Playoffs NBA 2024: Primera ronda en el Este. Capítulo III

Fuente: basketballforever.com

El TD Garden presentaba su mejor aspecto para celebrar el pase de Boston a la siguiente ronda de los playoffs, por mucho que no pudiesen contar con Kripstas Porzingis. Su sustituto era Al Horford y, como en los Heat también faltaba Jaime Jaquez Jr, todo parecía mucho más sencillo. Especialmente viendo como Erik Spoelstra buscaba asentar la defensa visitante con Delon Wright como recambio en el quinteto titular. Sin embargo no valía de mucho, con la versión más agresiva de Jaylen Brown en ataque y el acierto de Derrick White, los Celtics cobraban una ligera ventaja que hacía intervenir al técnico visitante para dar órdenes a los suyos. Las soluciones ofensivas se reducían a Bam Adebayo y, como los de Massachusetts sumaban de tres en tres con el despertar de Jayson Tatum y la salida desde el banquillo de Sam Hauser, la diferencia crecía hasta los dieciocho puntos por mucho que Spoelstra intentaba evitarlo hasta en dos ocasiones. La reunión en los banquillos no alteraba el panorama del partido, Miami no acertaba con los tiros exteriores y Brown seguía haciendo daño buscando el aro visitante, la diferencia superaba ampliamente los veinte puntos y Spoelstra se desesèraba porque, pese a su tiempo muerto, Boston sí metía los triples y la diferencia llegaba a los treinta puntos tras un parcial de catorce a dos. La defensa visitante se aplicaba un poco más y Tyler Herro ya sólo tiraba de tres puntos para recortar la diferencia. El bajón de intensidad local se dejaba notar en un ataque cada vez más dependiente de los tiros libres y la diferencia llegaba a bajar de los veinte puntos. Joe Mazzulla tenía claro lo que pedir a sus jugadores, con un poco más de tensión sobre la pista el TD Garden podía disfrutar del receso para comer con la tranquilidad de ver a los suyos con la diferencia por encima de los veinte puntos. El tercer periodo debía definir la temporada de los Heat y, a pesar de que su defensa se mostraba firme, su ataque flaqueaba. Casi tres minutos sin anotar y la diferencia volvía a elevarse hasta los treinta puntos. Jaylen Brown se bastaba para conseguir que la distancia se mantuviese estable durante los minutos restantes y el último cuarto sobraba. Boston podía celebrar su pase a la siguiente ronda de los playoffs. Invitado inesperado: Sam Hauser (Celtics)

