LUGARES ACB PARA EL RECUERDO (VIII). SUEÑO EXTREMEÑO

Piña del Cáceres

Extremadura no ha sido tradicionalmente una región con presencia destacada en las competiciones de equipo en España. El paso de Mérida o Extremadura por la primera división de fútbol resultó breve y poco destacable. Tampoco se recuerda huella en la élite de deportes como balonmano, waterpolo, rugby, voleibol o fútbol sala. Sin embargo en los años 90 el deporte extremeño disfrutó del Cáceres C.B. entre la élite del baloncesto español. En una década que hizo poco bien al deporte de la canasta en Europa llegó la etapa gloriosa del equipo cacereño que se convirtió en un equipo animador de la Liga ACB con varios pasos por competición europea y que incluso tuvo a su alcance la posibilidad de lograr un título importante en 1997 en aquella final de Copa que disputó ante Joventut y que se le escapó tras encarrilarla durante muchos minutos. En este capítulo recordamos el discurrir del Cáceres entre la élite del baloncesto nacional. Aunque lo ignoren las generaciones más jóvenes la Liga ACB tuvo un lugar para la ciudad extremeña.

De las tinieblas a la ACB.

1961 fue el año que alumbró al que sería Cáceres C.B. El club extremeño nació con el nombre de Club San Fernando de Cáceres y su debut se produjo en la Segunda División. Durante tres décadas el club navegó sin hacer ruido entre esa categoría y la Tercera División. De hecho fueron varias las ocasiones en las que estuvo a punto de naufragar en completo silencio, alejado a una distancia sideral de la élite del baloncesto español. Una grave crisis económica estuvo cerca de dar al traste en 1975 con el futuro del equipo extremeño. Apareció al rescate el principal equipo de fútbol de Cáceres, el Club Polideportivo Cacereño, para salvarlo de una desaparición inminente. Entró a formar parte de la estructura del equipo de fútbol hasta 1979 cuando el Cacereño decidió cerrar la sección de baloncesto. Parecía el fin de la andadura del equipo pero volvió a aparecer un salvavidas en una situación casi irreversible. Un grupo de socios formó una gestora que se hizo cargo del equipo de baloncesto que cambió de nombre para adoptar la denominación con la que sería conocida el club en el fúturo: Cáceres Club Baloncesto. Se mantuvo el discreto caminar del Cáceres por las divisiones inferiores del baloncesto español hasta que en 1991 dio un salto importante al comprar la plaza del Bosco de Vigo en Primera B. Aunque no fuera sobre la cancha el equipo extremeño disputaría la temporada 1991-92 en la antesala de la máxima categoría del baloncesto nacional.

