En San Antonio se esperaba la visita de los Rockets con una mezcla de tensión y responsabilidad. La importancia del quinto partido de la serie quedaba reflejada en los cambios de ambos equipos en sus titulares. Eric Gordon entraba por Ryan Anderson, mientras que Patty Mills dejaba en el banquillo al rookie Dejounte Murray. La defensas eran fuertes, con mucho contacto. Cada uno buscaba su juego; los Spurs percutían bajo canasta y Houston se movía con su acierto exterior. La falta de segundas opciones permitían mandar a los de Gregg Popovich y, en cuanto los visitantes no acertaban, la ventaja local crecía. La entrada de los suplentes provocaba la reacción visitante. Despertaba el acierto exterior de los Rockets y, con una mayor facilidad inflatable water park for sale para controlar lo que sucedía bajo su aro, los visitantes se ponían por delante. Popovich daba orden a sus exteriores de ir hacia el aro para aprovechar el descanso de Clint Capela y acabar el primer cuarto con el marcador a su favor. Houston sacaba al pivot con el quinteto de inicio del segundo cuarto. Su actividad era un problema para San Antonio, pero el ataque visitante notaba la ausencia de James Harden. Sin embargo Popovich decidía dar descanso a Mills y, sin base en el campo, el partido se volvía loco. Capela disfrutaba con el alto ritmo de juego y los locales necesitaban un tiempo de reflexión. Los Rockets sacaban sus mejores minutos de la noche, Kawhi Leonard respondía y Harden regresaba a la pista. La estrella visitante no acertaba con sus decisiones, como tampoco acertaban los Spurs con tiros cercanos a canasta. El cansancio era evidente, Harden comenzaba a romper hacia canasta y Houston sacaba una mínima renta de cara a la segunda parte. El tercer periodo se abría con mucho triple y poco acierto. Los Rockets se centraban y encontraban a Capela. Popovich se deseperaba con los árbitros, pero el problema local era que no encontraban a los interiores. San Antonio se asomaba al abismo, Leonard aparecía al rescate y Mike D´Antony hablaba con los árbitros. Houston tenía problemas para circular el balón y permitía el acercamiento local. Leonard se torcía un tobillo, pero los Spurs no frenaban. Aprovechando la incapacidad visitante para cerrar su zona, se presentaban al cuarto definitivo por delante tras un triple de Danny Green. Un cuarto donde la tensión estaba disparada, las protestas eran constantes y Patrick Beverley se quejaba de un golpe. El cansancio no permitía mucha anotación, la frescura de Harden ponía por delante a Houston. Leonard se sentaba en el banquillo y su tobillo se convertía en protagonista; los triples visitantes volvían a no entrar y San Antonio conseguía dos canastas en seis minutos de juego. Tenía que dar gracias de la superioridad de LaMarcus Aldridge bajo canasta. Leonard regresaba para alivio de la afición local, Eric Gordon finalizaba una buena distribución del balón con un triple y los Rockets disponían de cinco puntos para administrar con dos minutos por jugarse. Mills sacaba el carácter y hacía renacer las esperanzas locales con un triple. Harden daba un mal pase a la esquina y los Spurs no desaprovechaban la ocasión; Aldridge recibía bajo canasta para empatar el partido. Restaban noventa segundos; Harden forzaba una falta para poner por delante a Houston. Manu Ginobili se iba hacia el aro para empatar el partido y, con medio minuto por jugar, la posesión era visitante. La jugada marcada por D´Antony era un aclarado para su estrella, pero no era defendido por la estrella local. Leonard tenía que dejar su lugar a Jonathon Simmons y este conseguía desesperar al escolta visitante. Harden se quitaba de encima su marcaje y los Spurs tenían once segundos para decidir el partido. Leonard tampoco jugaba esa posesión, Popovich buscaba bloqueos en la cabeza de la zona para Mills, pero Gasol se despistaba y el base se comía el balón. Popovich echaba la bronca al pivot español, mientras todo el mundo se preparaba para la prórroga. Bueno, no todos, Leonard no jugaría más en el partido y, aunque entonces no se sabía, Gasol tampoco. La prórroga mostraba más actividad en el cuadro local, San Antonio buscaba el aro constantemente y conquistaba segundas opciones. En tres minutos los Rockets sólo habían tirado dos veces a canasta. Por suerte para ellos, el desacierto era general y el marcador permanecía inalterable. Beverley ajustaba un lanzamiento triple para abrir las hostilidades. Ginobili erraba un triple, demasiado bote de la estrella visitante le llevaba a perder un