La gloria está a un paso para Valencia Basket tras imponerse en el tercer partido de la final. Si los dos primeros encuentros fueron muy igualados en esta tercera entrega no hubo vuelta de hoja. Superioridad abrumadora del equipo valenciano en una segunda mitad impecable en la que lució todas sus virtudes y desnudó absolutamente cada carencia del Real Madrid, abrumado por la intensidad de Valencia Basket y que careció de ideas para desmontar el genial entramado tejido por Pedro Martínez, magistral desde el banquillo como lleva ocurriendo toda la eliminatoria. Lección de poderío que supone un sonoro golpe en la mesa en esta final. Si Valencia Basket ya era favorito tras arrebatar al equipo blanco el factor campo, ahora es favoritísimo. El rotundo dato que supone que el 90% de los títulos en la última década han ido a parar a manos del vencedor del tercer encuentro de la final avala la trascendencia del triunfo, aún más reforzado con la imagen de equipo poderoso, maduro y con ganas de llegar a lo más alto que ha transmitido en la Fonteta el conjunto taronja. Supone una oportunidad histórica que no puede dejar pasar, es una situación de las que marcan a un equipo. Sólo le resta un triunfo para cambiar completamente el orden establecido en el baloncesto español.

Valencia Basket 81 – Real Madrid 64 (2-1): El tercer partido suele resultar trascendental en una eliminatoria que va 1-1 y bien lo sabían los dos equipos. La defensa cobraba mayor protagonismo que nunca en esta final. Especialmente comprometido en esta labor estaba el Real Madrid. La aparición de Felipe Reyes en el quinteto inicial, en lugar del indolente Randolph, aportó mayor sacrificio. Muy buena defensa madridista bajo el aro que puso en aprietos al juego interior local. Valencia Basket buscó a Dubljevic para salir de los problemas ofensivos que arrastraba durante los primeros minutos pero dos buenas acciones del montenegrino encontraron respuesta en Ayón. La agresividad defensiva del Madrid empujaba a Valencia Basket a lanzar desde fuera pero el acierto no acompañaba desde el perímetro. Pedro Martínez tuvo que pedir tiempo muerto tras un parcial de 0-7 del equipo blanco. Will Thomas redujo daños al final de un primer cuarto de escasa producción anotadora pero el Real Madrid también empezó con fuerza el segundo cuarto. Un triple de Taylor situaba la diferencia en la decena de puntos (11-21, min 11). Valencia Basket se empleaba con intensidad atrás pero eso le llevó a entrar en bonus en apenas dos minutos y medio. Se le acumulaban los problemas al equipo de Pedro Martínez. Doncic (13 puntos, 8 rebotes, 20 de valoración) salía de su letargo para llevar con acierto a su equipo. Perdió el miedo, se convirtió de nuevo en ese jugador atrevido y efectivo que está destinado a marcar época. El Madrid controlaba sin problemas el encuentro pero todo saltó por los aires en apenas un minuto. San Emeterio volvió a marcar diferencias para incendiar el choque. Devolvió el peligro al juego exterior local y metió en apuros a los aleros madridistas con su defensa. Tres triples de Valencia Basket en un minuto cambiaron completamente el partido. Los de Pedro Martínez habían igualado en un suspiro y ya nada sería lo mismo. Sólo se quedó sin anotar en un par de ataques en los últimos cuatro minutos. Dos tiros libres de Dubljevic completaban un parcial de 15-4 y adelantaban de nuevo al equipo valenciano. La sensación era desoladora para el Real Madrid. Había sido mejor durante buena parte de la primera mitad y se marchaba a vestuarios por detrás en el marcador (36-35, min 20). Cualidad de equipo grande para Valencia Basket. Si jugando regular iba arriba en el marcador, con mejorar se le presentaba el cielo abierto.

