COPA DEL REY ACB 2018: Final. Pesic obra el milagro

Barça campeón Copa del Rey 2018

Lo impensable hace unos días ha ocurrido. El Barça rompe los pronósticos y se proclama campeón de la Copa del Rey. Diez días le han bastado en el cargo a Svetislav Pesic para reflotar un equipo hundido y acabar con una larga sequía de tres temporadas sin alzar un título de envergadura. Sin duda el técnico serbio ha sido el principal causante de esta transformación. Ha convertido en un equipo sin intensidad ni alma en el bloque sólido, repleto de poderío físico y talento, que se esperaba antes de empezar la temporada. Este título seguro que se recordará como la Copa de Pesic. El Barça es un equipo diferente. Lo demostró en el segundo y tercer cuarto de la final, en los que arrolló a un Real Madrid irreconocible y falto de acierto, superado por el vigor azulgrana y la extraordinaria pareja que formaron Heurtel y Pau Ribas. Incluso recordó por momentos a la catarsis que vivió el Real Madrid en el Palau Sant Jordi en la primera temporada de Laso. Un golpe de mano para un cambio de tendencia. Acabó sufriendo por la furibunda reacción del aún campeón en el último cuarto. Su orgullo le condujo a tener una última oportunidad de completar una remontada inverosímil y retener el título pero éste acabó en manos del renacido Barça. El milagro lo obró Pesic para afrontar el futuro de otra manera, mucho más optimista. El Barça vuelve a ser uno de los principales candidatos para el título de Liga ACB.

Real Madrid 90 – Barça 92: La agresividad defensiva se ha convertido en la bandera en cada arranque de partido desde la llegada de Pesic. No se lo piensa el Barça en buscar con ahínco el robo de balón. La intensidad atrás provocó tres pérdidas del Madrid en los tres primeros minutos del partido. Al Real Madrid le costaba anotar, su porcentaje en tiros de campo era muy bajo, pero sí conseguía sacar muchas personales. Los tiros libres de Doncic se convertían en la casi exclusiva fuente de anotación del equipo blanco. Le sirvió para ir por delante aunque así era imposible tomar distancia. Al Barça no le costaba igualar aunque aún no gozaba un acierto notable. Tomic estaba seguro en la zona pese a la presencia amenazadora del gigante Tavares. Sin embargo el Madrid acabó el cuarto igualando el nivel defensivo del Barça. Comenzó a forzar las pérdidas azulgranas. Un triple de Thompkins completaba un parcial de 9-1 que obligó a Pesic a pedir tiempo muerto (21-13, min 9). Otro robo de balón lanzaba un contraataque que iba a finalizar Rudy con facilidad para poner al equipo blanco 10 puntos arriba al final del primer cuarto. De la nada apareció Hanga para taponar su intento de mate. Una jugada que sirvió de revulsivo. Un inspirado Pau Ribas no tardó en enjugar la ventaja madridista. El Madrid seguía negado de cara al aro. El porcentaje en tiros de campo era paupérrimo. De media distancia no metía una. Laso daba entrada a Ayón, que reaparecía tras tres meses y medio de baja. Las numerosas pérdidas de balón retrasaban que el Barça se pusiera por delante pero era algo inevitable tal como marchaba el encuentro. Encontró un filón con Tomic (17 puntos, 5 rebotes, 17 de valoración). El pivot croata aprovechó la falta de ritmo competitivo de Ayón para sumar en cada ocasión. Ayón no podía defenderle. La tercera falta de Tomic frenó su aportación pero el Madrid no encontró alivio. Su falta de acierto en el tiro de campo le empezaba a colocar en una posición incómoda. El Barça tomaba la delantera tras un parcial de 2-9. Un triple de Oriola, previo error en la decisión de un saque de fondo, permitió al Barça mantener la ventaja al descanso (35-41, min 20). El partido se desarrollaba tal como deseaban los azulgranas pero la situación no era siquiera la mejor que llegaría a disfrutar. El inicio de tercer cuarto de los azulgranas fue arrollador. Los triples aupaban a los azulgranas. Los nervios hacían mella en el Madrid que seguía atravesando un partido aciago en el tiro. El Barça lo aprovechó de lleno. A cada fallo rival salía corriendo como alma que lleva el diablo. Disfrutó al contraataque. Heurtel y Pau Ribas formaron una pareja de directores que hacía saltar por los aires el partido al ritmo frenético que desarrollaba el equipo azulgrana.

