Playoffs NBA 2019: Semifinales de conferencia en el Este. Capítulo III

Mike Buldenhozer

Fuente: atlallday.com

La introducción de Aron Baynes en el quinteto titular de los Celtics, no parecía otra cosa que una medida desesperada de Brad Stevens. Por eso, no sorprendía ver el Fiserv Forum más expectante que preocupado. Y los minutos iniciales le daban tranquilidad a la afición local. Milwaukee jugaba con mucha tranquilidad en cada ataque y, además, contaban con el acierto de Nikola Mirotic y un cuadro visitante desacertado. Gracias a un parcial de ocho a cero en el arranque, los Bucks vivían con bastante tranquilidad. Las defensas no permitían canastas fáciles y, con un Kyrie Irving forzando situaciones, la diferencia se manejaba en torno a los diez puntos. Aparecía Marcus Morris desde el banquillo y, como los de Wisconsin trabajaban menos los ataques, pese a contar con Malcolm Brogdon tras su lesión, Boston se ponía por delante a un minuto de finalizar el primer cuarto. Milwaukee llevaba cuatro minutos sin anotar y tenía que aparecer George Hill para dar la delantera a su equipo al finalizar el cuarto. Ambos equipos tenían mucho que reflexionar en el tiempo entre cuartos y, pese a ser apenas un par de minutos de reposo, parecían haber cambiado la cara a los locales, que volvían a mostrar la misma solidez del inicio del partido. En ochenta segundos Stevens tenía que parar el partido, el siete a cero de salida volvía a poner la distancia en los dos dígitos. Entraban los titulares en los de Massachusetts pero la mejora defensiva no se veía acompañada del ataque. Los Celtics anotaban su primera canasta en el cuarto tras cuatro minutos y, por ello, y por la buena dirección de Hill, no conseguían recortar la diferencia de los diez puntos. Todo transcurría con placidez y sólo era rota por un codazo involuntario de Ersan Ilyasova a Jaylen Brown. Parecía una señal porque, casi inmediatamente, Kyrie Irving se enchufaba al partido y dejaba la diferencia en seis puntos. tenía que aparecer la estrella local, Giannis Antetokounmpo, para dar un golpe en la mesa. Entre su anotación y sus pases, finalizados por acierto exxterior de sus compañeros,  los Bucks se ponían con quince puntos de ventaja. El técnico visitante necesitaba frenar el partido, pese a restar medio minuto para el descanso, y Al Horford se ganaba una técnica por comerle la oreja a un árbitro. Boston tenía que remontar trece puntos en la segunda parte. Todo el pabellón estaba disfrutando de sus refrigerios cuando, con catorce segundos disputados en la segunda parte, Antetokounmpo daba el susto con una torcedura de tobillo. Por fortuna no era grave, y como Irving continuaba con su plan de tirar más (no mejor), Kris Middleton se bastaba para mantener la diferencia en la decena de puntos. Milwaukee jugaba a tirones y, en un arreón defensivo, se encadenaban un par de aciertos ofensivos. La diferencia rozaba los veinte puntos. El tiempo muerto visitante no servía de nada, los Bucks tenían más energía (ganando hasta cinco rebotes ofensivos en una jugada) y llegaban al cuarto final con dieciocho puntos de ventaja. el úlitmo cuarto seguía mostrando la mayor agresividad local y, como los Celtics no encontraban ni acierto ni defensa, la diferencia superaba los veinte puntos. Mike Buldenhozer daba descanso a su estrella restando siete minutos y los suplententes daban la cuarta victoria en la serie a Milwaukee. Invitado inesperado: George Hill (Bucks)