Eliminatoria cerrada: Celtics ganan cuatro a uno

Fuente: heavy.com

El Madison Square Garden presentaba invitados de lujo para ver, si todo iba bien, el pase de Nueva York a las semifinales de la conferencia Este. Sin embargo, como era lógico, los nervios atenazaban a ambos equipos, el juego era deslabazado y, puesto que los Sixers se mostraban más tranquilos gracias a la anotación de Tobías Harris y Tyrese Maxey, no sorprendía ver como un parcial de diez a dos obligaba a parar el partido a Tom Thibodeau. Tras más de cuatro minutos de cuarto se producía la primera canasta en juego neoyorquina y eso parecía calmar la situación. Desde la defensa, y pudiendo correr, la ventaja visitante se quedaba en nada y era Nick Nurse el encargado de dar un respiro al partido. Los Knicks ya no podían correr, llegaban los balones perdidos y la ventaja visitante se asomaba a la decena de puntos cuando se cerraba el primer cuarto. Una renta que, jugando precipitadamente y sin acierto exterior, desaparecía rápidamente ante el Jalen Brunson más inspirado. El técnico de Philadelphia intentaba parar el vendabal pero, como Miles McBride acompañaba a su estrella, y los balones perdidos se convertían en una constante en su ataque, los de Pennsylvania encajaban un parcial de dieciocho a dos. Harris rompía la mala racha visitante, que ya duraba seis minutos, y con un poco de acierto exterior, y con un Joel Embiid más inspirado, los Sixers podían irse a descansar sabiendo que el partido no se les había escapado. Los seis puntos de desventaja no eran demasiados y, en apenas un minuto de juego, Thibodeau paraba el partido al ver flojear la defensa local. Brunson y Maxey intercambiaban aciertos pero, como el escolta visitante sumaba de tres en tres, la ventaja era para los Sixers. El problema era que, aunque contaba con cierto apoyo de Joel Embiid, este no tenía continuidad en el tiempo y Nueva York castigaba cada rebote ofensivo con un triple y volvía a tomar el mando del partido de cara al último cuarto. Un periodo que volvía a nacer con un equipo despistado, en este caso Philadelphia. Los balones perdidos eran una rémora que permitían a los Knicks realizar un parcial de diez a cero. Nurse volvía a reclamar otra actitud a sus jugadores en ataque y, en esta ocasión, la defensa local flaqueaba. En el Madison Square Garden crecía el nerviosismo, su equipo entraba en los dos minutos finales con tres puntos de ventaja. La presión defensiva de los neoyorquinos subía y los balones recuperados permitían a los Knicks casi definir el partido, contaban con seis puntos de ventaja y apenas restaban treinta segundos por jugarse. Maxey resolvía un uno contra uno con inteligencia y asustaba a la afición local con una jugada de cuatro puntos. Josh Hart recibía la falta subsiguiente y se iba a la línea de tiros libres para fallar uno y dejar la distancia de separación entre ambos equipos en un sencillo triple. Quedaban quince segundos, tiempo suficiente para que, desde diez metros, Maxey metiese un triple frontal y los Knicks aún dispusiesen de ocho segundos para lograr la canasta de la victoria. Sin tiempos muertos era Jalen Brunson el encargado de asumir galones entre los de Nueva York, su búsqueda de la canasta contraria se topaba con el tapón de Nicolas Batum y el quinto partido se definiría en la prórroga. Para no variar la tendencia de todo el partido, el parón entre cuartos dejaba frío un ataque. En esta ocasión Brunson lideraba un cinco a cero, en un minuto, que asustaba al técnico de los Sixers. La respuesta visitante llegaba con un Embiid dominante en ambas zonas, que ponía a los suyos con cuatro puntos de ventaja. Sin embargo el pivot cerraba una penetración de Brunson con un manotazo a la cara del base y la falta flagrante daba un respiro a los locales. Una acción que volvía a despertar a la estrella neoyorquina que empataba el partido con minuto y medio por disputarse. Philadelphia encontraba a Kelly Oubre Jr para una canasta sencilla y se ponía por delante entrando en el minuto final. Brunson no tenía continuidad en el acierto y los visitantes no mantenían la calma y perdían el balón antes de empezar a armar el ataque que podía darles el partido. Por suerte los neoyorquinos hacían algo similar al otro lado de la pista y Harris parecía decidir el partido al anotar dos tiros libres con poco más de quince segundos por jugar. El balón era para Brunson y, con su error, los Sixers conseguían la victoria y volver a casa para intentar darle la vuelta a la eliminatoria. Invitado inesperado: Nicolas Batum (Sixers)