Cáceres asciende a ACB

Fuente: bujacocesto.blogspot.com

A toda prisa tuvo que construir Cáceres una plantilla para competir con dignidad en Primera B. Muchos retales aderezados con algún nombre ilustre como Jordi Freixanet, alero de larga trayectoria deportiva en ACB en Santa Coloma, Español y CB Canarias y que llegó a ser internacional, y el pivot checo Jiri Okac, un enorme jugador de 2’17 que durante muchos años fue uno de los baluartes de la selección de Checoslovaquia. Debutó en Primera B en un derbi contra Caja Badajoz. No pudo ser mejor el estreno. Victoria por 72-64 que sirvió de acicate para comenzar una temporada brillante. Con Okac como principal protagonista del juego del equipo cacereño, rodeado por los Freixanet, el canario Juan Méndez, Gabi Abrines (padre de Álex Abrines), Pepe Benedé, Ángel de Pablos, Toni Romero o Santi García bajo las ordenes de Martín Fariñas, Cáceres acabó la Liga Regular en tercera posición que le daba derecho a disputar los playoffs de ascenso en su primera temporada en la categoría. La primera oportunidad de ascenso llegaba en una eliminatoria ante Andorra, que contaba con un ilustre veterano como Margall y un Ray Smith que recordarán muy bien los nostálgicos del Maristas de Málaga. Durísima eliminatoria que llegó al quinto y definitivo partido en el Principado. El encuentro final resultó tan duro e intenso como toda la serie pero la fortuna le sonrió al equipo andorrano que logró la plaza en la ACB tras vencer 73-71. Aún le quedaba una segunda oportunidad a Cáceres en la repesca. Despachó por la vía rápida en tres partidos a CB Canarias, que había descendido el año anterior de la Liga ACB, y pasaba a la eliminatoria final contra Prohaci Mallorca, un equipo mucho más experto y uno de los potentados de la categoría. La presencia de El Lagarto De la Cruz, en el ocaso de su carrera, y el internacional puertorriqueño Jerome Mincy en sus finales lo atestiguaba. No atemorizó a Cáceres que ya demostró en la ronda anterior haber superado la decepción sufrida en la serie ante Andorra. Dominó la eliminatoria y llegó al cuarto partido por delante 2-1 al amparo de su afición. Aquel 10 de mayo de 1992 sería una fecha histórica para el club y el deporte extremeño. Una canasta de Jordi Freixanet en los últimos segundos supuso el 80-79 que valía el ascenso a la ACB y desató el delirio en la Ciudad Deportiva de Cáceres. 30000 personas se echaron a las calles para celebrar el ascenso que suponía por primera vez la presencia de un equipo extremeño en la primera división de un deporte de equipo en España. El Cáceres C.B. había hecho historia.

Canasta ganadora de Freixanet

Fuente: hoy.es

La gestación de un equipo rocoso.

El ascenso a la Liga ACB exigió cambios importantes. Cáceres C.B. cambió de pista para trasladarse al Pabellón V Centenario que cumplía el requisito de la ACB de contar con una pista con un aforo mínimo de 5000 espectadores. La plantilla fue remodelada en una gran parte para dotarla de la competitividad necesaria entre la élite del baloncesto español. Sólo continuaban de la temporada anterior Jordi Freixanet, Juan Méndez, Toni Romero y Abrines. Fueron muchas las nuevas incorporaciones. Llegaba Kevin Pritchard, un base estadounidense que no dejó indiferente a nadie con su tiro, habilidad y poderío físico. Un adelantado a su tiempo, un elemento extraño en un baloncesto español donde aún proliferaban los bases bajitos. El prototipo del base del futuro. Los otras dos plazas de extranjeros las ocuparían Lance Berwald y el venezolano César Portillo, ambos pivots. Los refuerzos nacionales serían Enrique Fernández, un alero con buena muñeca desde la línea de tres procedente del vistoso Mayoral Maristas de Mike y Ray Smith y que sería una pieza importante en la etapa dorada del Cáceres; Miguel Ángel Reyes, jugador a caballo entre el puesto de 3 y 4 muy valioso que no fue valorado en su justa medida pese a alcanzar la selección; y Antón Soler que llegaba desde Collado Villalba. Estos diez jugadores formaban el bloque que se estrenaba en la Liga ACB el 19 de septiembre de 1992. El debut fue de campanillas, en casa ante el campeón de Liga y subcampeón de Europa, el Joventut de los hermanos Jofresa, Villacampa, Corny Thompson, Ferrán Martínez, Mike Smith, Pressley o Morales. Casi nada. Resultaría un partido inolvidable para Cáceres. Pritchard ofreció el primero de los muchos recitales con los que obsequiaría esa temporada a los aficionados. Los hermanos Jofresa aún recordarán el traje que les hizo el  base estadounidense. Pese a jugar un solo año en España, Pritchard dejó una imagen imborrable entre los aficionados. Berwald, un pivot de larga trayectoria en España, borró del mapa a los pivots verdinegros. Entre ambos tumbaron al Joventut que cayó por 84-78 en el Pabellón V Centenario. No podía tener mejor comienzo el club cacereño. Sin embargo este espectacular inicio no tardó en apagarse. De posible equipo revelación cayó en las derrotas por costumbre. La mala racha de resultados se llevó por delante a Martín Fariñas que fue cesado del cargo y sustituido por el inolvidable Manel Comas. Faltaba acompañamiento para Pritchard así que el club decidió cambiar a los otros dos extranjeros. Recalaban en el club Kenny Sky Walker, conocido por sus impresionantes mates que le valieron para imponerse en el concurso de mates en su paso por la NBA y ACB, y Kenny Green, un poderosísimo pivot que dejaría un gran recuerdo en su futuro paso por Vitoria y  que llegaría a desquiciar al mismísimo Sabonis. Ambos mejoraron las prestaciones de sus predecesores pero el bloque nacional no aportaba la suficiente. Cáceres acabó penúltimo la Liga Regular y abocado a disputar el playoff de descenso ante Lliria a cinco partidos y con factor campo en contra. Dos apabullantes victorias en el segundo y tercer encuentro le dieron la oportunidad de certificar la permanencia en casa. Sin embargo a un veterano curtido en mil batallas como Jordi Freixanet se le aflojó la muñeca en el peor momento. Falló un 1+1 que le costó la derrota a su equipo que ahora tenía que jugarse la salvación en Lliria a un partido. Se le pusieron muy cuesta arriba las cosas a Cáceres tras una horrenda primera parte. Necesitaba un cambio radical tras marcharse diez abajo al descanso pero la segunda mitad obró el milagro. Kenny Green, con evidentes problemas físicos, sacó fuerzas de flaqueza para adueñarse de la zona. Pritchard tiró de repertorio para remontar a base de genialidades. La puntilla la pondrían los triples de Enrique Fernández. 62-68 que alargaba la aventura del Cáceres en la Liga ACB. No sería corta, ni mucho menos.