Eliminatoria cerrada: Bucks ganan cuatro a uno

K.Leonard

Fuente: flipboard.com

El quinto partido suele ser determinante en las eliminatorias NBA, por eso ambos equipos salían a por todas. La intensidad era grande y los golpes continuos. Kyle Lowry rompía dos minutos de sequía y, junto con Joel Embiid en los Sixers, eran los encargados de llevar el peso ofensivo. Dada la situación las segundas opciones en ataque eran fundamentales y ambos equipos sabían explotarlas. el partido no se rompía y Brett Brown comenzaba la rotación de Philadelphia. Los balones perdidos aparecían en Toronto y, gracias al acierto de Mike Scott, la iniciativa era visitante. Los Raptors se ponían intensos en el cuerpo a cuerpo, Lowry activaba las manos en defensa y, con el acierto exterior de Pascal Siakam. empataba el marcador. Serge Ibaka se llevaba un golpe de Kawhi Leonard y se iba a los vestuarioa manando sangre. Sin embargo los canadienses no frenaban, el parcial de doce a uno en tres minutos, los rompía Embiid con la primera canasta en juego de su equipo en cuatro minutos. Toronto calmaba su juego y los balones perdidos, y una falta absurda de Norman Powell, permitían a los Sixers irse a los banquillos con una desventaja mínima. El segundo acto nacía con Ibaka de nuevo en pista y el triple poste, impuesto por Nick Nurse, se adueñaba del partido en defensa y ataque. Los Raptors se iban con ocho puntos de ventaja y Brown paraba el partido para levantar la intensidad de su equipo. Los canadienses no se arrugaban, el ritmo aumentaba y, con ello, los errores. La diferencia se mantenía pero, al recomponer su quinteto titular, Toronto rompía el partido con un parcial de diecioho a seis en cuatro minutos, con una única canasta en juego de Philadelphia. Leonard y Pascal Siakam eran los máximos responsables de dar más de veinte puntos de tranquilidad al público del Scotiabank Arena. Los quince minutos de descanso llegaban en el peor momento para los de casa y se dejaba notar en el inicio del tercer cuarto. La bajada de intensidad era aprovechada por los Sixers que, con acierto exterior, se colocaban a trece puntos. Nurse necesitaba dar unas instruciiones para mejorar el movimiento de balón y unos gritos para despertar a la defensa. El efecto era inmediato, aprovechando que Embiid se retiraba a descansar dolorido, los Raptors se iban  otra vez hasta una ventaja de dos decenas y, pese a que Mike Scott intentaba ayudar para contener la escapada, Siakam no frenaba y cada vez había más compañía en el ataque canadiense. Sería necesario el regreso de su estrella, y un nuevo tiempo de Brown, para finalizar el cuarto con la diferencia en torno a los veinte puntos. Pocas esperanzas había en Philadelphia y, con los primeros fallos en el acto final, el partido se moría. Toronto disfrutaba con un final tranquilo, dominaban por treinta con diez minutos por jugar. Las únicas opciones de ganar la eliminatoria en el sexto partido eran suyas, porque suya era la victoria. Invitado inesperado: Serge Ibaka (Raptors)

El tres a dos en la serie añadía mucha presión sobre Philadelphia antes de empezar el sexto partido. Perder ante su afición les costaría la eliminación y eso era algo que no querían sufrir. No sorprendía, pues, su buen arranque que les daba ocho puntos de ventaja. Y es que, tras la primera canasta, un mate de Tobias Harris, el humo que dominaba el ambiente del Wells Fargo Center se había disipado. Los Sixers buscaban el aro constantemente, con Jimmy Butler liiderando la ofensiva y los Raptors se encontraban superados desde el inicio. Tras el tiempo muerto de Nick Nurse  los canadienses comenzaban a mostrar una cara más acertada, con Pascal Siakam como principal amenaza, y, al juntar el descanso de Joel Embiid  con un poco de esfuerzo defensivo, se completaba un un diez a cero de parcial que ponía por delante a Toronto. Era necesario el regreso del pivot para dar consistencia a la defensa local y, como los suplentes canadienses no mostraban el acierto que los de Philadelphia, el parcial era devuelto en noventa segundos. Pese a los intentos de Kawhi Leonard, los Sixers mandaban por ocho puntos al finalizar el primer acto. El segundo periodo mostraba un poco más de los mismo; parcial de nueve a cero local gracias al acierto exterior y su mayor energía, devolución del parcial al descansar el jugador franquicia de Philadelphia y, con el regreso de la estrella local, apagón ofensivo visitante al verse lleno de dudas. Normal que, en los diez segundos previos al descanso, a Butler le diese tiempo de hacer dos canastas para llevar la diferencia hasta los quince puntos. El paso por los vestuarios debía refrescar las ideas, pero no. Los Sixers salían lanzados y, en función del acierto exterior, la diferenciase manejaba entre  los diez y los veinte puntos. De nuevo el descanso de Embiid permitía el acercamiento canadiense y, por no variar, la intensidad local les permitía gozar de veinte puntos de ventaja para el cuarto final. Un cuarto que casi sobraba, los Raptors salían dormidos y, por una vez, ni el reposo de Embiid les permitía soñar con la victoria. Tras un mínimo incidente por un codazo involuntario de Embiid, se confirmaba la necesidad del séptimo partido al otro lado de la frontera. Invitado inesperado: Mike Scott (Sixers)