Lo único que habían asegurado los Sixers, con la victoria, era poder despedirse del Wells Fargo Center antes de cerrar la temporada y que no valía otra cosa que ganar para seguir vivos. Pese a ello eran los neoyorquinos los que arrancaban mejor el partido, gracias a un ataque bien repartido la ventaja era visitante. Dado que Philadelphia no tenía esa facilidad para mover el balón, el Wells Fargo asistía, atónito, al primer tiempo muerto de Nick Nurse. La desventaja, de diez puntos, obligaba a los locales a recurrir a Joel Embiid,  aunque este no daba lo mejor de sí. Así las cosas, Jalen Brunson y OG Anunoby acercaban la diferencia a los veinte puntos y sólo el acierto de Nicolas Batum con los tiros abiertos evitaba el desastre de Philadelphia. Era normal que, viendo el partido a catorce puntos, el ataque local se acelerase; más extraño era que los Knicks siguiesen la dinámica y Tom Thibodeau paraba el partido aún sin grandes cambios en la diferencia. Salían los Sixers del banquillo con una mejor actitud defensiva y, entre Embiid y los triples de Buddy Hield, daban un revolcón al partido. El desconcierto aparecía en Nueva York, la diferencia se reducía hasta los cinco puntos y Thibodeau intervenía para dar aire a su ataque; hacían falta casi siete minutos para conseguir la segunda canasta en juego del cuarto y, como los problemas para circular el balón no paraban de frenar a los Knicks, Embiid y Hield (a base de triples) conseguían colocar a los de Pennsylvania al mando del partido al llegarse al descanso. En Nueva York no se creían lo ocurrido y, por encima, Embiid salía dispuesto a resolver el partido con dos triples y diez puntos del tirón. La respuesta visitante llegaba con la alianza de Brunson con Isaiah Harstentein, pero no evitaba la charla del técnico de los Knicks. Sin embargo Philadelphia regresaba a la pista dispuesto a romper el partido, robaba balones con facilidad y la diferencia llegaba a la decena de puntos. El único problema llegaba por el exceso de ganas local, que acababa por acelerar sus ataques en estático. La diferencia se reducía rápidamente y Nurse buscaba despertar a los suyos pero, aunque los triple entraban, los problemas de los Sixers llevaban el partido al último cuarto totalmente equilibrado. Un periodo que se abría sin Embiid sobre la pista y el rebote ofensivo se convertía en el principal arma ofensiva para ambos equipos. Sin embargo la defensa de Philadelphia se mostraba más vulnerable y los visitantes obligaban al pivot a regresar al juego. Mientras, Tom Thibodeau, aprovechaba para darle un descanso a Brunson. Eso daba lugar a que la ventaja visitante se quedase en nada y el técnico paraba el partido para poner a su base titular en pista. Este acertaba con dos lanzamientos de tres puntos y, junto con Donte DiVicenzo, eran protagonistas del despegue neoyorquino frente a un Embiid ya cansado. La desventaja era de ocho puntos, a tres minutos para el final del partido, y Nick Nurse solicitaba otro tiempo muerto a la mesa. La quinta falta personal de Embiid asustaba al Wells Fargo Center, aunque Maxey encontraba en Kelly Oubre Jr la compañía perfecta para liderar un parcial de siete a cero y los Knicks entraban en el minuto final con una mínima ventaja a favor. Brunson ponía el partido a un triple y Maxey empataba tras una falta con tiro libre adicional. Aún quedaban, como poco, dos posesiones y Josh Hart metía un triple frontal que complicaba más las cosas para los de Pennsylvania. Como quedaban veinticuatro segundos la defensa visitante dejaba pasar a Embiid que ponía el partido a un punto. Ahora los neoyorquinos movían el balón para dejar pasar el tiempo y la falta obligada de los Sixers llegaba faltando once segundos. DiVicenzo convertía los dos tiros libres, le correspondía el turno a Maxey y, tras el escolta, a Brunson; nadie erraba y Philadelphia disponía de siete segundos para anotar un triple. La carrera de Maxey era frenada y el saque de banda era para los locales con cuatro segundos por jugar. Buddy Hield recibía y, ante la presión defensiva, buscaba el triple a tabla; el lanzamiento no entraba y los Knicks superaban la primera ronda de playoffs. Invitado inesperado: Desierto (Knicks)