Cáceres se clasifica para Copa Korac

Fuente: bujacocesto.blogspot.com

Cáceres se embarcó de nuevo en grandes cambios para afrontar la temporada 1993-94. Los tres extranjeros salieron del equipo en busca de retos mayores. Eran sustituidos por Ilic, un buen tirador que no tuvo suerte con las lesiones; Nwosu, un pivot nigeriano agresivo y muy fuerte; y Ray Brown, una institución en la Liga ACB  que era puro espectáculo en el juego interior. Tampoco faltaron refuerzos nacionales, como los de David Brabender, Jordi Soler o Iñaki Rodríguez. Los cambios también afectaron al banquillo. Salió Manel Comas y como sustituto fue elegido Manolo Flores, extremeño que fue santo y seña en el Barça como jugador y ayudante de Aíto en su primera etapa. Le llegaba la oportunidad de dirigir al equipo de su tierra aunque él fuera pacense, de Mérida concretamente. No desaprovechó la oportunidad. Con un bloque más compensado que la temporada anterior, el equipo cacereño ofreció una imagen de mayor solidez y equilibrio. La baja clasificación de la campaña 1992-93 le permitió disfrutar de un calendario más asequible en el asimétrico formato de la Liga Regular pero las prestaciones de Cáceres subieron muchos enteros. Incluso algún grande sufrió lo indecible ante los de Manolo Flores. El Barça salió victorioso de milagro en su visita al Pabellón V Centenario (85-86). Cáceres logró el octavo puesto en la Liga Regular pero el perverso factor de corrección le obligó a defender su plaza con Pamesa Valencia en una eliminatoria a tres partidos contando el duelo disputado en la fase regular. La victoria lograda en la Fonteta sumada a la conseguida en la Liga Regular en Cáceres permitieron al equipo extremeño mantener su posición y afrontar con mayores garantías su primer playoff por el título. Volvió a verse las caras con Pamesa Valencia que asaltó el Pabellón V Centenario en el primer encuentro (80-82). Cáceres pagaba la novatada y se veía abocado a una heroicidad. No se amilanó. Devolvió el golpe en la Fuente de San Luis en otro duro encuentro (77-79) para rematar con autoridad en el tercer y decisivo encuentro (94-81). Aquel triunfo aseguraba la plaza en la Copa Korac de la siguiente temporada. Los gritos de “Europa, Europa” resonaron por todo el pabellón al finalizar la eliminatoria. Los cuartos de final emparejaron a Cáceres con el flamante campeón de Europa, el Joventut. Hizo sudar la gota gorda en Badalona a un rival aún embriagado de éxito pero los de Obradovic salvaron la situación (68-66). Más fácil le resultó a los verdinegros rematar la serie en Cáceres (75-82). Se había terminado una temporada de ensueño en la sexta plaza pero era sólo el comienzo de unos años de bonanza en tierras cacereñas.