Fuente: capitaldeporte.com

El esfuerzo defensivo de la primera parte dio paso a un intercambio de canastas constante en los primeros minutos. Ayón (15 puntos, 8 rebotes, 20 de valoración) se había convertido en el foco de referencia del ataque del Real Madrid pero sólo valía para compensar el daño causado por los pivots rivales. A Dubljevic (14 puntos, 6 rebotes, 3 asistencias, 21 de valoración) empezaba a salirle todo bien pero el mayor destrozo lo causó Will Thomas. Las dificultades de Felipe Reyes para defender en el poste alto permitieron al ala-pivot de Valencia Basket anotar cómodo de tres. Laso sustituyó al capitán por Randolph. El destrozo sería aún mayor ante la apatía del jugador madridista en defensa. Thomas hizo lo que quiso, le superó en todo momento. Antes de terminar el cuarto Randolph sería sustituido por Nocioni. Huele a sentencia para el ala-pivot. Valencia Basket gozaba de un acierto demoledor. Contando el tramo final del segundo cuarto sólo había desperdiciado tres ataques en nueve minutos. Estaba tan cómodo en la pista que el equipo valenciano comenzó a gustarse. La facilidad para anotar contagió entusiasmo para defender con mayor ímpetu. Los dos contra uno eran constantes sobre Llull que caía en la trampa con frecuencia. Los exteriores ayudaban a cerrar el rebote para impedir cualquier segunda oportunidad al equipo blanco. Carroll se ofreció como alternativa pero no tuvo su día. Tiró y falló demasiado. Se le fundían los plomos a los de Laso, sin ideas para salir de la emboscada. Muchos lanzamientos forzados, demasiados ataques finalizados en tiros de tres que no entraban. Se estaba suicidando desde el tiro exterior. Dos triples de Vives al inicio del último cuarto se antojaron casi definitivos (65-51, min 33). Pese a perder algunos balones, Valencia Basket tenía la situación bajo control. Su rival estaba frustrado, obcecado con el triple, emitiendo señales inequívocas de impotencia. Los tiros libres forzados por Llull (16 puntos, 2 rebotes, 19 de valoración) eran el escaso sustento. En cambio los locales jugaban a placer, les salía absolutamente todo. Sikma anotaba hasta los tiros inverosímiles. Dos triples de Sato disiparon cualquier atisbo de duda, llevando el delirio a la Fonteta (77-59, min 37). El triunfo era rotundo e inapelable, una evidente prueba de superioridad que no se había visto aún en la final. Valencia Basket se sitúa a una sola victoria de lograr su mayor hito en la historia del club. El viernes la fiesta puede ser completa.

Fuente: lasprovincias.es

Y DIGO YO…:

• Randolph volvió a ofrecer un desempeño y una actitud deplorables, a tono con sus horrorosos playoffs que ponen en duda su compromiso. Le da lo mismo jugar en el Real Madrid que en el Lokomotiv Kuban. Tras su fantástica actuación en la Copa se le renovó deprisa y corriendo en claro gesto de resultadismo. La decisión ha terminado resultando precipitada. Contrasta el rendimiento con el del denostado Thompkins la temporada pasada en los playoffs, donde jugó a un buen nivel. Randolph va a acabar dando la razón a los que pensábamos que a la larga le hubiera sido más provechoso al Madrid el fichaje de Fran Vázquez.
• Porcentaje de triples del Real Madrid en las dos derrotas: 6/21 en el segundo partido y 7/30 en el tercero. Ahora más que nunca la dependencia del tiro exterior es innegable. Si no le funciona el Real Madrid es muy vulnerable. Contrasta con la eficacia del perímetro de Valencia Basket que roza el 50% de acierto en la final.
• En la segunda jornada el Real Madrid vencía en la Fonteta 75-94 en uno de los mayores recitales que ha ofrecido en la etapa de Laso. En el tercer partido de la final, en el mismo escenario y contra el mismo rival, cayó con estrépito en uno de los peores partidos que se le recuerda y que puede suponer el fin del camino para este equipo. Círculos, que diría flags.
• Los planteamientos de Pedro Martínez están resultando impecables. Conoce perfectamente las debilidades del Real Madrid y las ha explotado hasta la saciedad. El equipo blanco sufre por dentro y no duda en cargar el ataque con los pivots. No tiene un alero en condiciones y no pierde ocasión en darle protagonismo a San Emeterio. Constantes dos contra a uno a Llull para agotar la principal fuente de juego madridista y defensa pegajosa sobre el juego exterior para impedir tiros cómodos desde fuera. Pura estrategia. Sin duda, Pedro Martinez es actualmente el mejor entrenador español.
• Mientras se avecina renovación inminente en el Real Madrid, al otro lado del puente aéreo continúa la reforma. Perperoglou y Oleson tampoco continuarán en el Barça, que sigue buscando quien se siente en el banquillo pero no encuentra el candidato. Jasikevicius parece dispuesto a renovar por Zalgiris. Blatt está más ilusionado por regresar a Maccabi. El último en dar calabazas fue Pedro Martínez, que no está por la labor de cambiar Valencia por Barcelona. La falta de proyecto y la incertidumbre alejan a jugadores y entrenadores de primer nivel. El equipo azulgrana ha dejado de ser un destino atractivo.