Eliminatoria cerrada: Knicks ganan cuatro a dos

Fuente: zonazealots.com

El Fiserv Forum sabía que perder el quinto partido suponía la eliminación de Milwaukee y mostraba su mejor cara para apoyar a los suyos. Kris Middleton salía dispuesto a darlo todo por el equipo y cargaba con la responsabilidad ofensiva para mantener el marcador apretado pese al acierto exterior visitante. El problema llegaba cuando el escolta bajaba su rendimiento, entonces los Pacers aprovechaban la sequía local (hasta cuatro minutos sin anotar en juego) para, con dos triples de Ben Sheppard, completar un parcial de diecisiete a cuatro que permitía a los de Rick Carlisle cerrar el primer cuarto con siete puntos de ventaja. El segundo acto, por el contrario, mostraba que las instrucciones de Glen Rivers habían dado otro aire a los Bucks, la selección de tiro era mucho mejor y la defensa apretaba. Era necesario un tiempo muerto, pero al ataque visitante le faltaba agresividad, abusaba del triple y, Con el despertar ofensivo de Bobby Portis, Milwaukee tomaba la delantera en el marcador. Obi Toppin caía en la trampa de Patrick Beverley y se ganaba una técnica por empujar en una discusión absurda por el balón para sacar de banda. Las dudas se extendían en el ataque de los Pacers ante una zona de ajustes y en defensa hasta sufrían para frenar a Beverley. Pese al parón solicitado por Carlisle para recuperar a los suyos, la determinación de Pat Connaughton les daba una corta renta a los Bucks para encarar la segunda mitad. La parada en los vestuarios volvía a traer malas noticias para los visitantes, a su ataque le costaba circular el balón con claridad y, en noventa segundos, los Bucks llevaban la diferencia hasta la decena de puntos. Carlisle activaba el esfuerzo defensivo de los suyos, aunque era inútil, bastaban nuevas intrucciones del técnico local para ver la cara más agresiva de Milwaukee. Entre los balones recuperados,el rebote ofensivo y un Brook López imparable. La diferencia llegaba a los quince puntos y la cuarta falta personal de Middleton no frenaba a los locales por mucho que TJ McConnell lo intentaba. Dos triples de Malik Beasley ponían la ventaja local en torno a los veinte puntos y, con un Beverley muy inteligente, se llegaba a ese objetivo al finalizar el tercer cuarto.  los doce minutos finales o eran un sufrimiento o algo sin demasiado interés y, entre que costaba encestar y que Beasley encontraba una buena racha, la diferencia se incrementeba en poco minutos y los esfuerzos de Pascal Siakam eran infructuosos. La serie volvía se ponía tres a dos para Indiana, que debía resolver ante su afición en el sexto partido para no complicarse la vida. Invitado inesperado: Pat Connaughton (Bucks)

Contar con Damien Lillard, para el sexto partido, era fundamental para las aspiraciones de los Bucks de ganar a domicilio y poder llegar a un séptimo partido, de todo o nada, ante su afición. Era natural que sus jugadores con más experiencia tirasen del equipo en el inicio y que, ante el arranque timorato de Indiana, la iniciativa fuese visitante. La ventaja se aproximaba a los diez puntos y Tyrese Haliburton mantenía a los locales con su acierto exterior. El paso de los minutos hacía bajar el acierto de Milwaukee en el tiro y, con un Obi Toppin desatado corriendo, la ventaja cambiaba de bando. Glen Rivers procuraba calmar la situación con un tiempo muerto, pero TJ McConnell se mostraba más vivo que los jugadores visitantes y recuperaba dos balones que permitían a los Pacers abrir el segundo cuarto con nueve puntos de ventaja. La situación era complicada para los Bucks y su técnico decidía salir con sus titulares para enfrentar a los suplentes locales. De modo que Rick Carlisle introducía a casi todos sus titulares y la distancia se mantenía estable, gracias a un Aaron Nesmith inspirado, hasta que su equipo empezaba a acelerarse, algo que no gustaba al técnico local e intervenía para frenar el partido. Indiana ya no sólo sufría ofensivamente, ahora Brook López y el rebote ofensivo de Milwaukee eran un martirio. La diferencia parecía recortarse lentamente, pero Nesmith volvía a aparecer para, junto a Haliburton, permitir que el Gainbridge Fieldhouse pudiese relajarse durante el cuarto de hora hasta el cambio de campo. Los doce puntos de ventaja hacían pensar que el partido iba a ser relajado para los locales, aunque la cuarta falta personal de Myles Turner, tras un minuto de juego, parecía contradecir esa opinión. Por encima Lillard regresaba a la cancha con su mejor versión anotadora y Pascal Siakam daba todo físicamente para anotar bajo el aro rival. La tensión se reflejaba en la técnica que se ganaban James Johnson y Bobby Portis al encararse al cruzarse buscando el banquillo en un tiempo muerto. Un parón que despertaba la intensidad defensiva local, los balones perdidos de los Bucks permitían a McConnell y Toppin lucirse. Pese a que durante unos minutos los Pacers se apagaban por falta de acierto exterior, un arreón de McConnell y Nembhard cerraba el tercer periodo con un parcial de ocho a cero, Milwaukee tendría que remontar quince puntos en contra para seguir vivo en la competición este año. Indiana no estaba dispuesto a ceder, con su mejor defensa, y un McConnell imparable, superaban la primer ronda de este año por mucho que Lillard se empeñase en prolongar la agonía visitante. Invitado inesperado: Obi Toppin, Ben Sheppard (Pacers)