Rozando la gloria europea.

La temporada 1994-95 significaba el estreno en competiciones europeas. El esfuerzo en los despachos debía estar en consonancia con la importancia de la campaña. Nwosu fue relevado por un pivot estadounidense de recuerdo imborrable en Cáceres: Rod Sellers. Un derroche de intensidad dentro de la zona que convertía cada encuentro en una batalla terrible para los pivots rivales. No ofrecía cuartel en encuentro alguno, para él no existían amistosos ni partidos intrascendentes. Que se lo digan a Orenga que se llevó un soberano mamporro de Sellers en una refriega en el All Stars de 1996. No sería el único fichaje importante en aquella temporada puesto que llegó al club el jugador más importante en la historia del Cáceres, José Antonio Paraíso. Un jugador que se convirtió en el verdadero referente sobre la pista, un alero con una mano prodigiosa que sería una parte importante en la selección española durante los primeros pasos de la generación dorada de Lisboa. Un raro fenómeno, un jugador español acaparando el protagonismo en una época donde toda la responsabilidad recaía en los extranjeros. Volviendo a la competición, la inexperiencia europea le pasó factura fuera de casa en las primeras rondas. Empató a 80 ante el Braven Goda holandés aunque no tuvo problemas para imponerse en la vuelta. Más problemas llegaron en dieciseisavos de final ante el Hapoel Galil Elyon israelí, entrenador por Pini Gherson. Un imberbe y prometedor Katash destrozó a Cáceres con una exhibición portentosa. 37 puntos del joven base israelí, cuya carrera destrozaron las lesiones, para liderar un triunfo contundente (102-83). Los de Manolo Flores necesitaban una remontada heroica en casa. Sería la primera hazaña del equipo cacereño. Con una defensa asfixiante anularon completamente al equipo israelí que sólo pudo anotar 18 puntos al descanso. El poderío de Ray Brown que castigaba la endeblez del juego interior rival y la versatilidad de Miguel Ángel Reyes destrozaron al Hapoel Galil Elyon que quedó apeado tras recibir un duro correctivo (89-47). Un repleto Pabellón V Centenario disfrutó hasta el delirio. El Cáceres se plantaba en la fase de grupos de octavos de final, donde esperaban Hapoel Eliat, Peristeri (donde jugaban el ex-jugador de Cáceres Lance Berwald y un jovencísimo Gurovic) y Stefanel Milán. A las órdenes de Tanjevic, además de un Nando Gentile que apuraba su carrera y secundarios de valía como De Pol y Schonochini, deleitaban con sus primeras dosis de su enorme talento unos tales Fucka y Bodiroga, El serbio ya era el líder del equipo con apenas 20 añitos y que apuntaba a jugador de época en el baloncesto europeo como comprobaron los aficionados madridistas en el torneo de Navidad de 1994 donde Bodiroga dejó con la boca abierta a todos.

