Playoffs NBA 2024: Primera ronda en el Este. Capítulo I

Fuente: thecomeback.com

Las bajas de los Heat eran tan importantes, ya que Jimmy Butler y Terry Rozier llevaban el peso ofensivo del equipo, que el TD Garden se mostraba tranquilo antes del primer partido de la eliminatoria y Boston, sabiendo de lo complicado de la situación visitante, apretaba desde el inicio. En dos minutos obligaba a Erik Spoelstra a levantarse del asiento y parar el partido. Servía de poco, Bam Adebayo conseguía los primeros puntos de su equipo tras tres minutos de juego, pero los Celtics ya contaban con más de diez puntos de ventaja. Sin embargo eso despertaba la mejor actitud de Miami y, con un parcial de ocho a cero, dejaba la desventaja en siete puntos. Tenía que aparecer el banquillo local, con Payton Pritchard acertando con un par de triples, para devolver la diferencia entre ambos equipos a los dos dígitos. Claro que, cuando los triples locales no entraban, aparecía Kevin Love, para mantener a los suyos a cinco puntos tras los doce minutos iniciales. El descanso permitía a Boston recomponer su ataque y, como Sam Hauser se encontraba cómodo tirando de tres desde las esquinas, la diferencia volvía a la decena de puntos ya que Jaime Jaquez era la única solución ofensiva en los Heat. Spoelstra necesitaba dar otra charla a sus jugadores pero, pese a ello, Jayson Tatum se crecía en el partido. Además las soluciones ofensivas visitantes se centraba en posiciones forzadas de Adebayo y los balones perdidos comenzaba a ser un problema, la diferencia se acercaba a los veinte puntos. Como quiera que los Heat no podían frenar a un Kripstas Porzingis cada vez más dominante, que hasta acertaba con dos triple, los de Florida estaban aliviados de ver el partido a quince puntos al descanso. El reposo en los vestuarios no daba tregua a Miami que, sin tensión, veía como la diferencia llegaba los veinte puntos. Se hacía necesario un punto más de agresividad para reducir la ventaja local hasta los doce puntos. Viendo que el partido se podía complicar, los Celtics sacaban su versión más seria, bajo los mandos de Derrick White y el hueco volvía a ampliarse al bajar el acierto visitante. El nuevo intento de Spoelstra por intervenir en el partido ya no funcionaba. Entre el dominio interior local, y su acierto con el tiro exterior, un parcial de quince a cero en cinco minutos de juego llevaba la diferencia por encima de los treinta puntos. En el TD Garden se celebraba la primera victoria de la serie.  Invitado inesperado: Payton Pritchard, Sam Hauser (Celtics)

En el TD Garden se ponían en pie pensando en celebrar una nueva victoria de los Celtics en el segundo partido de la eliminatoria. Sin embargo Miami salía a demostrar que no iba a ser sencillo, los triples de Nikola Jovic  y el trabajo de Bam Adebayo evitaban que el buen arranque de Jayson Tatum tuviese mucho efecto en el marcador. Con cinco puntos de desventaja Erik Spoelstra decidía intervenir en el partido y, mejorando el movimiento de balón del equipo visitante, que era finalizado con acierto exterior, conseguía que los Heat se presentasen en el segundo cuarto con una mínima ventaja a pesar de la agresividad del equipo local. Boston salía del banquillo con su versión más intensa para dificultar la circulación de balón visitante y los de Massachusetts volvían a tomar una ligera ventaja. Esta vez eran sus ansias de abrir hueco lo que propiciaba la reacción de Miami que, con dos triples de Caleb Martin, propiciaban el inmediato tiempo muerto de Joe Mazzulla. Pese a ello los visitantes seguían marcando el ritmo en el partido ya que, con un Kripstas Porzingis desaparecido, Adebayo equilibraba su ataque. El TD Garden sufría y tenía que aparecer Jaylen Brown, con tres triples y once puntos en dos minutos de juego, lo que permitiese a la afición local levantarse de asiento con la tranquilidad de ver a los suyos por delante. Curiosamente el cuarto de hora de reposo no cambiaba el acierto del escolta local, con un Brown agresivo (que hacía veinte de los últimos veinticuatro puntos de su equipo), oponía resistencia a la mejor versión de Tyler Herro, anotando y dirigiendo. El técnico local tenía que frenarle, aunque su charla no tenía efecto en el partido y, por encima, el acierto de su escolta comenzaba a bajar. Nuevamente Mazzulla pisaba el freno para solucionar los problemas de los locales, que veían el partido a diez puntos. Sam Hauser rompía cuatro minutos sin anotación en juego de los Celtics, la defensa apretaba y Tatum buscaba despertar a la afición local. Pese a ello los Heat llegaban a los doce minutos finales con seis puntos de ventaja. Un cuarto que veía a ambas defensas asfixiando a los ataques pero, mientras que Boston lo solucionaba individualmente, los visitantes trabajaban en conjunto para anotar. Esto volvía a ampliar la distancia y el tiempo muerto local servía de poco porque, a pesar de que Derrick White se mostraba acertado, Bam Adebayo se mostraba imparable para Al Horford. El problema era que Porzingis volvía a la pista al mismo nivel que lo había dejado y los triples de Miami helaban al TD Garden, a los Celtics se le había cortado la racha en casa y lo peor era que se iban a Florida con un empate a uno en la serie. Invitado inesperado: Haywood Highsmith (Heat)