Eliminatoria cerrada: Knicks ganan cuatro a dos

Fuente: hardwoodheroics.com

A pesar de la baja de Jarret Allen, el Rocket Mortgage Fieldhouse no estaba dispuesto a ceder en los ánimos a los suyos y los primeros minutos del quinto partido mostraban a Cleveland más cómodo ofensivamente con la incorporación de Isaac Okoro al quinteto titular. Los principales beneficiados, con tanto espacio libre bajo canasta, eran Darius Garland y Donovan Mitchell, aunque en los Magic había un claro perjudicado, Wendell Carter Jr, que se iba al banquillo tras cuatro minutos de juego. Lo inesperado era ver como Jamalh Mosley rectificaba su decisión un minuto más tarde, al ver a los Cavaliers con siete puntos de ventaja. Los de Florida sacaban una versión más intensa de su juego tras la charla de su técnico y, a base de triples, Franz Wagner y Paolo Banchero obligaban a reaccionar a JB Bickerstaff al verse con el marcador en contra. Cleveland recuperaba la solidez en defensa, los visitantes ya no acertaban desde detrás de la línea de tres puntos y, con Garland brillante trabajando bien cada posesión, y con un triple de Caris LeVert casi al límite del tiempo, la ventaja local era de diez puntos cuando el primer cuarto cerraba sus puertas. El segundo, sin embargo, mostraba dificultades en el ataque local para lograr buenas posiciones de tiro, pero Orlando abusaba del bote en el suyo y no podía aprovecharlo. Mitchell sostenía a los suyos ante un Markelle Fultz activo y acertado. La defensa visitante era buena y su técnico tardaba en incorporar a todos sus titulares a la pista y el técnico local buscaba evitar que los de Florida le diesen la vuelta al marcador. Subía el tono defensivo de los Cavaliers, el partido se aceleraba y la distancia volvía a sus orígenes. Mosley necesitaba de la mejor versión en ataque de Banchero y Jalen Suggs para reducir la desventaja al mínimo y encarar la segunda mitad con buen ánimo. Aunque eso no mejoraba su juego ofensivo tras el tiempo de asueto, las dudas se instalaban en el ataque visitante y la complicada situación era salvada por su buen trabajo defensivo. Donovan Mitchell se llevaba un golpe que paraba el partido y que, a pesar de su continuidad en el partido, afectaba a su equipo. Las estrellas visitantes empataban el partido y, aunque Bickerstaff  mejoraba el ataque local, el rebote ofensivo era fundamental para sostener a los de Ohio en el marcador. Aparecían los suplentes en pista para, junto a un Max Strus inspirado, dar a Cleveland una ventaja de cinco puntos de cara al último acto. La complicada situación de los Magic tenía en Markelle Fultz la solución, ya fuese anotando o repartiendo juego era el protagonista del ataque visitante y hacía reaccionar a Bickerstaff porque, nuevamente, estaban en desventaja. El ataque de los Cavaliers se desatascaba a base de triples y el atasco surgía en el anotación visitante, que cada vez se anclaba más a los tiros libres. Paolo Banchero acumulaba tiros en jugada individual y, como acertaba, la mínima ventaja visitante se mantenía entrando en los dos minutos finales. Como quiera que el alero seguía jugando individualmente, y ahora fallaba, Cleveland no perdonaba la ocasión. Con dos ataques bien repartidos, que Evan Mobley finalizaba bajo canasta, los de Ohio se ponían con cuatro puntos a su favor. Restaban cuarenta segundos y Franz Wagner se iba hacia el aro para poner a los suyos a una canasta y Bickerstaff dejaba la decisión del partido en manos de su jugador franquicia. Donovan Mitchell no acertaba desde la media distancia y le daba la opción a Orlando de al menos empatar el partido. Mosley no paraba el partido, Wagner volvía a repetir el intento de bandeja y Mobley surgía para taponar el tiro. El rebote era local y los tiros libres finiquitaban el partido. Los Cavaliers tomaban la delantera en la serie, tres a dos. Invitado inesperado: Marcus Morris (Cavaliers)

