PLAYOFFS LIGA ACB 2016-17: Final. 1º partido. La noche de los proscritos

Triple de Rudy contra Valencia Basket

El Real Madrid golpea primero en esta final inédita en la Liga ACB. Aunque sea novedosa no va a resultar un camino de rosas para el equipo blanco. Valencia Basket ha demostrado ser una roca, un bloque duro como el pedernal que no se va de los partidos bajo ningún concepto. Estuvo con vida hasta el último momento y exigió del actual campeón el aprovechamiento de recursos poco habituales. Llull, el azote de Valencia Basket, volvió a sentar cátedra ante uno de sus rivales predilectos pero la diferencia estuvo en el rendimiento de jugadores mirados bajo lupa. Rudy recuperó su mejor juego en el momento preciso de la temporada. No sólo defendió como un currante con sueldo de superestrella, esta vez aportó la anotación y el acierto que le convirtieron en uno de los pilares en esta etapa dorada del Real Madrid. Taylor, un sospechoso habitual, echó mano de un repertorio poco utilizado, incluso desconocido. Buena aportación ofensiva en el segundo cuarto y una gran actitud defensiva que resultó vital en los instantes finales del encuentro. Muchos se preguntarán dónde se había metido este jugador. Es como si hasta ahora se hubiera vestido de blanco un primo suyo de Suecia. Dos protagonistas inesperados que consiguieron que el sufrimiento valiera la pena. Dos proscritos que dieron el trabajado primer punto de la final al Real Madrid.

Real Madrid 87 – Valencia Basket 81 (1-0): La final inédita de la Liga ACB escribía su primer capítulo en un Palacio de los Deportes algo descolocado. La ausencia de un rival histórico al otro lado de la cancha producía una sensación extraña, algo alejada de la emotividad y calor de la pelea por el título. La presencia de aficionados de Valencia Basket en las gradas en una final resulta una sensación extraña y novedosa para el madridismo. Sin embargo Valencia Basket no se sintió desubicado, parecía un veterano en estas lides. Aguantó bien el intercambio de golpes inicial con el equipo blanco hasta que encontró resquicios para hacer daño. Halló un agujero en la nula defensa de Randolph que permitió a Sikma (13 puntos, 4 rebotes, 3 asistencias, 20 de valoración) tirar con toda la comodidad del mundo. El pivot estadounidense no desaprovechó tales facilidades. Valencia Basket no dudó en jugar con velocidad cada vez que el Madrid perdía el balón o realizaba un mal tiro. El balance defensivo de los de Laso dejaba que desear. Además Diot manejaba estos ataques como le venía en gana. El parcial de 2-11 obligaba al técnico blanco a tomar medidas (12-18, min 7). La primera, sentar a Randolph por Felipe Reyes. La diferencia en el trabajo defensivo se notó de inmediato, el equipo blanco ganó en actitud y agresividad. Las acciones individuales despertaron al Madrid en ataque. Rudy ya no parecía el jugador inseguro y desacertado de esta temporada, había engrasado la muñeca a conciencia. Sólo tres jugadores madridistas anotaron en el primer cuarto pero bastó para que el Real Madrid igualara el marcador antes que finalizara. Las rotaciones locales empezaron a afianzar su posición en el segundo cuarto. A partir de una buena defensa complicó la existencia a Valencia Basket. No conseguía el Madrid una diferencia seria pero ahora sí controlaba el ritmo del partido. Pedro Martínez no podía permitirse mantener demasiado tiempo en el banquillo a ciertos jugadores. Las molestias físicas de Vives convierten en imprescindible a Diot. No está el base producto de la Penya para muchas alegrías. Tampoco tardó el técnico en devolver a pista a Dubljevic y Sikma. Los pivots mantenían la nave a flote pero el Real Madrid aumentaba lentamente la diferencia recurriendo a todo un factor sorpresa. Jeffery Taylor ejercía de tapado en la sombra, de elemento desequilibrante sin que nadie lo esperara. Sorprendente su solvencia ofensiva, un lado desconocido del alero sueco que anotó diez puntos en el segundo para asentar una diferencia cómoda (43-35, min 18) pero que se fue al traste en último minuto horroroso. Un par de malas decisiones de Llull fueron castigadas con todo rigor por Valencia Basket que consiguió un 0-8 de parcial que dejaba el resultado en tablas al descanso. Al Madrid se le esfumaba una renta jugosa en unos breves instantes de desconcierto. Valencia Basket golpea con el rigor de los grandes equipos.