balón y Simmons situaba el partido a un punto. D´Antony sentaba a Capela, Harden se dejaba quitar otro balón y los Spurs volvían a buscar a Aldridge cerca del aro. En esta ocasión la defensa se cerraba y Danny Green no perdonaba ese espacio para el triple frontal. Harden se aseguraba de no perder otro balón lanzando a simmons al suelo, en esta ocasión nadie pitaba falta en ataque y Ryan Anderson metía el triple desde la esquina. Con la moral por las nubes, Green atacaba la endeble defensa de Harden; bandeja con la izquierda y tiro libre adicional. San Antonio tenía una canasta de ventaja con treinta segundos por delante. Gordon se jugaba un triple inesperado, Green cogía el rebote y recibía la falta. Para disgusto local sólo metía el segundo tiro libre. Houston contaba con quince segundos para empatar el partido con un triple. Gordon iba al choque contra Mills, el balón salía despedido y había un salto entre dos. El balón era visitante, Harden lo recibía atrapado en una esquina por un dos contra uno. Sin embargo Simmons abandonaba la ayuda para irse con Anderson; Harden tenía tres segundos para superar a Ginobili. Lo conseguía fácilmente, y se disponía a lanzar un triple, cuando la mano del argentino taponó el balón antes de salir de sus manos. Los Spurs se ponían tres a dos en la eliminatoria. Invitado inesperado: Manu Ginobili, Jonathon Simmons (Spurs)

Para Houston el sexto partido de la serie decidía su temporada, tenía la obligación de sorprender a todo el mundo con una victoria. Todo porque Popovich era consciente del mal estado de Leonard y lo dejaba descansando por si había un séptimo partido. El violín interpretaba el himno, se anunciaban los titulares y Simmons estaba en la cancha como sustituto de la estrella visitante. Nada sorprendente, como tampoco sorprendía ver a los Spurs cargar el juego en el poste bajo durante los primeros minutos. Aldridge y Gasol no se cansaban de jugar de espaldas al aro, el rebote ofensivo era suyo y los Rockets comenzaban a perder balones. San Antonio encontraba a un Simmons más agresivo para acompañar a Aldridge, todo convergía  hacia la canasta rival en el equipo de Popovich. Harden se sentaba a descansar igual que había jugado, sin hacer ruido. Su mayor aportación habian sido unos cuantos balones perdidos. La defensa visitante estaba siempre atenta al balón y le permitía llegar al final del primer cuarto con siete puntos de ventaja. El segundo acto variaba los actores, pero no el sentido del partido. Los triples de Houston no entraban, los Spurs combinaban los triples de Mills con penetraciones a canasta y D´Antony paraba todo. La diferencia se acercaba a los veinte puntos peligrosamente y, pese a la incorporación de los titulares, la tendencia era imparable. La comodidad de San Antonio sobre la pista era total. Superados los veinte puntos de ventaja, Harden realizaba su primer tiro a canasta, y acertaba; le había llevado diecisiete minutos de partido. Sin embargo los errores del aspirante a MVP continuaban; en dos minutos acumulaba más fallos y su tercera falta personal. D´Antony no quería retirar a la estrella, pero su actitud en la pista lo demandaba. Capela y Beverley se las arreglaban para mantener la diferencia al descanso. La imagen del partido llegaba tras el paso por los vestuarios. Harden y D´Antony marcaban distancias en el banquillo, ajenos al partido. Uno se movía despreocupado para calentar, el otro giraba la pizarra entregado y en su cabeza también le daba vueltas a la primera parte. Dos jugadas llegaban para ver a la estrella local con otra actitud, jugárselo todo. Y dos minutos tardaba en llegar el tiempo muerto de los Rockets, la diferencia se acercaba a los treinta puntos. Un par de triples despertaban del letargo a Houston y obligaban a Popovich a trabajar. Los Spurs se centraban en su plan de partido; balones interiores a Aldridge y mucha penetración de sus exteriores. Como Harden combinaba fallos y aciertos, y Murray mostraba un punto de intensidad mayor en los visitantes, todo permanecía inalterable de cara al cuarto final. Houston salía con todo y obtenía la respuesta visitante. San Antonio no tenía piedad y en tres minutos se ponía con treinta puntos de ventaja. El partido se acababa, aunque D´Antony dejaba a su titulares sobre la cancha. Sólo con la sexta falta personal de Harden salían los suplentes a la pista. La temporada de los Rockets se acababa con la sensación de que algo se había roto. Invitado inesperado: Dejounte Murray (Spurs)

ELIMINATORIA CERRADA: SPURS GANAN CUATRO A DOS