Tras el quinto partido, tan disputado en Ohio, el Kia Center estaba tranquilo por mucho que su equipo tuviese que alterar el quinteto titular por la baja de Gary Harris. Al escolta le sustituía Jonathan Isaac y esto llevaba a JB Bickerstaff a cambiar a Isaac Okoro por Marcus Morris y el partido comenzaba con mucho ritmo, pero no venía acompañado de una gran anotación. Franz Wagner capitalizaba el ataque local, ante unos Cavaliers que repartían el balón con criterio. Poco a poco despertaban los compañeros del alero alemán y Orlando se ponía con una corta ventaja a favor. El técnico visitante mejoraba su ataque, pero lo único que impedía a los de Florida aumentar su renta era su facilidad para perder el balón. Pese a ello, los Magic abrían el segundo acto con cuatro puntos de ventaja. El paso por los banquillos permitía a Cleveland seleccionar mejor sus lanzamientos a canasta y, con Darius Garland corriendo, Jamahl Mosley necesitaba frenar el ritmo del partido. Introducía al mismo tiempo a sus titulares para aclarar su ataque pero, como estos no acertaban y Donovan Mitchell sí, la igualdad se convertía en la norma del partido. Los Cavaliers buscaban el aro contrario para anotar y Orlando acertaba con los triples para plantarse en el tercer periodo con cuatro puntos de ventaja. Unos doce minutos que amanecían con preocupaciones para ambos equipos; en los Magic los balones perdidos se convertían en una constante y no metían los tiros abierto, en Cleveland, a pesar de que Donovan Mitchell cargaba con todo el peso ofensivo sin problemas y les daba siete puntos de ventaja, se veía con preocupación como su estrella se tenía que ir a los vestuarios tocado. El encargado de mantener al cuadro visitante durante la ausencia del escolta era Garland pero, en cuanto los Magic acertaban con un  par de triples para reducir al máximo la diferencia, Bickerstaff  frenaba el juego para introducir a su máximo anotador que ya había regresado al banquillo. Ahora el acierto exterior cambiaba de bando y Franz Wagner y Paolo Banchero mantenían la distancia con problemas. Bastaban cuatro puntos consecutivos de Mitchell, en el minuto final del cuarto, para permitir a los Cavaliers respirar con una corta renta a su favor para encarar el tramo decisivo del partido. Un tramo donde nadie permitía nada sencillo, los contactos eran duros y los nervios visitantes contrastaban con el descaro de Markelle Fultz y Cole Anthony. La ventaja era de Orlando pero, inexplicablemente, el equipo se ponía nervioso y Mitchell volvía a llevar la igualdad al partido. Sin embargo los de Ohio no tenían nada más ofensivamente y dos triples locales, acompañados por una canasta de Banchero con tiro libre adicional, daba cinco puntos de ventaja a los Magic a dos minutos para el final del partido. Cleveland recurría a su jugador franquicia, este se jugaba un triple que no entraba y Banchero ampliaba la ventaja local para delirio del Kia Center. Pese a que la estrella visitante metía una bandeja para acercarse en el marcador, Orlando mantenía la renta de cinco puntos entrando en el minuto final. Mitchell volvía a buscar el aro contrario, pero en esta ocasión la defensa local cerraba el espacio y el pase en el aire casi enterraba las opciones de Cleveland. Banchero erraba desde el poste medio, aunque Isaac capturaba el rebote y la falta visitante era obligada; los tiros libres resolvían el partido en favor de los Magic. La serie volvía a Ohio con empate a tres. Invitado inesperado: Cole Anthony, Markelle Fultz (Magic)