Y en Canadá todo estaba preparado para ayudar a su equipo a finiquitar la eliminatoria. Sin embargo, los mejores colaboradores con la causa en el inicio, eran unos Sixers demasiado acelerados que tardaban casi cinco minutos en hacer sus primeros puntos. Por suerte para ellos, en Toronto sólo funcionba Kawhi Leonard y la diferencia no era preocupante. Otra cosa era tener que retirar de la pista a Kyle Lowry en mitad del cuarto (por su segunda falta personal), eso abría la puerta a la recuperación visitante que se ponía por delante rápidaménte. Era el momento adecuado para dar el habitual descanso a Joel Embiid y, activando las manos en defensa para robar el balón, los Raptors abrían otra vez un pequeño hueco. Brett Brown paraba el partido, incorporaba a su estrella y, al verse obligado a salir de la zona, Toronto volvía a fallar. Como Philadelphia tampoco se inspiraba con los triples, la anotación era baja y la ventaja lcal se quedaba en cinco puntos de cara al segundo acto. Un periodo donde los Sixers sí encontraban acierto exterior y Pascal Siakam se convertía en el escudero de su jugador franquicia para mantener las distancias; mientras a Lowry le atendían de la dislocación de un dedo. Sin embargo el cansancio afectaba a la estrella local y, con Ben Simmons siendo muy agresivo, Philadelphia se ponía por delante en el marcador. El parcial, de catorce a dos, lo rompía Serge Ibaka con un triple yel partido se volvía loco. Los errores abundaban y, en ese escenario, los Raptors conseguían mantener cuatro puntos de ventaja para la segunda parte. El Scotiabank Arena recargaba las pilas con los quince minutos de refrigerío y eso se notaba en los jugadores locales. Desde la defensa, y con un Leonard recuperado, Toronto doblaba su ventaja. La reacción del banquillo visitante era inmediata, la defensa se hacía más compacta y se encontraban mejores posiciones en ataque. Así el juego local se hacía más individualista y, con los triples entrando, los Sixers se ponían al mando en el marcador. JJ Reddick daba espacios a sus compañeros y el parcial era de dieciséis a cero. Además se notaba que el cansancio se apoderaba de Leonard, Philadelphia se ponía siete puntos arriba y Brown decidía poner a descansar a Embiid. Un parcial de cuatro a cero le hacía rectificar en menos de un minuto; pero era tarde. Los Raptors habían despertado su mejor versión de equipo y, pese a que los árbitros se mostraban condescendientes con la defensa visitante en un par de ocasiones, Toronto acababa el cuarto con tres puntos de ventaja. Mientras la estrella local alcanzaba por fín los minutos de descanso necesarios, los interiores canadienses (con sus triples) daban respuesta a la mejor versión de Jimmy Butler. Tras dos minutos retornaba el alero en plena forma y daba una diferencia a su equipo que les permitía respirar. Los de Pennsylvania tenía que sacar su mejor versión para alcanzar el empate a falta de dos minutos, porque la defensa canadiense subía el nivel y no concedía nada. Nuevamente Toronto se agarraba a su estrella y aparecía Lowry, con un robo de balón, para poner la diferencia en cuatro puntos con poco más de un minuto por delante. Butler aprovechaba un tiro libre y Leonard cogía dos tiros forzados que no entraban; el primero recuperado por Ibaka (donde Nick Nurse se quería comer a los árbitros por una posible falta en el rebote), el segundo no. Con doce segundos Embiid convertía dos tiros libres y ponía el partido a un punto. Leonard erraba uno de los que disponía y, en la contra, Butler empataba el partido restando cuatro segundos. Nurse se la daba a Leonard, el alero se iba a la esquina con dos defensores encima y lanzaba muy elevado. El balón rebotaba; una, dos, tres, cuatro veces antes de entrar sobre la bocina. Las finales de conferencia eran de los Raptors. Invitado inesperado: Serge Ibaka (Raptors)

Eliminatoria cerrada: Raptors ganan cuatro a tres

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