Raymond Brown lanza un tiro libreFuente: endesabasketlover.com

No se amilanó Cáceres en un grupo semejante. Es más, rindió a un nivel admirablemente alto. Fue capaz de derrotar a Stefanel Milán y Peristeri en sus dos partidos, tanto en Cáceres como fuera de casa. La pareja que formaron Ray Brown y Rod Sellers sembraba el pánico en las zonas. Los dos pivots americanos fueron claves para clasificar en primera posición de grupo a su equipo. Cáceres se plantaba en cuartos de final ante Trieste. En territorio italiano el equipo cacereño aguantó el tipo hasta el descanso mientras duró el acierto de un sensacional Paraíso (29 puntos) y entraban los triples de Jordi Soler. Sin embargo los pivots no estuvieron a su nivel, superados por Kevin Thompson y la exhibición de Steve Burtt, que anotó 36 puntos, dieron la clara victoria a Trieste por 93-82. Un Pabellón V Centenario a reventar gestó el ambiente necesario para la gesta, una nueva remontada. Cáceres fue un ciclón ofensivo. Sellers y Brown se llevaron por delante a los pivots del conjunto italiano. Paraíso confirmó el recital del partido de ida con otros 29 puntos. Se confirmaba como el futuro guía del equipo cacereño. Burtt resultó insuficiente para neutralizar la avalancha que se le vino encima a Trieste. 118-96 que clasificaba al equipo de Manolo Flores para semifinales. La gloria estaba más cerca. Enfrente, el Alba Berlín dirigido por Pesic, uno de los apóstoles del baloncesto control. Un equipo sin tradición en competiciones europeas pero que iba creciendo lentamente. Cáceres cayó sorprendido en sus redes. Un genial Sasha Obradovic lideró con maestría a un equipo muy maduro, con el sello inconfundible de Pesic. Los puntos de Rödl y Alibegovic aplastaron a un Cáceres que nunca estuvo en el partido (93-70). Hacía falta otro milagro pero el repertorio se había terminado. Con un ritmo lento y cansino el equipo alemán controló el partido de vuelta. Incluso logró imponerse también a domicilio (70-72), acabando con el sueño del Cáceres. El Alba Berlín se convertiría en el primer equipo alemán en alzarse con un título europeo tras derrotar en la final de Copa Korac al Stefanel Milán. Estábamos en los años en los que el baloncesto control se convertía en la nueva alquimia, la fórmula con la que cualquier equipo podía triunfar. Una herencia envenenada para el baloncesto europeo hasta la actualidad.

Enrique Fernández

Fuente: endesabasketlover.com

El sueño europeo en la Copa Korac distrajo al Cáceres del pan y mantequilla que supone la competición liguera. No encontró la regularidad en ningún momento de la temporada. Pese a conseguir su primera victoria en casa sobre el Real Madrid (82-75) el 29 de enero de 1995 la temporada tuvo pocos momentos brillantes. Una grave lesión obligó a Cáceres a sustituir a Ilic por Bazarevich, escolta titular de la nueva selección rusa. Pero a diferencia de los Babkov, Fetissov o Mikhailov no cuajó en el baloncesto español. 13ª posición final como colofón a una temporada gris en la Liga ACB. Lejos de los playoffs y una nueva aventura por las canchas europeas. Para la próxima temporada no habría distracciones fuera de la Liga ACB. Se convertiría en el matagigantes del campeonato en la temporada 1995-96. Logró vencer por primera vez en el Palacio de los Deportes al Real Madrid y batió en sus dos encuentros al Barça. Pero como suele pasar con los equipos que suelen dar su máximo nivel antes los grandes, los bajones de intensidad ante los rivales más directos le impidieron dar el salto de calidad para codearse en los primeros puestos. El baile de extranjeros tampoco ayudó. Johnny Rogers, que había llegado esa temporada por Ray Brown, ofreció un gran rendimiento pero Cáceres echó de menos la fortaleza en la zona de su predecesor. No se encontró con el jugador adecuado para las posiciones exteriores. Rod Mason fue sustituido por Chris Smith pero la falta de regularidad de este llevó a buscar como recambio a Stanley Jackson, un escolta espectacular por sus portentosos saltos pero demasiado individualista. Paraíso seguía ganando galones dentro del equipo pero el bloque nacional se había debilitado sensiblemente con la marcha de jugadores como Brabender, Miguel Ángel Reyes y Soler y el banquillo apenas aportaba. Cáceres terminaba décimo, nuevamente fuera de los puestos de playoffs. Las sonadas victorias ante los grandes no se tradujeron en una temporada brillante. A Manolo Flores y la secretaría técnica le quedaba trabajo por delante para dotar al equipo de mayor regularidad y solvencia.

