupo, con pequeños guiños a un rock más standarizado, que pretendían reflejar la modernidad que buscaba.

De esta sabia decisión surgió Heartbreaker (2.000). El disco, sincero desde el título, está centrado en la ruptura con su novia, por lo que la tristeza es casi un hilo recurrente. A pesar de ello no es lacrimógeno y la calidad de la mayoría de las composiciones lo elevan claramente por encima de la media. Muy influenciado por Dylan (Blood on the tracks, casi inevitablemente), pero también en sus temas más rockeros por los Rolling Stones (pienso en Sticky Fingers, por ejemplo), Heartbreaker es un disco de debut sencillamente espléndido. Lo mismo debió pensar la crítica, que lo escogió como una de las sorpresas de aquel año, y por si fuera poco,sus propios colegas del show bussines compartían también ese entusiasmo.

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Parecía una apuesta segura: tierno y  sensible, pero también duro y agresivo, atractivo, compositor de inusitada facilidad, Ryan Adams era la nueva figura en ascenso. Esto debió creer también su nuevo sello discográfico (Lost Highway, una filial de Island radicada en Nashville) que le dio carta blanca para su siguiente trabajo. Después de muchas dudas, Adams intentó sacar un disco doble, pero la compañía,finalmente, le puso freno y finalmente se quedo en un compacto sencillo de  “solo” 70 minutos con 16 canciones más un ep de regalo con varios inéditos.  Gold (2.001) tenía que haber sido el disco que definitivamente asentara a Adams en la cumbre, pero no ocurrió así. Tenía buenas canciones, desde luego, pero se hacía quizás demasiado largo, no tenía la consistencia del anterior. Por si esto fuera poco, en un ejercicio no se sabe si de virtuosismo o falta de originalidad Gold sonaba demasiado a muchos cantantes (Van Morrison, Bob Dylan, Stephen Stills, Tom Petty…incluso Elton John) pero poco a Ryan Adams. El nuevo enfant terrible de la música norteamericana se había convertido en un cantautor eléctrico más. La respuesta de la crítica fue desigual y las ventas, aceptables, no quedaron a la altura de lo esperado.

Adams asumió mal las críticas recibidas, sus peleas con los medios empezaron a hacerse frecuentes, con el efecto rebote que eso supone y sus siguientes discos (Demolition, 2.002, Rock and Roll, 2.003, Love is Hell, 2.004…), aunque interesantes, pasaron desapercibidos. En los últimos años, he leido ante cualquiera de sus nuevos trabajos frases como “Adams vuelve a los orígenes” o “recupera el pulso de Heartbreaker“, pero, lo cierto es que no acaba de dar con la tecla, y encima llegan noticias de problemas de salud (al parecer el síndrome de Meniere, que afecta a sus oídos). Mala suerte. Mientras tanto, Heartbreaker sigue siendo considerada la mejor obra de un artista del que siempre se ha esperado más.

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PORTADA O CONTRAPORTADA: Tú decides. ¿The Strokes o Ryan Adams?

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5 Comments on "PORTADA Y CONTRAPORTADA: THE STROKES/RYAN ADAMS"

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Pollosaurio
9 years 11 months ago

Pues he votado por The Strokes… Is this it es un discazo, y si bien el resto de su discografia es “más de lo mismo”, la impersonificación de Bob Dylan que siempre me ha parecido Ryan me cansa más a la larga. Dos grandes primeros discos, aunque poco originales, una carrera estancada detrás, mucho en común… pero puestos a elegir, me quedo con el rock directo de The Strokes.

9 years 11 months ago

A The Strokes los has definido muy bien. Previsibles después de un primer gran disco por diferentes motivos. No motivan demasiado ni su actitud ni sus escarceos en solitarios que sólo apuntan a separación más o menos definitiva. Los vi hace un par de años y el concierto es de lo peor que he visto, haciendo de la desgana, ante un enfervorecido público mexicano, un modo de vida. Sin varios litros de cerveza encima acababa amodorrando. Voto por Ryan porque Heartbreaker es igual de bueno que Is this it y además en el resto de discos tiene temas estimables en… Read more »

9 years 11 months ago

Me he quedado con Strokes por conocerlos más, y porque sencillamente ese rollito pseudocountry de Ryan no me dice gran cosa.
A lo que realmente venía yo acá era a hablar de los Who (ya que se los nombró). A mí ‘My Generation’, a pesar de contener ese himno, me parece uno de los discos más flojos del grupo, y sobre todo, nada representativo aún del sonido que les dió la fama durante el periodo 1967-73.
Aunque es muy probable que todo esto sea opinable, y que yo no tenga puta idea de música, que no me sorprendería en absoluto… 😉

Pollosaurio
9 years 11 months ago

Pues creo que me he equivocado votando… hasta ahora no me habia fijado en la camiseta de Ryan en la foto de “contraportada” XD

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