Fuente: dailyknicks.com

Los nervios previos al primer partido no traían un ambiente tímido al Madison Square Garden y tenía que ser Joel Embiid, y la falta de acierto exterior de Nueva York, lo que trajese cierta intranquilidad a la cancha local. Sobre todo cuando el pivot de los Sixers encontraba apoyo en sus compañeros y la ventaja visitante alcanzaba  los doce puntos cuando Tom Thibodeau paraba el partido. La defensa local lograba frenar al ataque de Philadelphia para acercarse en el marcador. Ahora eran los triples lo que daba aire a los de Nick Nurse para llevar la diferencia a los dos dígitos y sólo un arreón de los suplentes neoyorquinos dejaba la diferencia en nueve puntos tras la disputa del primer cuarto. Los problemas para los Sixers llegaban con el descanso de su pivot estrella porque, aunque Paul Reed intentaba compensarlo, no era suficiente ante la mejor versión de Miles McBride y Bojan Bogdanovic. La diferencia se quedaba en dos puntos rápidamente y Mitchell Robinson dominaba las zonas, incluso con el retorno de Embiid. Como Thibodeau mantenía a sus acertados suplentes la ventaja cambiaba de bando y Nurse tenía que dar órdenes a los suyos. Tyrese Maxey cerraba cuatro minutos sin anotación en juego de los suyos, pero la energía era de los Knicks y, por encima, Embiid caía mal y se iba a los vestuarios. En Pennsylvania se veía mal el partido, porque la desventaja visitante era de doce puntos. El intermedio permitía a Philadelphia recuperar a su pivot estrella y, con ello, la claridad en su ataque. Ahora era el técnico local el obligado a reaccionar pero, con un Maxey agresivo, el parcial de doce a dos ponía el partido a tres puntos y hacía necesario otro tiempo muerto neoyorquino. El Madison Square Garden sufría viendo a su equipo desacertado, perdiendo balones y sin poder correr. Como Maxey no frenaba, los Sixers se presentaban en el cuarto final con tres puntos de ventaja. El partido estaba en el aire y los contactos aumentaban para frenar a Maxey. Como quiera que Embiid tenía que descansar, el control en las zonas volvía a poner por delante en el marcador al cuadro local. Se hacía necesario reintegrar a la pista al pivot visitante y, apretando en defensa, Philadelphia se acercaba en el marcador. Nueva York sobrevivía gracias al rebote ofensivo y a los triples de Josh Hart, que les ponía con seis puntos de ventaja entrando en los dos minutos finales. Embiid, pese al cansancio acumulado, ponía el partido a cuatro puntos, pero OG Anunoby metía un triple para ampliar la diferencia. Kyle Lowry no estaba dispuesto a rendirse y metía un triple, aunque Hart le devolvía el favor con otro a la carrera y los Knicks se presentaban en el minuto final con siete puntos de ventaja. Maxey hacía un último intento de los visitantes, pero dos tiros libres de Mitchell Robinson cerraban el partido y la victoria neoyorquina. Invitado inesperado: Miles McBride, Bojan Bogdanovic (Knicks)