Heurtel bota delante de CampazzoFuente: eladelantado.com

Laso pidió tiempo muerto tras un 1-11 de inicio que amenazaba con romper la final definitivamente. No cambió un rumbo que llevaba a su equipo hacia la perdición. Ni apareció el acierto ni frenó a un rival arrollador que anotaba en cada jugada. Heurtel manejaba el partido como quería. Ribas (21 puntos, 4 rebotes, 24 de valoración) era el complemento idóneo en la dirección. El partido del escolta era sublime, rompiendo la defensa rival con comodidad. La final no se le podía escapar al Barça (40-58, min 25). El Madrid no encontraba a nadie que le sacara de agujero. Ni siquiera Doncic, desacertado como no se le ha visto antes. El Real Madrid apeló a la épica, a las medidas desesperadas. Presión alta y agresiva que provocó varias pérdidas. Rudy tiró del equipo blanco en un arranque de garra. Un tiempo muerto de Pesic recondujo al equipo azulgrana. No desaparecieron las pérdidas ante la presión suicida rival pero cada intento de reacción fue contestado con un acierto intachable. Tanta confianza habían alcanzado los hombres de Pesic que salía todo cuando lo necesitaban. Anotar les valía para volver a armarse en defensa y parar los pies a un rival que no conseguía anotar sin espacios. La situación estaba completamente controlada. El Real Madrid encontró el acierto en el último cuarto. Carroll (18 puntos) entró en racha desde la línea de tres. Parecía una lucha en solitario, un arranque de orgullo en una lucha imposible. El Barça seguía manteniendo una diferencia muy holgada gracias a su defensa. Carroll en solitario no iba a poder remontar el partido. El Barça era un bloque sólido y decidido. ¡Qué más da que un jugador hubiera despertado! Acertaba lo suficiente para seguir viviendo tranquilo. Los minutos pasaban y nada parecía impedir una recta final para el disfrute (67-80, min 36). Pero el Madrid dio otra prueba de supervivencia por encima de todo. Volvió a apretar los dientes y a presionar a degüello. La defensa a la desesperada surtió efecto. Los robos del Madrid le permitieron levantarse. Llegaron los triples. Un parcial de 10-2 preparó un desenlace inesperado por completo (82-87, min 38). Un providencial gancho de Sanders calmó los nervios azulgranas pero no frenó el ímpetu del Madrid. Thompkins (17 puntos, 3 rebotes, 18 de valoración) estuvo infalible en el triple para llevar los nervios en las filas azulgranas. El Barça tendría que afrontar su pesadilla, el tiro libre. Volvió a suponer un quebradero de cabeza. Tiros libres errados que alimentaron la angustia. Un robo de balón más terminó en el quinto triple, sin fallo, de Thompkins. 90-92 a 10 segundos del final. Oriola a la línea de tiros libres. Al pivot azulgrana le entró el tembleque. Falló sus dos tiros libres. Doncic capturó el rebote. El Madrid tenía una oportunidad para dar la vuelta a una situación imposible. Thompkins recibió en la línea de tres. Había anotado sus cinco triples pero le dio el balón a Causeur, situado en la esquina. El francés lanzó de tres tras quitarse un defensor con una finta. Pasó por encima del aro pero Taylor llegó para palmear. No acertó, molestado por Claver que cometió personal. No fue señalada. Rudy tuvo una última oportunidad con otro palmeo. Sin fortuna. La remontada no se completó. El Barça conquistaba una Copa que le permite salir de un túnel muy oscuro. En sólo dos semanas ha pasado de la miseria absoluta a conseguir un éxito notorio con media temporada por delante.

Falta de Claver a Taylor no pitada

Fuente: republica.com

Y DIGO YO…:

  • Heurtel nominado MVP de la Copa del Rey. Personalmente hubiera elegido a Pau Ribas, más regular durante todo el torneo pese a los números maravillosos del base francés en semifinales. De todas maneras el verdadero MVP no estuvo en la cancha sino en el banquillo. Pesic fue el gran protagonista del triunfo azulgrana. Si Heurtel se transformó en un base menos anárquico y más cerebral fue gracias al trabajo del técnico. Le debe buena parte de este galardón.
  • El Real Madrid perdió la final pero el gran damnificado del título azulgrana fue su anterior entrenador, Sito Alonso. Otro técnico dio la vuelta a una situación delicada en apenas dos semanas. Un ayudante de Sito acusó en la prensa a la plantilla de hacerle la cama. Ya fuera por falta de implicación de la plantilla o de argumentos para trabajarla, Sito Alonso ha quedado señalado como único culpable de la crisis ya superada.
  • En su anterior etapa como entrenador del Barça, Pesic disputó seis encuentros contra el Real Madrid. Todos con victoria azulgrana. El séptimo encuentro, en su retorno a Barcelona, prolongó la racha triunfadora del entrenador serbio en el banquillo culé. Seguramente no haya otro entrenador en el eterno rival que más daño le haya hecho a los madridistas.
  • Los partidos decisivos no son para Doncic en lo que lleva de su corta carrera. Decepcionó la pasada temporada en la Final Four y la final de la pasada Liga ACB. En la final de Copa estuvo desacertado y pasó de nuevo de puntillas. En ocasiones se le nota demasiado estresado y agobiado en estos partidos. Quizá olvidamos todos, él incluido, que está a punto de cumplir 19 años. Tiene muchos años por delante para explotar su inagotable potencial, no necesita tener prisa para nada. Quizá Laso haría bien en delegar mayor protagonismo en los veteranos.
  • Donde sí triunfó el Real Madrid fue en su particular cortijo de los últimos seis años. La Minicopa fue otra ocasión para exhibir el poderío y gran trabajo realizado en la cantera madridista desde la llegada de Alberto Angulo. Este año tuvo que sudar más en la final. CB Canarias, con un magnífico Pablo Plasencia, peleo el título hasta el último minuto pero el Real Madrid acabó imponiendo su poder colectivo para lograr el sexto título consecutivo. Ndiaye y Sediq Garuba, el hermano pequeño de Usman, apuntan a nuevas perlas para el futuro. Pivots con velocidad, bote, buenos fundamentos y que no centran su juego en su indudable poderío físico.