Manolo Flores

Fuente: extremenosilustres.wikispaces.com

El sueño perdido en León.

Cáceres buscó una mayor solidez y amplitud de plantilla para la temporada 1996-97. Llegaban jugadores acostumbrados a bregar en equipos con aspiraciones como Santi Abad, procedente del Real Madrid, o Ferrán López desde Baskonia para acompañar a Pablo Martínez en el puesto de base. Para recuperar la fortaleza en la pintura se contrató a Mike Ansley, conocido por el triple fallado en Ciudad Jardín dos años antes en el cuarto partido de la final ante el Barça que pudo suponer el primer título liguero de Unicaja y que ensombreció injustamente un soberbio encuentro del ala-pivot americano. Desde luego era muy necesario reforzar el equipo puesto que Cáceres regresaba esa temporada a la Copa Korac. La primera fase resultó un trámite. Acabó invicto el grupo que compartió con Estrella Roja, Stargard Szczecinski y Spartak San Petersburgo. Se cruzó en la ronda de dieciseisavos de final con el Ovarense portugués que le sorprendió en el partido de ida en tierras lusas aunque no tuvo problemas el equipo extremeño para remontar en el Pabellón V Centenario. Tampoco ofreció demasiados problemas en octavos de final el Zrinjevac croata donde apuraba su carrera Danko Cvjeticanin. Cáceres se encontraba cerca de repetir el exitoso e ilusionante paso por la Copa Korac de la temporada 1994-95. En cuartos de final esperaba el Tofas Bursa, uno de los exponentes del emergente baloncesto turco. La eliminatoria fue una trampa insuperable. No pudo con el ritmo lento y cansino ni con el ambiente caldeado que encontró en la cancha turca. Sin embargo el 64-59 era una renta asumible en un Pabellón V Centenario repleto. Sin embargo no llegó una de esas remontadas tan frecuentes en el anterior paso por la competición. Paraíso no tuvo el día y aquello lastró a Cáceres que claudicó ante los estadounidenses (Steve Rogers y Rashard Griffith) y ex-yugoslavos (Alanovic y Avdic) que llevaban el protagonismo en el equipo turco. 75-81 que dejaba en la cuneta a los de Manolo Flores. Tofas disputaría la final contra el Aris Salónica. Una final tristemente inolvidable por los continuos incidentes y lanzamientos de objetos en ambas pistas que dejó unas de las imágenes más bochornosas del baloncesto europeo de los años 90.