El Madison Square Garden se mostraba mucho más intimidante en el arranque del segundo partido de la serie. Un partido que se abría con ambos equipos sufriendo para anotar y, frente a los balones perdidos del ataque local, Philadelphia encontraba en tres triples de Maxey la forma de cobrar una cómoda renta de nueve puntos. Josh Hart era el encargado de hacer los primeros puntos de su equipo en el partido y romper el parcial de nueve a cero y, como Donte DiVicenzo convertía otros dos, en Nueva York afrontaban el partido con más tranquilidad. Sin embargo el equipo se mostraba irregular y, con Embiid haciendo daño bajo canasta, los Sixers cerraban el primer periodo con una ventaja de siete puntos. La parada en los banquillos dejaba al pivot visitante descansando y, para sorpresa de nadie, Maxey tomaba el relevo ofensivo de su compañero para mantener la diferencia inalterable hasta su regreso. Philadelphia controlaba el partido y ni una técnica a Embiid lograba despistar al equipo visitante que, con un buen reparto del balón en ataque, mantenía el mando en el marcador. Sólo la aparición de Josh Hart, en los noventa segundos finales del cuarto, permitía a los Knicks respirar viendo la diferencia reducida a cuatro puntos. La victoria era fundamental  para ambos equipos y no sorprendía ver que volvían de los vestuarios con su mejor versión de conjunto y la igualdad no se rompía ni cuando el cansancio provocaba más errores en el juego. Los Sixers tenían que sentar a su jugador franquicia e Isaiah Harstentein se hacía grande en las zonas para llevar a los neoyorquino a contar con una corta renta para encarar el cuarto final. La ventaja era tan escasa que bastaba un minuto del último acto para que Thibodeau tuviese que dar un toque de atención a sus jugadores. La respuesta era inmediata; la defensa subía la presión y, tras dos triples de Bojan Bogdanovic, Nick Nurse tenía que pedir un tiempo muerto. El público se ponía en pie con la mejor versión de Miles McBride, mientras Embiid volvía a dejar muestras de no estar al cien por cien físicamente. Tenía que aparecer Maxey para hacer frente a la mayor energía local hasta que, inesperadamente, el cansancio frenaba a los neoyorquinos. A dos minutos para el final Philadelphia tomaba el mando en el marcador y Jalen Brunson erraba una situación de tiro bastante forzada. Por suerte a Maxey le resbalaba el balón en la contra y los locales tenían otra opción pero, como Hart no metía el triple, y el escolta visitante se redimía de su balón perdido con una canasta de tres puntos, Thibodeau buscaba dar órdenes a sus jugadores. Nuevamente Brunson iba al choque, erraba y, pese al rebote ofensivo local, el base volvía a errar un triple. La posesión acababa en las manos de Kyle Lowry que tenía dos tiros libres para aumentar la diferencia hasta los cinco puntos. Restaban menos de medio minuto cuando Brunson se redimía de sus fallos con un triple, tras casi perder el balón un poco antes, y los Sixers se precipitaban en un saque rápido. El balón acababa en las manos locales tras un par de faltas no pitadas y Di Vicenzo erraba un triple para dar ventaja a los Knicks  pero, como Harstentein conquistaba el rebote ofensivo, aprovechaba la oportunidad para poner a los neoyorquinos con un punto de ventaja con trece segundos por disputarse. Nurse dejaba el balón en las manos de Maxey, que buscaba sorprender atacando el aro nada más recibir aunque, para su sorpresa, Harstentein volvía a aparecer para taponar el tiro. OG Anunoby aumentaba la ventaja local hasta los tres puntos con los tiros libres de rigor y, como Maxey dudaba con el tiro, Embiid se veía obligado a un triple Embiid que no entraba. Tras dos partidos la eliminatoria se iba a Pennsylvania con ventaja de Nueva York, dos a cero. Invitado inesperado: Miles McBride, Bojan Bogdanovic (Knicks)

Fuente: clutchpoints.com

El Fiserv Forum estaba expectante ante los que su equipo podía ofrecer sin Giannis Antetokounmpo y con Patrick Beverley en el quinteto titular. No sorprendía, por tanto, que Milwaukee saliese desajustado al partido. Por suerte para los locales los Pacers tampoco se mostraban acertados con el tiro exterior y era su juego interior lo que permitía seguir el ritmo anotador marcado por Damien Lillard. Sin embargo los Bucks sí encontraban el acierto desde detrás de la línea y, tras un triple de Lillard sobre la bocina, los de Wisconsin cerraban el primer cuarto con nueve puntos de ventaja. Eso reafirmaba las ansias locales que arrancaban el segundo periodo con su versión más agresiva. Los balones recuperados y la versión más acertada de Bobby Portis elevaban la diferencia hasta los quince puntos y Rick Carlisle paraba el partido pero nada funcionaba. La desventaja visitante se acercaba a los veinte puntos puntos y era necesario otro tiempo muerto. Pascal Siakam lo intentaba todo, pero era el único acertado en Indiana y nadie conseguía frenar a un Lillard imparable. Tras dos canastas en juego del pivot francés, en cinco minutos de partido, la ventaja de Milwaukee se acercaba a los treinta puntos. Nueve minutos tardaba en anotar en juego otro jugador visitante que no fuese Siakam y, con los triples entrando en los Bucks, la desventaja visitante seguía rondando los treinta puntos al descanso. El tiempo de asueto sentaba bien a los Pacers que, con su versión más reconocible, bajaba la diferencia de los veinte puntos en pocos minutos. Glen Rivers tenía que buscar una charla con sus jugadores y Andrew Nembhard se engachaba con Lillard para ganarse una técnica absurda. Kris Middleton tomaba las riendas del ataque local y, junto con la aportación de Portis, frenaba la reacción visitante. Llegaba el turno de los jugadores de banquillo, pero estos no funcionaban tan bien y el parcial encajado, de nueve a cero, complicaba el partido a Milwaukee. Sin embargo los visitantes no salían tan entonados al cuarto final y los Bucks tiraban de experiencia. Con eso, y un par de triples de Malik Beasley, llevaban la ventaja local hasta los veinte puntos. Una diferencia que podían administrar con tranquilidad para cerrar su primera victoria en la serie. Invitado inesperado: Malik Beasley (Bucks)