Canasta de Jeffery Taylor con Diot encima

Fuente: europapress.es

El Real Madrid salió en el tercer cuarto dispuesto a incendiar el choque desde el perímetro. Llull (20 puntos, 4 asistencias, 4 robos, 22 de valoración) empezó a hacer de las suyas, recordando a los aficionados valencianos pesadillas muy presentes en su imaginario. Pero el equipo blanco no se había librado de los momentos de indecisión que su rival hacía pagar con fáciles contraataques. Le bastó apenas un minuto a Valencia Basket para empatar de nuevo con un parcial de 0-7. Laso tardó menos en mover el banquillo que en la primera mitad. Ayón fue el sacrificado por sus dudas al mirar el aro. Pero el artífice de mover el árbol no tenía que ver con la pelea en la zona. Un símbolo de estos años de prosperidad en el madridismo daba señales de vida. Rudy aparecía en todo su esplendor. La defensa visitante le flotaba, confiando en la prolongación de su mal momento que pudo tener su fin en este partido. Había regresado el acierto exterior de Rudy que incluso se atrevió a penetrar a canasta como en sus mejores tiempos. Llull se convirtió en el mejor aliado para el escolta aunque el partido no había manera de romperlo. Un par de triples visitantes impidieron que el Madrid adquiriera una diferencia amenazadora. Dubljevic (19 puntos, 5 rebotes, 20 de valoración) generaba los problemas de costumbre en la zona pero Pedro Martínez se había dado cuenta que su equipo gozaba de un gran acierto en la línea de tres así que ordenó buscar el lanzamiento exterior al comienzo del último cuarto. Una decisión muy acertada puesto que tres triples consecutivos dieron la vuelta al marcador (69-70, min 32). Como comprobara Baskonia en semifinales, Valencia Basket siempre volvía, pero los locales estuvieron lejos de mostrarse dubitativos ante este contratiempo. Carroll surgió por momentos para devolver de inmediato el mando al Real Madrid pero la resistencia obstinada del equipo taronja seguía presente. San Emeterio conservaba el estado de gracia de semifinales y respondía a cada acierto rival. Ni dudó en postear si la situación lo requería. De selección. Pedro Martínez optó por jugar con dos aleros, Sastre y San Emeterio. Se nota que había estudiado la pasada Final Four de pe a pa, sabía que el Madrid sufría en la posición de alero. Esta idea no le funcionó tan bien. Rudy y Taylor salieron triunfadores del lance. Felipe Reyes (11 puntos, 6 rebotes, 17 de valoración) seguía brillando en el trabajo gris, como desempeña tan bien en el último cuarto. La balanza se iba decantando del lado madridista (85-78, min 37) pero Valencia Basket sobrevivía en la cuerda floja. Dos ataques pasaron de acabar en una posible pérdida de balón a finalizar en un triple de Dubljevic y dos tiros libres de Sastre. Los fallaría, marcando el principio del fin. Un tapón de Taylor para frenar una canasta fácil al contraataque evitó los nervios en el último minuto. Un rebote ofensivo de Ayón significó medio partido. Valencia Basket no hizo falta pese a que apenas quedaba tiempo para maniobrar. Para colmo, Llull atravesó la defensa rival con una penetración incontenible. Era la sentencia definitiva al primer acto de una final que se presenta muy dura.

Felipe Reyes celebra canasta y personal

Fuente: capitaldeporte.com

Y DIGO YO…:

  • Para alcanzar su mejor nivel el Real Madrid no se podía permitir un Rudy reducido a tareas defensivas. Necesitaba el jugador anotador y desequilibrante en ataque para marcar diferencias, un aspecto olvidado en una temporada aciaga que ha generado desconfianza en el jugador mallorquín. Recuperar esas viejas sensaciones resultó fundamental para el triunfo del Madrid en el primer partido de la final. El domingo veremos si regresó el Rudy de siempre o resultó en florecimiento de un día.
  • Pedro Martínez dijo que para llegar a esta final tuvo que derrotar a dos equipos de Euroliga. No le falta razón en darle importancia, no ha sido un regalo alcanzarla sino fruto del buen trabajo realizado en una plantilla larga y equilibrada que ha alcanzado la madurez y fortaleza mental necesarias para dar el salto a convertirse en alternativa. Tiene hechuras de equipo competitivo en Euroliga.
  • Tras el cantado cese de Bartzokas comienza la limpieza en la plantilla del Barça. Los dos primeros en salir son Renfroe, una pieza útil de rotación; y Munford, que nadie sabe bien para qué vino. La lista no tardará en engrosar nuevos descartes próximamente, se necesitan muchos huecos para reconstruir una plantilla llena de defectos.
  • Tras vencer 85-86 al Palencia, el Burgos logra su cuarto ascenso consecutivo a la Liga ACB. No es que haya entrado en bucle y me crea Bill Murray en Atrapado en el tiempo. El famoso e ínclito canon impidió las tres veces anteriores el ascenso efectivo que ganó en la pista, poniendo en riesgo las ilusiones y supervivencia del equipo burgalés. Ojalá tenga mejor fortuna en la cuarta ocasión.

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