Paraíso anota contra el Barça

Fuente: falso9sports.com

Cáceres no pudo repetir las semifinales de 1995 en la Copa Korac pero encontró el consuelo en la clasificación para disputar la Copa del Rey en León tras acabar la Liga Regular en séptima posición. Por primera vez el club lograba una plaza en esta competición. Un momento histórico que le proporcionó al Cáceres su mayor oportunidad de alcanzar la gloria. El sorteo le emparejó en cuartos de final contra Estudiantes. Los del Ramiro partían como favoritos por nombre y experiencia pero fueron sorprendidos por el trío de americanos de Cáceres. Los triples de Stanley Jackson y la fortaleza de Sellers y Ansley dentro de la zona doblegaron a un Estudiantes errático desde la línea de tres. 81-88 que suponía la primera sorpresa de esta edición. A Cáceres le esperaba en semifinales el hueso más duro, el Barça. Los de Aíto habían eliminado al Real Madrid en un encuentro que necesitó dos prórrogas y terminó con el tributo de Antúnez a Luis Mari Prada al fallar tres tiros libres seguidos. El cansancio acumulado pasaría factura a los azulgranas que sufrieron una tarde horrenda en el tiro exterior y el recital de Mike Ansley. El estadounidense encontró una buena manera de resarcirse de aquel triple maldito en Málaga dos años antes. 31 puntos, 7 rebotes, 14 faltas recibidas. Aterrorizó todo el encuentro a Mustaf y Ramón Rivas, impotentes ante el poderío de Ansley. El 88-94 final supuso la victoria más importante en la historia del club. La gloria estaba a un solo paso. El rival que le separaba del título era un Joventut en reconstrucción. Casi nada quedaba del equipo campeón de Europa en 1994. Sólo se mantenían Villacampa, que ocupaba ya un papel marginal al borde de la retirada, y los jóvenes Dani García, Alfons Albert o César Sanmartín que eran unos juniors cuando la Penya tocó el cielo en Tel-Aviv. No era más entonces Joventut que un Cáceres dispuesto a hacer historia. La primera parte fue de claro dominio extremeño. Sellers sembraba el pánico cerca del aro y Paraíso le secundaba para desbordar a un Joventut abrumado por un rival mucho más decidido y duro. Los trece puntos de ventaja al descanso dejaban a Cáceres a un paso de su primer título. Alfred Julbe, técnico de Joventut estaba desesperado. Se jugó su última baza mediado el segundo periodo dando entrada a Xavi Crespo. El veterano jugador se convirtió en héroe por accidente. Tres triples consecutivos de Crespo levantaron a Joventut de la lona. A Cáceres le temblaron las canillas con la remontada verdinegra. Ansley no fue ni por asomo el jugador que aterrorizó al Barça. Stephen Jackson desapareció en combate. Cáceres entró en estado de pánico y no lo desaprovechó Andre Turner, un base que leía el juego como pocos, para adueñarse del encuentro. Los triples de Toolson noquearon a Cáceres que ya no supo reaccionar. 79-71 que reverdecía los laureles en la Penya. Cáceres desperdiciaba una oportunidad única que nunca más se presentaría. En León se había desvanecido un sueño irrepetible.

Esta derrota haría mucho daño en el club. Los cambios fueron radicales en la temporada 1997-98 con un cambio casi total en la plantilla. Muchos fichajes de jugadores veteranos, como el de Pepe Arcega, que convirtieron a Cáceres en un equipo entrado en años. También llegó Jerónimo Bucero, canterano del Real Madrid que probó fortuna en la NCAA y que al retirarse acabó como compañero de trabajo de una de mis primas. No se acertó con la contratación de extranjeros y la temporada fue un interminable desfile de jugadores foráneos. El debut en la antigua Recopa, rebautizada como Eurocopa, terminó tempranamente en dieciseisavos de final tras una derrota humillante por 34 puntos a manos de KK Zagreb. Para entonces ya no estaba en el banquillo Manolo Flores, cesado el 24 de noviembre de 1997 debido a un mal inicio de temporada. Con su marcha se cerraba la etapa más brillante del club. Un viejo conocido en Cáceres, Manel Comas, ocupaba su lugar. Bucero tiene material como para escribir un libro de esta etapa, con muchos pasajes en los que podría poner a tirar de un burro al desaparecido sheriff. Infinidad de ellos le contó a mi prima. La trayectoria liguera transcurrió en los puestos bajos de la tabla toda la temporada. El fichaje de otros veteranos ilustres como Pablo Laso o Ramón Rivas a mitad de temporada sirvió para que al menos la categoría no peligrase. Comas sería sustituido a final de temporada por Jose Antonio Pesquera que recurrió a varios antiguos jugadores suyos en Caja San Fernando, como Doblado o Carlos Montes, para conformar la plantilla junto a tres nuevos extranjeros. Sólo Dyron Nix ofreció un rendimiento satisfactorio. Cáceres acabó duodécimo, en tierra de nadie. El club parecía abocado a la intrascendencia. Al menos conseguía retener a Paraíso, pretendido por el Real Madrid y al que se consiguió renovar otorgándole el papel de jugador franquicia del equipo.

