EUROBASKET 2017: Semifinales. El final

Eslovenia celebra el triunfo contra España

España sufrió uno de los mayores naufragios en lo que llevamos de siglo. Eslovenia le derrotó sin paliativos ni media tintas, superándole en todas y cada una de las facetas del juego. Víctima de un equipo joven, descarado, veloz, lleno de talento. Devorado por un futuro que está escribiendo sus primeras páginas en Estambul. Para esta selección española son sus últimas líneas. Todos pensábamos que el partido ante Australia en Río sería el punto y final de este equipo pero los líderes se resistieron a cerrar el ciclo. Estambul podía ser otro capítulo brillante pero Eslovenia convirtió el relato en puro terror. La exhibición de los eslovenos escenificó un cambio de ciclo, un nuevo orden europeo que parece inminente. Obligaron a escribir un triste y amargo capítulo final. Con el próximo Mundial a dos años vista no parece razonable que Pau Gasol, Navarro o el ausente Felipe Reyes vuelvan a aparecer en un gran campeonato internacional. Eslovenia dejó claro que hay que ir poniendo el punto y final a un sueño. El partido por el bronce ante Rusia debería ser el epílogo que cierre las páginas más brillantes del baloncesto español con una sonrisa.

España 72 – Eslovenia 92: La canasta inicial de Marc Gasol fue la única ventaja de la selección española. Un espejismo ante la realidad que no tardó en aparecer ante nuestros ojos. El desacierto apareció al mismo tiempo que una zona eslovena. Ya llegaban los primeros síntomas de falta de acierto en los jugadores exteriores. El efecto contrario al de un rival que no tardó en demostrar su peligrosidad a larga distancia. Eslovenia estaba fina en el tiro de tres. Muy fina. Casi todos sus aciertos se producían más allá del 6’75 pero no necesitaba más. Todo sus tiradores funcionaban. Eslovenia estaba mucho más activa, más intensa, más consciente de la importancia del partido. Todo ello le permitía complicar la vida a España que se pasó todo el primer cuarto haciendo la goma aunque aún no le perdía la cara al partido pese a los golpes de efecto eslovenos. Dragic finalizó el periodo con un enorme triple, cobrando además la falta de Sastre. Resultaba desesperante para los de Scariolo los porcentajes espectaculares en el tiro exterior de Eslovenia. 7/9 en triples al inicio del segundo cuarto, todo un bombardeo muy eficaz. Scariolo fue dando entrada a hombres de refresco. Con los teóricos suplentes España recuperó el acierto y el nivel de intensidad adecuado. Apretaron el marcador aunque Eslovenia no rehuyó el intercambio de canastas. Dos triples de Doncic mantuvieron por delante a los eslovenos, que se negaban a entregar el mando en el marcador. Prepelic actuaba como factor sorpresa. Pau Gasol (16 puntos, 6 rebotes) respondió dentro de la pintura para mantener el equilibrio. El regreso de los titulares devolvió los vicios de los primeros minutos a la selección española. Regresaron los problemas ofensivos, la falta de claridad. Eslovenia no paraba de castigar desde fuera con una efectividad fascinante. 10/14 en triples llegó a acumular poco antes del descanso. La tormenta estaba lejos de remitir (38-47, min 18). Sólo el buen trabajo de Pau Gasol evitó que Eslovenia se marchara a vestuarios con una diferencia cómoda. Con la que estaba cayendo perder por cuatro parecía un triunfo. Nada se había perdido pese al recital anotador de un equipo móvil, ágil y pujante. Pero era necesaria una defensa al más alto nivel.