Era normal que, para el séptimo partido, el Rocket Mortgage Fieldhouse estuviese dispuesto a darlo todo por la victoria local. Lo poco habitual era notar que los quintetos titulares volvían a ser modificados de cara al partido que definía la eliminatoria, tanto Isaac Okoro como Gary Harris recuperaban su puesto entre los titulares y el partido arrancaba con muchos nervios y corriendo en cuanto se podía. Las referencias ofensivas en ambas franquicias tomaban la iniciativa y cargaban la responsabilidad ofensiva en ambos equipos para mantener el marcador apretado. llegaban los balones perdidos en Cleveland y, con un par de triples visitantes, JB Bickestaff paraba el partido. La desventaja, de seis puntos, no era excesiva, aunque Paolo Banchero estaba imparable y el parcial crecía hasta un trece a cero gracias a la colaboración de Wendell Carter Jr. Caris LeVert rompía cinco minutos de sequía de los locales y esto daba confianza al escolta local que, durante el descanso de Banchero, conseguía dejar la diferencia estable en los seis puntos de mitad de cuarto. Claro que LeVert no salía inspirado del banquillo, y Banchero regresaba a la pista, para liderar un parcial de siete a cero que preocupaba a los Cavaliers y Bickerstaff necesitaba dar contundencia a su defensa y aclarar su ataque. La desventaja, de trece puntos, no bajaba la energía de los Magic; su defensa cortaba las líneas de pase y Cole Anthony se mostraba descarado en el ataque para llevar la diferencia hasta los diecisiete puntos. El técnico local buscaba, en el fondo de su banquillo, soluciones a su atasco ofensivo y Sam Merrill correspondía a su confianza con puntos para aguantar el ritmo anotador de un Banchero al que nadie frenaba cuando encaraba el aro local. Sin embargo, bastaban tres minutos donde la agresividad de Orlando para jugar hacia dentro era menor, para llegar la remontada local. Como quiera que la insistencia para buscar el aro contrario cambiaba de bando, la desventaja de Cleveland se quedaba en diez puntos al descanso. La diferencia era considerable pero, como a los Magic le costaba sumar puntos más allá de los tiros libres, y la defensa se mostraba más permisible, en Ohio se veía con asombro como todo se igualaba. Jamahl Mosley tenía que parar el partido, pero el juego visitante finalizaba siempre con tiros exteriores y Mitchell y LeVert ponían por delante a los Cavaliers tras nueve minutos de juego. La defensa local se crecía a cada minuto y Orlando veía como Max Strus metía un par de triples que rompían la igualdad en el partido. En el Rocket Mortgage Fieldhouse no daban crédito, su equipo llegaba al cuarto final con ocho puntos de ventaja. Un periodo donde la defensa local seguía controlando el partido y, viendo que lo único que fallaba para finiquitar el partido era soltura en el ataque, Bickerstaff paraba el partido. Los intentos visitantes no tenían continuidad en el tiempo, únicamente Banchero aportaba con cierta constancia en el ataque de los Magic y Garland servía de apoyo a Mitchell para poner la diferencia en once puntos a mitad de cuarto. Por mucho que Mosley lo intentaba, la dinámica del partido no cambiaba; Cleveland pasaba a semifinales de conferencia sabiendo sufrir hasta el final del partido. Invitado inesperado: Sam Merrill, Caris LeVert (Cavaliers)

Eliminatoria cerrada: Cavaliers ganan cuatro a tres

Leave a Reply

Be the First to Comment!

Notify of

wpDiscuz