La imparable decadencia.

Luis Casimiro fue contratado como entrenador para la temporada 1999-2000. Con él llegó Danya Abrams, un pivot estadounidense pasado de kilos pero con una fortaleza colosal y una muñeca muy solvente que haría buena carrera en España. Todo un acierto. Lo sufrió en sus carnes el aún titubeante Real Madrid de Scariolo que cayó por 82-75 en el Pabellón V Centenario en la tercera jornada. La imagen del equipo mejoró con respecto a las anteriores campañas pero le faltó regularidad para aspirar seriamente a disputar los playoffs. Acabó noveno y accedió a la que sería su última participación en la Copa Korac. Sin embargo Luis Casimiro se marchó del club para emprender un proyecto más ambicioso en el banquillo de Pamesa Valencia. Para afrontar la temporada 2000-01, Cáceres echó la vista atrás hacia su pasado más glorioso. Regresó Manolo Flores como entrenador pero la experiencia resultó frustrante y breve. A comienzos de diciembre fue cesado y suplido por Alfred Julbe que heredaba un equipo muy envejecido puesto que el club había fichado jugadores como Orenga, Sallier o Tim Perry con muchos años a cuestas. No en vano la mitad de la plantilla superaba la treintena de años. La llegada de Julbe supuso un gran revulsivo  que enderezó una mal comienzo. Cáceres venció en ocho de los nueve primeros partidos tras su llegada, sólo se resistió el Barça en el Palau Blaugrana en plena explosión de Pau Gasol. Sin embargo el gatillazo en octavos de final de la Copa Korac acabó con la racha. Una sorprendente derrota en casa ante el Atholon Ieper belga supuso la última experiencia europea de Cáceres. La caída ya sería imparable. La temporada acabó en una digna décima plaza pero el equipo se hundió paulatinamente en la mediocridad. Muy gris fue la campaña 2001-02. El traspaso de Paraíso a Pamesa Valencia significaba algo parecido al principio del fin. No existía ninguna estabilidad dentro del club. No había sintonía con Julbe. Los cambios de extranjeros eran moneda corriente. Una plantilla muy envejecida no podía ofrecer soluciones más que para salvar la categoría. Julbe salió del club a final de temporada, sustituido por Manolo Hussein. Pero la cuesta abajo era irremediable. El debut fue la mejor imagen de lo que estaba por llegar. Cayó por 91-58 ante el Real Madrid de Javier Imbroda, que salió a saludar al centro de la pista al final del partido. No podía ser más triste puesto que aquel Madrid acabó fuera de playoffs por primera y única vez en su historia. El desastre parecía inevitable y así fue. Cáceres acabó penúltimo y descendió a Liga LEB.

Orenga lucha por la posición con Pau Gasol

Fuente: elperiodicoextremadura.com

El descenso provocó la quiebra del club que ya no recuperaría la salud económica. La temporada 2004-05 sería la última en la que tomó parte el equipo cacereño. Un buen final de Liga Regular le permitió disputar los playoffs de ascenso a Liga ACB. Fuenlabrada le derrotó sin paliativos en tres encuentros en el epílogo del Cáceres C.B. Acuciado por los problemas económicos, vendió su plaza en la LEB al Aguas de Calpe que protagonizaría la siguiente temporada un lamentable caso de acoso laboral a Jesús Lázaro. Cáceres disputó la temporada 2005-06 en Primera División Nacional y mantuvo las categorías inferiores pero ni el abandono del profesionalismo permitió la supervivencia del club que echó el cierre al finalizar el curso. Se ponían fin a 45 años de historia en los que llegó incluso a tocar la gloria con los dedos. Sin embargo no ha sido el final del baloncesto en la ciudad extremeña. En 2007 surgió el Cáceres Ciudad del Baloncesto como heredero de la pasión por este deporte en la capital cacereña. La temporada 2016-17 la disputará en la LEB Oro.

Próximo capítulo: En un pueblo de Valencia.

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