Vidmar arrebata el rebote a Marc Gasol

Fuente: sportball.es

Sin embargo no llegaba la reacción. Las primeras acciones fueron muy significativas. Dos malos ataques con un nulo balance defensivo que permitieron a Blazic anotar con toda comodidad en ambas ocasiones. Los problemas en el tiro exterior iban camino de convertirse en un drama. Casi 4 minutos sin anotar que forzaron el tiempo muerto de Scariolo. No llegaba la mejoría. Eslovenia jugaba con mucha comodidad. La movilidad de balón siempre proporcionaba buenos tiros. Randolph (15 puntos, 3 rebotes, 3 robos, 20 de valoración) generó muchos problemas en el perímetro. Hoy le tocaba estar motivado. Los espacios que generaba el tiro exterior permitían doblar buenos balones bajo el aro. España tampoco encontraba el camino por dentro. Vidmar (12 puntos, 5 rebotes, 17 de valoración) estaba muy asentado en la zona, defendiendo con dureza a unos hermanos Gasol que se las veían para superarle. Kokoskov se podía permitir darle un respiro a Dragic. Le bastaba y sobraba con Doncic (11 puntos, 12 rebotes, 8 asistencias, 23 de valoración), que se había hecho el amo del encuentro. Dominaba a placer el ritmo, aparecía por todas partes. Como siempre, su aportación era global. Su calma no corresponde con sus 18 años. Parecía tener más cuajo que los bases españoles, completamente desconcertados. Sergio Rodríguez sólo transmitió precipitación. Fracaso absoluto de los bases de la selección española, superados por completo por los directores de juego eslovenos. La situación había llegado a un nivel angustioso (55-73, min 28). Sólo un milagro podía evitar que el último cuarto se convirtiera en un trámite. España se puso en zona para encontrarlo pero Kokoskov no dudó en detener el partido ante el mínimo problema. Lectura de partido y anticipación le llaman. Aunque desconcertaron en algún momento con la nueva defensa los hombres de Scariolo seguían tomando malas decisiones. Así era imposible. Dragic (15 puntos, 6 rebotes, 5 asistencias) se encargó de poner la puntilla en otra racha de inspiración (62-83, min 34). Las figuras eslovenas podían exhibirse tranquilamente. Hoy salía todo. Sólo se escuchaba a la afición eslovena, pletórica y eufórica ante tal hazaña. No sólo estaba ganando al campeón de Europa, al equipo que ha marcado la última década en el Viejo Continente. Le estaba aplastando. Incluso le quitó la identidad. España acabó dando una imagen de individualismo impropia de este equipo. Ni el sálvese quien puede servía para maquillar el desastre. La selección española perdía el título con todo el estruendo posible. Eslovenia alcanzaba su primera final tras superarle en todo. Uno de los equipos del futuro ya está aquí para reclamar el trono.

Doncic celebra un triple

Fuente: sportball.es

Rusia 79 – Serbia 87: La sociedad entre Jovic y Bogdanovic creó auténtico desasosiego en la defensa rusa. Los primeros minutos estuvieron controlados por esta pareja con talento para exportar. Bogdanovic se convertía en indetectable para los jugadores rusos, incapaces de frenar la facilidad plástica y elegante para anotar que tiene la gran estrella de Serbia. Los minutos de respiro de Jovic en el banquillo supusieron un alivio para Rusia que despertó con el acierto de Shved. Djordjevic no tardó en devolver a su base titular a pista. Con su regreso Serbia reencontró el acierto y de qué manera. Rusia encontró problemas por todas partes. Entró muy poco en bonus y se vio a merced de su rival en los pocos minutos que Shved fue al banquillo. Bazarevich entendió que no podía ni sentarle. Tampoco cambió nada cuando volvió a pista. Serbia era una orquesta bien afinada, cada uno tenía claro lo que debía hacer. La defensa obligaba a Rusia a tirar siempre desde fuera. Bogdanovic (24 puntos, 4 asistencias, 3 rebotes, 24 de valoración) se permitía robar y anotar al contraataque. Marjanovic (18 puntos, 6 rebotes, 4 asistencias, 22 de valoración) no se conformó con simplemente intimidar en la zona. Anotó con una facilidad pasmosa, como si no le costara. Incluso supo ver los cortes por la zona de Bogdanovic. Ambos formaron una sociedad terrible para los intereses de Rusia, abrumada por un rival que no fallaba nada. Serbia sólo erró un tiro en diez minutos. Imposible resistir tal avalancha (34-48, min 20). El camino se allanaba para Serbia que se encontraba cómoda intercambiando canastas con Rusia en los primeros minutos del tercer cuarto. Además todo se basaba en Shved. Casi parecía una lucha entre el astro ruso y toda la selección serbia. Pero Rusia salió del fango con una defensa agresiva. El tiro exterior empezó a funcionar. Tres triples propiciaron un 11-0 de parcial que intentó parar Djordjevic con un tiempo muerto (52-57, min 27). Decisión muy acertada. Serbia respondió con otro parcial de 0-7 a base de genialidades de Jovic. Las aguas volvían a su cauce pero el base serbio se dañó el tobillo a un minuto del final del tercer cuarto y se retiró de la cancha entre evidentes muestras de dolor. No volvió al partido. Bazarevich apostó por un quinteto exterior para revolucionar el último cuarto. Pese al empeño de Bogdanovic y Marjanovic por mantener la diferencia los rusos no se iban del partido. Shved (33 puntos, 5 asistencias, 26 de valoración) seguía tirando del carro, lanzando hasta las zapatillas como de costumbre. Pero el argumento para mantener con vida. Sus triples pusieron el choque al rojo vivo (73-75, min 36). Shved solo podía meter a Rusia en la final. Daba esa impresión pero lo que no puede ser, no puede ser. Y además es imposible. Tuvo un triple para adelantar a Rusia en el marcador pero topó con el aro. El acierto desde fuera desapareció en el peor momento. Serbia no perdonaría. Bogdanovic decidió el partido con dos canastas providenciales en los últimos dos minutos, con la elegancia y facilidad que otorgan su infinita clase. El gen competitivo de Serbia vuelve a llevarle a la final, pasando por encima de problemas y ausencias.

