Introducción a la sección: hace tiempo le prometí a Flags comentar algunos edificios, traerlos para que los conozcáis, opinéis… pero me ha faltado tiempo y energías para redactar algo con la extensión que me pedía el cuerpo. Como el jefe de este chiringuito es de los que no olvidan (especialmente en los embolaos), me lo ha recordado y hemos quedado en hacer una versión resumida que me facilite el tema. En lugar de escribir un “ladrillo” sobre cada edificio, lo dejaremos en un “ladrillito”. Pondré links y cada cual que investigue, opine, o pregunte lo que quiera.

Termas de Vals

En los valles más profundos de los Alpes trabaja un artesano llamado Peter Zumthor. Su padre fue carpintero, y el es arquitecto, pero podría ser cantero, ebanista, escultor o cualquier otra profesión que le permitiera dar forma al material. Dibuja a mano, imagina texturas, olores, sonidos…sensaciones. Y eso es lo que intenta que transmitan sus edificios. Y lo consigue, sin duda.

En uno de esos valles, languidecía hace años un antiguo balneario, con un hotel sesentón sin interés, instalaciones obsoletas….y alguien tuvo la feliz idea de encargar un nuevo balneario al artesano. En lugar de crear un edificio, excavó una cueva. Un lugar al que descender, penetrar, para encontrarse con el agua.

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Túneles en la piedra, suelos de pizarra, óxido en las paredes, oscuridad y una ocasional grieta de luz filtrándose desde el techo. Esquinas, recovecos, escaleras que bajan hacia una gruta donde el sonido del agua o el perfume del aceite hacen intuir lo que vas a encontrar. O mejor, reencontrar. Porque evocan momentos que ya jumping castle has vivido, en tu infancia, entrando en aquel río helado, bajo los árboles, tumbado sobre la arena…nada de lo que pueda escribir aquí puede explicar lo que se siente. Y las fotos se acercarán, pero tampoco. Hay que ir. O soñarlo.

El resultado construido es una especie de laberinto de lajas de pizarra, un edificio que no se recorre linealmente, sino que se descubre poco a poco, girando bajando, siguiendo las huellas húmedas que otro ha dejado en la piedra. Te sumerges en diferentes aguas: templadas, gélidas, asfixiantes. Con pétalos, chorros, luz, goteo…cuando quieres salir afuera, buceas y emerges en la piscina exterior. Ves los Alpes nevados desde el agua calentita…

Por cierto, el balneario renació de sus cenizas, y hoy es un foco de turismo, hay gente que va incluso desde Pamplona. Lo sé de buena tinta.

Links de consulta

http://www.therme-vals.ch/en/

http://www.archdaily.com/13358/the-therme-vals/