El segundo partido se presentaba fundamental para las aspiraciones de Indiana y, como ambas defensas se empeñaban en cerrarse bajo canasta, los triples de Damien Lillard y Brook López, hasta en tres ocasiones, daban las primeras ventajas a los locales. Rick Carlisle debía ajustar su defensa para bajar el acierto de los Bucks. El efecto era inmediato, los visitantes podían correr y el dinamismo de Obi Toppin brillaba para poner a los Pacers al mando del partido. Así las cosas, pese al intento de Glen Rivers por evitarlo, el Fiserv Forum sufría viendo a los suyos con una corta desventaja tras el primer acto. El cambio de cuarto no variaba la dinámica del partido, Lillard llevaba el peso del ataque local y el juego interior de Indiana se aprovechaba de la debilidad defensiva de Milwaukee. Poco a poco los compañeros del base comenzaban a soltarse en ataque y al ponerse por delante en el marcador hacían reaccionar al técnico visitante. El ataque de los Pacers se ordenaba para castigar la mala defensa interior local y, pese a que los triples daban aire a los Bucks, no era suficiente para evitar el liderazgo visitante en el marcador al descanso. El Fiserv Forum seguía intranquilo tras los primeros minutos de la segunda mitad, porque los problemas defensivos se reproducían y su banquillo, pese a intentar ajustar su defensa, veía que no terminaba de funcionar su ataque. Gracias a una técnica a Andrew Nembhard, y a la experiencia de Kris Middleton y Bobby Portis, Milwaukee le daba la vuelta al marcador. Myles Turner rompía cuatro minutos sin anotar en juego y tenían que llegar los triples al bando visitante para propiciar otro cambio de rumbo en el partido. Pese al intento de Middleton por evitarlo, Indiana mandaba por nueve puntos al iniciarse el último cuarto. Un arranque que daba esperanzas al Fiserv Forum porque, inesperadamente, los visitantes mostraban su cara más bisoña. Tras una falta flagrante de Toppin la diferencia bajaba hasta los cuatro puntos pero, para sorpresa general, los Pacers subían la intensidad de su juego como no habían hecho en toda la eliminatoria. La ventaja se ampliaba hasta los dos dígitosjugando a la carrera y, pese a que los Bucks buscaban responder con sus interiores, entre Pascal Siakam y Turner lideraban un parcial de veintitres a cuatro que cerraba las opciones locales y empataba la serie a uno. Invitado inesperado: Obi Toppin, Ben Sheppard (Pacers)