Shved lanza delante de Kuzmic

Fuente: eurosport.com

PREVIA DE LA FINAL:

Tendremos una final de la antigua Yugoslavia. Eslovenia y Serbia disputarán una final inédita en el Eurobasket. Una novata en la lucha por el título contra una selección histórica y acostumbrada a estos acontecimientos. Eslovenia llega con la moral por las nubes tras arrasar a España en la semifinal. Un triunfo de impacto logrado de manera apabullante. Sólo le queda un paso para conquistar un torneo donde ha impresionado por su velocidad, talento y acierto exterior. Un equipo alegre que ha impresionado por su facilidad para jugar un baloncesto ofensivo y atractivo. El futuro se ha adelantado con el enorme talento de la sociedad que forman Dragic y Doncic, imparable hasta el momento para todos sus rivales. Eslovenia no conoce la derrota en este Eurobasket y no es por casualidad. Enfrente, un prodigio de competitividad. La lista de ausencias es amplísima pero no han frenado a un equipo serio y bien armado que ha alcanzado su tercera final en los últimos cuatro años. A Serbia tampoco le falta talento pero practica un juego más controlado, al puro estilo de los técnicos serbios. Un baloncesto más físico, pausado, con unos pivots muy altos y duros. Regado todo por la clase de Bogdan Bogdanovic, que acaba marcando las diferencias. Quizá le veamos jugar de base si Jovic no se recupera para la final. Nos dejaría un duelo fascinante con Dragic aunque me apetece mucho verle enfrente de Doncic. Dos talentos de gran calado que están llamados a desequilibrar el choque. Serbia deberá jugar la baza de la experiencia ante un rival que nunca ha disputado una final. Llevar el partido a su terreno, a un ritmo controlado donde impida correr a Eslovenia. A campo abierto y con espacios nadie ha sido capaz de frenar a los eslovenos. Quien controle el tempo de juego tendrá todas las bazas en su mano para colgarse el oro.

Antes, en plena digestión, se dilucidará la lucha por el bronce entre España y Rusia. El palmarés que atesora esta generación convierte una medalla de bronce europea en caza menor pero es lo que toca tras la debacle sufrida contra Eslovenia. Con casi toda probabilidad sea el último capítulo escrito por los grandes artífices de los numerosos triunfos de la generación dorada. La edad no perdona. La última oportunidad de verlos en acción con la selección española. Ya sabemos que en un partido por el tercer puesto prima más la recuperación anímica que cualquier análisis técnico. Resultará fundamental ante una Rusia para la que significaría mucho más esta medalla tras unos años de travesía por el desierto. Hará falta para bregar con el poderío físico ruso y unos suplentes que no defienden con mucha agresividad. Por supuesto, todo se reduce a controlar a Shved, hacia el que Rusia ha mostrado una dependencia absoluta. Ante Eslovenia los bases naufragaron. Tienen el desquite ante un jugador que tiene permiso para lanzar todo balón que toque. Por atarle en corto pasan las opciones de una despedida en el podio.

Y DIGO YO…:

  • La derrota ante Eslovenia ha sido de una magnitud olvidada desde hace muchos años. Los escasos partidos perdidos en un Eurobasket siempre han sido con marcadores más o menos ajustados pero un revolcón semejante no ocurre desde 2005, en el infausto partido por el bronce en el que España cayó humillada por 30 puntos con Francia y significó el final de la etapa de Mario Pesquera como seleccionador.
  • En 2001, Pau Gasol debutó con la selección logrando el bronce en el Eurobasket de Estambul. Llegamos a 2017 y puede despedirse con otro bronce y también en Estambul. Acabar donde todo empezó, cerrar el círculo.
  • Teodosic, Kalinic, Nedovic, Raduljica, Jokic, Bjeliça, Milutinov,… Una lista de ausentes ilustres muy extensa que hubiera echado abajo la moral de cualquier equipo. A esto se ha repuesto Serbia para alcanzar su tercera final en un gran campeonato en los últimos cuatro años. Gen competitivo por encima de todo. Djordjevic sabe muy bien qué es y lo ha sabido transmitir a la perfección.
  • En la actualidad el tiro exterior es un punto imprescindible para entender el baloncesto moderno pero en ocasiones llega al limite del absurdo. Shved tiene licencia para tirar todo lo que llegue a sus manos pero contra Serbia rizó el rizo. 15 triples lanzados, casi la mitad de los que tiró su equipo. Su porcentaje, 6/15, no estuvo mal pero 15 triples son una cifra perturbadora cuando te encargas de dirigir el juego de tu equipo. Hay más opciones que lanzar sin ton ni son.

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