Fuente: cavaliersnation.com

Pese a que los últimos partidos de la temporada regular no habían sido buenos, el Rocket Mortgage Fieldhouse mostraba su mejor aspecto para el arranque de la serie frente a los bisoños Magic. La cancha se mostraba entusiasta desde el inicio y bastaban unos pocos minutos para observar como la determinación de Cleveland era total. Mientras, en el cuadro visitante, el buen tono defensivo no se veía acompañado por la soltura en ataque y las dudas y el desacierto mostrado obligaba a Jamalh Moshley a parar el partido porque la diferencia superaba la decena de puntos sin haberse llegado a la mitad del primer cuarto. El partido continuaba a tirones porque, a pesar de la mejora ofensiva visitante, en los Cavaliers disfrutaban de la versión más suelta y equilibrada de su ataque para mantener una ventaja cercana a los diez puntos. Ni el paso por los banquillos rebajaba la tensión del ataque de Orlando pero, como el ataque local sufría con los suplentes, las diferencias se mantenían y, a falta de baloncesto, aparecían los contactos físicos innecesarios. Primero Isaac Okoro se ganaba una técnica absurda por darle un cariño a Moritz Wagner y luego George Niang recibía otra por encararse con Markelle Fultz por una falta flagrante. Los Magic no metían ni los tiros libres y, como su defensa bajo canasta no era contundente, la distancia entre ambos equipos se doblaba rápidamente para alcanzar la docena de puntos al descanso. La situación de Orlando era complicada y no sorprendía ver la versión más agresiva de la franquicia de Florida al iniciarse la segunda mitad. En dos minutos la desventaja se reducía y JB Bickerstaff se veía obligado a reaccionar. Las defensas apretaban y, dado el desacierto general, las ventajas locales se mantenían en torno a los cinco puntos. Claro que no tardaba en aparecer la flaqueza defensiva visitante bajo su canasta y la ventaja de los Cavaliers volvía a alcanzar los dos dígitos. Con un parcial de trece a dos el Rocket Mortgage Center respiraba más tranquilo cuando se encaraba el cuarto final. La ventaja, de quince puntos, daba mucha tranquilidad al juego local. Tras un minuto de juego la diferencia subía a los veinte puntos y, con el partido casi decidido en su contra, los Magic despertaban su acierto en el tiro. En la franquicia de Ohio se temían lo peor con la actitud de sus jugadores pero, tras cerrar un parcial de once a cero, la confianza en del cuadro local volvía a crecer. Bastaba el despertar de Donovan Mitchell para asegurar el primer partido de la eliminatoria para Cleveland.  Invitado inesperado: Desierto (Cavaliers)

El segundo partido era fundamental para Orlando y el ambiente, en el Rocket Mortgage Center, estaba cargado de tensión. No sorprendía, por tanto, ver a los visitantes tímidos bajo canasta y acelerados y abusando del triple en su ataque. Gracias a su intimidación bajo canasta, y a los buenos minutos ofensivos de Jarret Allen y Donovan Mitchell, los Cavaliers ponían en apuros a los visitantes para seguir el ritmo anotador local. Franz Wagner y Paolo Banchero eran los referentes de los Magic pero, con la lesión de rodilla de Jalen Suggs, la desconcentración aparecía en los de Jamalh Mosley; su ataque sufría, su balance defensivo era mejorable y Caris LeVert salía del banquillo local para poner a los suyos con nueve puntos de ventaja. El tiempo muerto visitante no servía de nada y en Cleveland disfrutaban viendo a los suyos con una docena de puntos de ventaja al cerrarse el primer cuarto.Por suerte para Orlando sus interiores no querían ceder el partido y, como la defensa visitante conseguía recuperar el balón con facilidad, JB Bickerstaff veía necesario dar unas indicaciones a sus jugadores. El ataque local se desatascaba con los triples de Isaac Okoro y, como los Magic no encontraban continuidad en su juego ofensivo, la desventaja volvía a situarse por encima de los diez puntos. Mosley buscaba la reacción de sus jugadores pero, sin acierto exterior, todo el ataque visitante se reducía a Franz Wagner y en los Cavaliers sonreían al irse a los vestuarios con catorce puntos de ventaja. El único motivo para la alegría en el equipo visitante era ver como Suggs se había recuperado de sus problemas en la rodilla y, con el comienzo del juego, quedaba claro que los Magic tenían muy complicado esbozar una sonrisa aquella noche. Evan Mobley cargaba con la responsabilidad ofensiva local y era suficiente para llevar la ventaja local hasta los veinte puntos para disgusto del técnico visitante. Orlando tenía pocos recursos en su ataque cuando no entraban los triples y, como tampoco controlaban al juego interior de Cleveland, el Rocket Mortgage Center respiraba calma. Sólo la aparición en pista de los suplentes, con Moritz Wagner a la cabeza, daba alguna esperanza los de Florida de recortar pero, con dos triples de Darius Garland, ni la anotación de Paolo Banchero preocupaba a la afición local. Los Cavaliers se presentaban al último periodo con quince puntos de ventaja y la sensación de ser claramente superior a su oponente. Y quedaba demostrado nada más salir de los banquillos, su ventaja superaba los veinte puntos gracias a su buena defensa y sólo el carácter de Moritz Wagner, y cierta relajación local, permitían a los Magic bajar la diferencia de los diez puntos. Claro que una atención médica paraba el partido y, con dos canastas de Donovan Mitchell, Cleveland viajaba a Florida con el dos a cero en la serie. Invitado inesperado: Caris LeVert, Isaac Okoro (Cavaliers)

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